Una estampa típica por Triana
Sevilla El grito de auxilio de un trianero que no quiere verse obligado a abandonar su barrio de toda la vida
Aparecen por las calles de Triana carteles de un pensionista «solvente», pero quizás no lo suficiente para continuar viviendo en la zona
En algunos barrios históricos de las grandes capitales, el precio de las casas, así como el de los alquileres, se ha disparado, provocando un éxodo de población casi masivo.
La vivienda es un factor clave a la hora de que estos barrios de siglos de historia pierdan su tradicional idiosincrasia, al verse obligados aquellos que siempre los habitaron, así como los negocios que regentaron, a marcharse a otros puntos más lejanos y asequibles.
Triana, en Sevilla, es un buen ejemplo de este caso. Un arrabal extramuros al otro lado del río Guadalquivir, habitado históricamente por alfareros, marineros, gitanos y obreros, lo que forjó su identidad única y su crucial papel en la cultura popular sevillana, especialmente el flamenco, antes de su conexión definitiva con la ciudad a finales del siglo XIX. Y en la actualidad, en un proceso de transformación acelerada donde florecen los pisos turísticos y las franquicias.
Según algunos estudios, el precio de la vivienda se ha encarecido en la zona un 72 % en tan solo diez años, mientras que el del alquiler se disparó un 66 % más en el mismo periodo de tiempo.
Ello ha llevado a un barrio hispalense de tan acusada identidad a desangrarse en cuanto a población, que a día de hoy cuenta con un censo de 46.955 personas, mientras que hace veinte años, la cifra superaba los 52.700.
Paralelamente, el proceso de turistificación masiva que impacta sobre urbes tan demandadas como la hispalense ha acabado por llevarse por delante buena parte de los negocios de toda la vida, esos que hacían barrio, sustituidos por otros locales sin alma.
Un trianero mayor que no quiere irse
Por las calles trianeras han aparecido varios carteles donde un vecino, asegura que de los de toda la vida, hace una llamada de auxilio para no verse obligado a decir adiós a Triana.
«Hola, soy un vecino del barrio, seguramente nos hemos cruzado un montón de veces», comienza el mensaje, al que acompaña un dibujo de una persona que por su vestimenta y bastón, hace pensar que el autor es ya alguien de avanzada edad.
Cartel buscando piso que estos días pueden verse por las calles de Triana
«Llevo viviendo en Triana desde hace 50 años y no quiero irme», se queja. El motivo de su texto es preguntar si alguien está interesado en alquilarle un piso por la zona pero con dos condiciones: a un precio «asequible» y que tenga ascensor.
El demandante asegura en su búsqueda que se trata de un pensionista solvente, pero al parecer, no lo suficiente como para poder continuar viviendo en una zona donde el encarecimiento de los pisos es una constante. Al mismo tiempo, exige que solo le contacten particulares, como forma de lograr la abstención de agencias.
