Manolo el del Bombo, el ciudadrealeño que mejor representó el sentimiento español de una región sin complejos
Manolo era inconfundible como el toro de Osborne, en lugar de encaramado a una loma, subido a una grada, con una sonrisa y un espíritu que hizo el espíritu de un país durante décadas

Manuel Cáceres Artesero, Manolo el del Bombo, en 2018
No nos habíamos parado a pensar en que Manolo el del Bombo era de Ciudad Real, castellanomanchego o manchego solamente. La Comunidad autónoma menos regionalista de España y más española, con sentimiento vivo de España, sin complejos.
Manuel Cáceres Artesero, fallecido este jueves, lo demostró durante toda su vida con un atuendo característico en las citas internacionales de la Selección española de fútbol, mayormente. Si Indiana Jones llevaba un sombrero, un bolso y un látigo, Manolo llevaba una boina, una camiseta de España y un bombo como si con todo ello fuera en busca del arca perdida.
Su sencilla enseñanza
Manolo era inconfundible como el toro de Osborne, en lugar de encaramado a una loma, subido a una grada, con una sonrisa y un espíritu que hizo el espíritu de un país durante décadas en los niños emocionados que le vieron a él emocionado en una pasión que ha trascendido y en una enseñanza que ha calado, a pesar de que algunos la están secando.
Su muerte triste viene un poco a humedecer, además de los ojos, esa enseñanza que fue algo tan sencillo (y ahora tan complicado, en realidad siempre) como ser español. Manolo lo resumió en su imagen folclórica que podría unirse a la del flamenco y los toros. Porque España es flamenco y toros, sí, además de muchas cosas más.Las condolencias y mensajes llegados y publicados desde todas partes muestran ese sentimiento por Manolo, y desde Manolo por España, como si hubiera sido un vaso comunicante meramente popular y al final tan profundo como una obra de Ortega, a quien es posible que le hubiera gustado conocer a Manolo, como sujeto de análisis patrio y, por qué no, hasta como inesperado vertebrador de su España Invertebrada.