El Príncipe Guillermo con la Reina Camila, en una de sus últimas apariciones en público
Casa Real británica
El diagnóstico de Kate, la razón por la que Guillermo no fue a la ceremonia por el Rey Constantino
El Heredero de la Corona británico decidió no asistir al servicio religioso para acompañar a su esposa, que acababa de conocer que se le había detectado cáncer
La ausencia del Príncipe Guillermo en la ceremonia religiosa oficiada el pasado 27 de febrero en memoria del Rey Constantino de los Helenos se debió al diagnóstico de su esposa, la Princesa de Gales, que en esos días fue informada de que se le había detectado un cáncer, tal y como ella misma ha hecho público este viernes a través de un vídeo.
Así lo afirman periodistas británicos para explicar la ausencia del Heredero de la Corona en aquel servicio religioso. El hecho de que Guillermo cancelara en el último momento su presencia en la ceremonia llamó mucho la atención, porque estaba previsto que el Príncipe hiciera una de las lecturas del servicio en memoria de quien fue su padrino, el Rey Constantino.
Por «razones personales»
Sin embargo, en aquel momento solo se dijo que el Príncipe Guillermo había llamado a la Familia Real griega para cancelar su asistencia por «razones personales». Y el Palacio de Kensington añadió que la Princesa de Gales seguía evolucionando favorablemente.
A la ceremonia tampoco pudo asistir el Rey Carlos III, que estaba convaleciente del tratamiento contra el cáncer que también le había sido diagnosticado, por lo que fue la Reina Camila quien ejerció como anfitriona de los invitados a la ceremonia, entre ellos varios miembros de Familias Reales extranjeras.
A la ceremonia religiosa, que se ofició en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, asistieron los Reyes Don Felipe, Doña Letizia, Don Juan Carlos y Doña Sofía, así como las Infantas Doña Elena y Doña Cristina.
A la salida del templo, se pudo ver a Don Felipe, en un cariñoso gesto, ofreciendo el brazo a su padre. Algunos periodistas interpretaron que esas imágenes suponían la reconciliación entre padre e hijo tras el alejamiento de los últimos cuatro años y una rehabilitación pública de Don Juan Carlos.
Sin embargo, el Palacio de La Zarzuela aclaró que no había nada nuevo y que seguían vigentes las condiciones previas. Es decir, que el gesto de Don Felipe fue el de un hijo que ofrece su brazo a su padre porque tiene dificultades para moverse, pero que no se pretendía escenificar en público ningún cambio.
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