Sevilla
Revelaciones de una restauración: la Giralda era roja en sus orígenes
Las obras de restauración en la cara oeste de la torre permitieron descubrir que en 1568 presentaba este color, que con el tiempo fue perdiendo
Es el monumento más emblemático de Sevilla. Tiene su origen durante el periodo almohade, cuando Sevilla se convirtió en la capital de al-Ándalus, y resume a las mil maravillas muchos siglos de historia sobre su propia fisonomía. La confluencia de los diferentes estilos arquitectónicos que caracterizan a la Giralda es reflejo de las dos culturas predominantes en la historia de la ciudad: la almohade y la cristiana.
El primer tramo de la Giralda es de estilo almohade. Los arquitectos Ahmad Ben Baso y Alí de Gomara fueron los artífices de este alminar construido para la gran mezquita de la ciudad, que se convirtió en templo cristiano cuando el rey Fernando III el Santo reconquistó Sevilla en 1248. Un terremoto en 1356 provocó la caída de las cuatro esferas de bronce que coronaban la torre. En 1434 se inició la construcción de la actual catedral de Sevilla.
En el siglo XVI se levantó el cuerpo de campanas que llega a nuestros días, de estilo renacentista, diseñado por el arquitecto cordobés Hernán Ruiz el Joven y coronado por una veleta que simboliza la victoria del cristianismo sobre el mundo musulmán y que comenzó a ser conocida como Giralda, cuyo significado literal es «que gira». El nombre acabaría usándose para denominar a toda la torre, mientras que la veleta pasaría a ser conocida como Giraldillo.
El Giraldillo ha coronado la Giralda desde 1568, exceptuando un breve período de tiempo, entre 1999 y 2005, para su restauración. La figura cuenta con un escudo o lázaro que hace de veleta y se encuentra en su mano derecha, mientras que en la izquierda sujeta una palma. La mujer lleva también un casco rodeado por una corona. Solo el cuerpo de la estatua tiene un peso de 1,2 toneladas.
La Giralda tiene una altura de 104,1 metros, Giraldillo incluido, superando a la Torre de Pisa o al Big Ben de Londres, no en vano fue durante siglo la torre más alta no solo de España, sino de toda Europa. En Sevilla, solo la Torre Pelli, y a partir del año 2015, es más alta que la Giralda.
En 2018, las obras de restauración en la cara oeste de la Giralda permitieron descubrir que la torre era roja en 1568. No obstante, con el tiempo fue perdiendo el color, que fue cubierto por la suciedad y el mortero acumulado a lo largo de siglos.
El arquitecto responsable de las obras, Eduardo Martínez Moya, afirmó que «en época más reciente, durante los siglos XVIII y XIX, hubo restos de color rojo en las paredes que las distintas intervenciones fueron eliminando por considerar que daban más una impresión de manchas que de color».
A decir verdad, pinturas y grabados de hace siglos atestiguan ese carácter polícromo de la Giralda. Es el caso, por ejemplo, del famoso cuadro Santas Justa y Rufina, pintado por Murillo en el año 1666 y que se puede admirar en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, o el mismo de Miguel de Esquivel, realizado en torno al 1620 y que se encuentra en la Catedral de Sevilla.
En España hay tres réplicas de la Giralda. Una de ellas es la Giraldilla de Badajoz y es de color rojizo. También existen varias réplicas en el extranjero. Una de ellas se encuentra en Estados Unidos, concretamente en Kansas City, y forma parte del Country Club Plaza, considerado el primer centro comercial del mundo. Se trata de todo un capricho del promotor de este espacio, J. C. Nichols, que viajó a Sevilla y quedó prendado de ella.