Alumnos de Segundo de Bachillerato durante la primera jornada de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU)
Universidad
El lamento de un profesor universitario de Sevilla por el bajo nivel de sus alumnos: «Hacen preguntas de niños»
Manuel Hidalgo, profesor de Economía Aplicada en la Pablo de Olavide de la capital hispalense, asegura que tanto él como sus colegas han observado «una caída en picado de la actitud del alumno medio en la universidad» en muy poco tiempo
En los tiempos que corren, cada vez son más habituales las voces de los docentes y otros responsables educativos que alertan de un posible deterioro en la actitud de su alumnado.
Y no hablamos solo de los adolescentes o los estudiantes de cursos de secundaria o primaria, sino que la queja alcanza ya a los universitarios, a los que se supone que han dado el paso de llegar voluntariamente a un nivel superior para mejorar y completar sus estudios.
Terminado el curso, es hora de hacer balance. Y eso ha hecho precisamente un profesor universitario andaluz, Manuel Hidalgo. El docente, que ejerce su profesión como profesor de Economía Aplicada en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, va más allá de las notas o las aptitudes, alcanzando en su denuncia el pasotismo y la desidia con la que algunos estudiantes afrontan su etapa universitaria.
«Hoy he tenido el último examen y las sensaciones son muy malas», asegura Hidalgo en un hilo en la red social X, que se ha hecho viral. «En muy poco tiempo hemos visto una caída en picado de la actitud del alumno medio en la universidad. Digo medio porque hay excepciones», matiza.
Y acto seguido, se centra en el caso de su asignatura concreta. «Desde hace unos años tratamos que una asignatura como Economía Aplicada, larga y densa se haga más fácil y llevadera. Se les pasa material, se les hace test semanales y se someten a control para eliminar tarea. Así no dejan la asignatura para el último día».
Las facilidades para sus alumnos procuran ser las máximas. «Hasta se han hecho podcast para que sigan la asignatura en el gimnasio. Se valora la asistencia y las clases son dinámicas al suponerse que ya llegan con el material ojeado», dice.
Apatía y pasotismo
Sin embargo, nada de eso parece funcionar en líneas generales. «Pues nada, este año la mayoría no ha eliminado materia porque no estudiaban para los controles. El 40 % no asiste en general y solo el 50 % ha venido todos los días. Muchos no toman apuntes, se limitan a escuchar y muchos, con portátiles abiertos, dedican las dos horas de clase a hacer otras cosas. Me preguntan días antes de los exámenes que no saben por dónde estudiar».
«Cuando les dices que si tienen apuntes de clase, te dicen que no. En el examen no comprenden algunas palabras (exacerbado) o te hacen preguntas que literalmente, me sorprendería de niños de 10 años. La sensación es de apatía en general, de pasotismo. De aquí estamos pasando el tiempo que falta para empezar a vivir», lamenta.
El profesor se muestra, a pesar de ello, esperanzado en que las cosas mejoren. «Lo mismo el año que viene vuelve una nueva hornada más capaz, pero las sensaciones son malas. Me cuentan que es generalizado para casi todos los colegas de la profesión. No sé cual es la solución».