Laura Miró Bonnín

Laura Miró BonnínEl Debate

Entrevista a Laura Miró

«Me cancelaron por ser yo, no se puede silenciar a alguien por su ideología»

La historiadora fue vetada por la Obra Cultural Balear tras una campaña anónima de carteles y la presión de grupos radicales que exigieron frenar su conferencia

A Laura Miró, la mayor especialista en los xuetas -judíos conversos- de Mallorca, la borraron del programa sin una llamada y después de ver su rostro en carteles que circulaban en grupos internos de WhastAspp con acusaciones delirantes. La OCB cedió a las presiones de colectivos radicales y fulminó su charla sobre la historia contemporánea de los xuetas (término que designa a los descendientes de judíos conversos en Mallorca), dejando tras de sí un rastro de silencio y un aviso inquietante. «La OCB ha cedido ante los fanáticos», lamenta la investigadora, que alerta ahora de un «precedente muy peligroso» para la libertad académica en la isla.

- ¿Cómo ha vivido estos días desde que comenzaron las presiones y qué le dolió más: el señalamiento público, la falta de explicaciones o la cancelación por parte de la OCB?

- La verdad es que no han sido unos días fáciles, no es plato de buen gusto observar cómo se habla de mí en todas partes. Creo que la prensa se ha centrado demasiado en conocer mis impresiones en vez de intentar conocer quién ha sido la persona que ha dado la orden de suspender la conferencia. No se le ha exigido a la OCB que dé explicaciones y esto me ha molestado.

- La falta de explicaciones duele porque creo que perdemos el trato humano.

- La cancelación es ignominiosa, siembra un precedente funesto. Es la primera vez que sucede en una institución que debería estar por encima de las discrepancias ideológicas.

- ¿Ha sentido miedo o inseguridad tras la difusión de carteles con su imagen y acusaciones graves?

- Evidentemente, la difusión de mis imágenes con mensajes de odio pueden tener consecuencias nefastas, que no se miden. También esperaba que la OCB se desmarcara de estos fotomontajes y mostrara solidaridad conmigo. Al fin y al cabo son ellos que me han colocado en la diana: me habían invitado, se genera una polémica y no es solo que la paren, sino que además han cedido ante los fanáticos.

- Se enteró de la cancelación sin que nadie la llamara ¿Sigue sin noticias directas de la OCB?

- Dos días después de la cancelación [la entrevista es el viernes], todavía no se han dignado a llamarme. Entiendo que no saben ni qué decirme. Las reacciones de la gente hablan por sí solas, no se entiende la cancelación por tener unas ideas políticas determinadas. Insisto, en esta conferencia no se iba a hablar más que de la historia de los descendientes de judíos conversos mallorquines en los siglos XIX y XX. No me sentiría para nada cómoda pontificando sobre un conflicto que tiene millones de matices, no soy especialista en ello.

- ¿Comparte la valoración de la Federación de Comunidades Judías, que habla de «censura evidente»? ¿Por qué?

- Sí, absolutamente. Me han cancelado por ser yo. De hecho, esta próxima semana se van a hacer actividades sobre esta misma temática en la organización. Creo que es una jugada para señalar que no se cancela el tema sino a mí. Me parece que intentan desacreditarme a pesar de ser doctora y haber escrito cuatro libros, capítulos en obras colectivas, así como artículos científicos. De igual modo, creo que es de tener poca solidaridad conmigo el hecho de prestarse ahora mismo a esta estrategia.

- ¿Teme que este episodio lleve a otros investigadores o divulgadores a la autocensura?

- Pienso que, por desgracia, la autocensura ya es algo establecido. Con este caso también me he dado cuenta, agradezco sobre todo las voces que han salido públicamente, pero igualmente sé que algunos que se han solidarizado conmigo en privado no lo harían en público por miedo al qué dirán. La Academia debe reflexionar en torno a ello.

- La han acusado de sionista. ¿Por qué cree que «sionista» se utiliza como etiqueta para desacreditar o silenciar a alguien?

- Porque ya hace tiempo que sobre este conflicto se da una versión tergiversada. Tanto la prensa como la Academia ha sucumbido a ello. El sionismo es la defensa de la existencia del Estado de Israel. Evidentemente que soy sionista, mis antepasados han sufrido el antisemitismo, soy descendiente de judíos conversos y en Mallorca durante siglos se les ha apartado. Entonces, no deseo la desaparición de ningún país en el mundo, menos aún la de Israel.

- ¿Qué sintió al ver cómo se usaban etiquetas políticas para frenar una charla académica?

- Me impactó, creo que en una sociedad democrática estas purgas no tienen cabida.

- ¿Cree que se está instalando una especie de «test ideológico» para poder participar en actividades culturales?

- En estos mundillos es evidente que predomina la ideología de izquierdas, pero es que últimamente creo que estamos asistiendo a una deriva insólita de esta ideología. Pienso que muchos de los que nos identificamos con ella antaño, nos sentimos desubicados.

- ¿Le sorprende que parte del ámbito cultural identificado con la izquierda haya promovido o justificado el veto?

- No me sorprende que me vete la izquierda, es la que promueve la cultura de la cancelación. Lo que sí pensaba, igual inocentemente, es que la OCB era una entidad que estaba por encima de pugnas políticas, pero ya veo que están al servicio de ellas.

- Usted lleva años investigando a los xuetas. ¿Qué encontró en sus estudios que la llevó a dedicarse a este campo?

Soy descendiente de judíos conversos, mis apellidos así lo indican, mi familia vivía en el gueto, se dedicaba a la joyería, todos los ingredientes necesarios para identificarte como chueta.

- ¿Qué aporta su tesis a la comprensión de la identidad y el estigma de la comunidad xueta entre los siglos XIX y XX?

- Creo que mi tesis sitúa el tema chueta en un contexto más amplio, huyendo de localismos, comparo lo sufrido por los chuetas con el antisemitismo global que tiene diferentes puntos álgidos durante la contemporaneidad, demostrando básicamente que el antichuetismo es un antisemitismo más.

- ¿Le preocupa que este episodio desvíe la atención del valor histórico y social de su investigación?

- No me preocupa, porque todavía no he visto a nadie que me critique por temas académicos. De hecho, lo preferiría, porque todo debate académico enriquece la investigación.

- ¿Ha recibido apoyo de colegas, instituciones académicas o miembros de la comunidad xueta desde que estalló la polémica?

- Sí, especialmente, de antiguos profesores en la universidad, de compañeros investigadores, tanto de la isla como de fuera. Por otra parte, evidentemente también de amigos y conocidos, que se han interesado por saber cómo me encontraba. Diría que en general he salido reforzada, aunque estos días hayan sido duros. Me han invitado para que vaya a hablar en un montón de sitios y como sigo investigando y mi tesis da para mucho, van a salir muchas cosas buenas de todo esto.

- La charla se reprogramará con medidas de seguridad reforzadas. ¿Le inquieta que un acto académico necesite este tipo de protección?

- Me podía inquietar hace un año y medio, pero ya llega un punto que lo normalizas. Espero que esto sirva para entender hacia dónde vamos como sociedad y no permitamos que se imponga el fanatismo.

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