Techo y butacas del Teatro Circo en Albacete
El Teatro Circo de Albacete: Las artes que viven bajo el cielo estrellado de un espacio único en el mundo
Los aires de modernidad trajeron el interés por las artes escénicas a la sociedad albaceteña que hizo realidad su primer escenario en 1887, todavía conservado y en uso como el recinto de estas características más antiguo del mundo
En las ciudades existen espacios que muchas veces pasan desapercibidos, más aún para el visitante puntual. En el caso de Albacete, el Teatro Circo trasmite la historia de una población interesada por las artes desde tiempos remotos, donde el espectáculo siempre tuvo cabida por el añejo afán del público.
Coincidiendo con la gran proyección hacia la modernidad y el crecimiento de sus calles, Albacete acogió la creación de unas tablas que forman parte de la historia mundial. En 1862, Isabel II declararía oficialmente el salto de villa a ciudad. Poco antes, en 1855, la modernidad se abrió paso, en la por entonces villa, con la llegada del ferrocarril. Un hito que marcaría para siempre la historia de la posterior ciudad y sus poblaciones adyacentes.
Con el territorio en plena ebullición, las gentes empezaron a sentir curiosidad por materias alejadas de los intereses laborales. El ocio se erigía novedad y el arte un lujo. Con esta tesitura de mentalidad evolutiva, en 1886 nace en Albacete la Sociedad del Teatro Circo, motivada por las inquietudes artísticas de un grupo de vecinos en busca de un espacio cultural para la ciudad.
Tras la compra de un solar entre las calles Carcelén e Isaac Peral, las obras dieron comienzo y el 7 de septiembre de 1887 el escenario se dio por inaugurado. Desde entonces, el Teatro Circo de Albacete no ha dejado de crecer y reinventarse, siendo el más antiguo del mundo en activo, que combine ambas disciplinas.
De sueño a icono
Antiguo Teatro Circo
Las artes circenses beben de una historia complicada de acotar. ¿Cuándo y cuál fue la primera vez que un ser humano mostró sus habilidades ante un público? No es disparatado pensar en tribus milenarias, que alrededor del fuego deleitaran a sus iguales con capacidades de equilibrios o piruetas. Desde tiempos ancestrales hasta hoy, el circo ha evolucionado a un crisol de espectáculos inagotable.
El primer circo como tal, conformado e instituido como grupo profesional, se refiere al fundado por Philip Astley, conocido por el nombre de ‘Astley Riding House’ de Londres. Su fundación se documenta en 1768 y da lugar al primer circo moderno. Desde entonces, las ferias ambulantes vivieron una etapa de esplendor en el siglo XIX y principios del XX, con su expansión por la geografía mundial.
Albacete no podía ser menos y con la puesta en marcha del Teatro Circo daba un paso más hacia la modernidad. Curiosamente, la construcción del primer espacio artístico de la ciudad coincidió con la llegada de la luz eléctrica y las primeras sesiones de cine acontecidas en la ciudad. Albacete se subió definitivamente a la ola de los nuevos tiempos.
La primera obra a representar fue la famosa zarzuela de Barbieri, El diablo en el poder. Más de mil personas abarrotaron las butacas del nuevo orgullo albaceteño. Para combinar artes teatrales y circenses, el arquitecto Juan Pyronnet y el delineante Emilio Vergara, confeccionaron un recinto ideal para la convivencia de ambos espacios en unas mismas tablas, gracias a su forma de herradura.
El primitivo Teatro Circo contaba con un estilo neomudéjar todavía presente pese a las remodelaciones. Yeserías, arcos y decoraciones geométricas dan cuenta del estilo que ha marcado siempre al recinto, mientras su fachada alude al estilo clásico por medio de sus columnas jónicas.
Con el constante avance de los tiempos, las instalaciones se han visto obligadas a realizar varias remodelaciones. En 1919 se produjo una de las más novedosas, dando lugar a un espacio de alta calidad con la instalación de calefacción y del cielo raso del techo. Además, posteriormente se construyeron por primera vez sus icónicos palcos y plateas, que confeccionaron un espacio elegante. En 1901 tuvo lugar la primera proyección cinematográfica en su interior y tras las remodelaciones por el Ateneo, que ampliaron el aforo en los años cuarenta.
Cierre y resurrección
Aspecto actual del Teatro Circo
Antes de su inesperado cierre, el Teatro Circo acogió eventos inolvidables para Albacete. Entre ellos destaca la llegada de la tecnología tecnicolor para la proyección de películas en pantallas panorámicas. En 1951, se estrenó la inolvidable Lo que el viento se llevó y así continuó como centro cultural hasta el cierre de sus puertas en 1986, tras la jubilación del empresario a cargo del lugar.
Albacete quedaba huérfano de un espacio único, que el Ayuntamiento no quiso dejar morir. Siete años después, en 1993, compraron las instalaciones y las restauraron tal y como se presentan en la actualidad con la vuelta a la vida en 2002. La esencia e importancia para el orgullo albaceteño se mantuvo intacta y su reapertura impulsó, todavía más, el valor de su arquitectura y privilegio como centro cultural.
Con la restauración se recuperaron muchos de los aspectos neoárabes y se incorporaron tanto una sala de exposiciones, como una cafetería en la sala Pepe Isbert y un pequeño teatro para niños en el sótano.
El Festival Internacional de Circo de Albacete congrega a los artistas circenses de mayor relevancia mundial, que compiten sobre el escenario para llevarse el honor del premio Cirquijote de Oro. Además, importantes interpretaciones musicales tienen lugar en el Teatro Circo, como el Festival Internacional de Jazz o incluso óperas.
Poca gente, por no decir nadie puede resistirse al ‘pasen y vean’ del Teatro Circo, el espacio de tales características más antiguo del mundo. Bajo su cielo estrellado se relata la historia de una ciudad con añejo interés por las artes escénicas, en un lugar que ha sido declarado Bien de Interés Cultural rumbo a la lucha por obtener la ansiada distinción como Patrimonio Mundial de la Humanidad.