Boda de Isabel Preysler y Julio Iglesias
El día en que Isabel Preysler convirtió Toledo en el centro del glamour español
Su boda con Julio Iglesias en La Quinta de Illescas marcó un antes y un después en la historia del corazón y convirtió una finca toledana en símbolo de lujo, romanticismo y exclusividad
Isabel Preysler ha vuelto a poner patas arriba el mundo del corazón. Sus memorias, Mi verdadera historia, no solo abren la puerta a los capítulos más íntimos de su vida, sino que rescatan uno de los momentos más recordados por toda una generación: el día en que Toledo fue testigo del amor entre Isabel y Julio Iglesias.
Corría el año 1971. Ella tenía apenas 18 años; él, un joven cantante que ya empezaba a saborear la fama. Ambos decidieron sellar su historia en una finca que hoy sigue siendo sinónimo de elegancia y exclusividad: La Quinta de Illescas -por aquel entonces De Torres-, uno de los lugares más codiciados de la provincia y, durante unas horas, el epicentro del glamour español.
La expectación fue tal que la prensa la bautizó como «la boda del año». Cuentan que había casi tantos fotógrafos como invitados. Las imágenes de aquel enlace recorrieron el país y marcaron un antes y un después en la crónica social de España.
La boda del año en la revista HOLA
Un paraíso a veinte minutos de Madrid
Ubicada a solo veinte minutos de la capital, La Quinta de Illescas es un oasis de casi tres hectáreas donde los jardines, las fuentes y los caminos arbolados crean un escenario de ensueño. Son más de 25.000 metros cuadrados de naturaleza cuidadosamente diseñada para envolver a cada visitante en un ambiente romántico y sofisticado.
Jardines La Quinta de Illescas
La finca se ha convertido en una de las favoritas de las parejas que buscan un enlace con encanto, lejos del bullicio y cerca del cielo. Y es que, más allá de su belleza, este espacio guarda un tesoro muy especial: una capilla consagrada privada, el mismo lugar donde Isabel y Julio se dieron el «sí, quiero».
Capilla La Quinta de Illescas
Con capacidad para 150 personas, su interior respira la intimidad y el magnetismo de aquellas grandes bodas de época. A su alrededor, los jardines ofrecen rincones perfectos para ceremonias civiles o cócteles bajo las estrellas.
La Quinta de Illescas
La esencia de Isabel, la magia de Toledo
El alma de la finca refleja esa elegancia luminosa que siempre ha caracterizado a Isabel Preysler: decoración moderna, romántica y exquisitamente cuidada. Cada detalle puede personalizarse, desde las mesas hasta la iluminación, porque —como explican desde la propia Quinta— «puedes diseñar tu evento hasta donde la imaginación te lleve».
Ese espíritu, mezcla de sofisticación y calidez, hace que el lugar conserve intacta la magia del enlace que lo hizo famoso. Pocos rincones de Castilla-La Mancha pueden presumir de haber sido escenario de una historia de amor que aún se recuerda medio siglo después.
Recortes
Casarse donde lo hicieron Isabel y Julio
Celebrar una boda en el mismo escenario donde lo hicieron Isabel y Julio no es un sueño imposible.
El menú nupcial ronda los 125 euros por persona, incluyendo cóctel, entrante, plato principal, postre, barra libre y recena.
A esta cifra hay que añadir el alquiler del espacio, 1.500 euros con DJ incluido. Y si la fiesta se alarga hasta la madrugada —de 20:30 a 5:30—, el suplemento asciende a 1.400 euros adicionales.
Una cifra considerable, sí, pero que permite revivir, aunque sea por una noche, la misma magia que unió a una de las parejas más icónicas del siglo XX. Esperemos que no con el mismo final.
Donde el amor se convirtió en leyenda
Más de cincuenta años después, La Quinta de Illescas sigue respirando aquella historia que un día deslumbró al país. Los mismos jardines, la misma capilla, la misma atmósfera de ensueño. Porque hay lugares que no solo guardan recuerdos: los transforman en leyenda.
Y aquel día de 1971, cuando Isabel Preysler y Julio Iglesias se prometieron amor eterno, Toledo se convirtió, por un instante, en el brillante corazón del glamour español.