Castillo de Barcience

Castillo de BarcienceBorjaanimal

Un castillo abandonado a la suerte del tiempo: de la Orden de Santiago a manos del Papa León XIII

El castillo propiedad de la familia Calderón se encuentra en un estado de completo abandono, deteriorándose día tras día

El largo y ancho de la actual región de Castilla-La Mancha se destaca por la rica presencia de castillos. Desde aquellos que se conservan a la perfección hasta otros que guían la ruta, a través de las ruinas, de los vestigios de la región que rinden homenaje a su pasado. Por desgracia, no todos los espacios pueden presumir de su correcta rehabilitación y se ven condenados al olvido.

Lo que para algunos pueden resultar unas meras piedras en ruinas, corresponde al legado histórico de una tierra y su lucha por ser lo que es en la actualidad. La mayoría de estas construcciones se elevaron como fortificaciones estratégicas para la defensa en la Reconquista contra la invasión musulmana, mientras otros cuentan la historia de familias adineradas asentadas tras el reinado de los Reyes Católicos.

El poder feudal y el conflicto entre linajes reside emitiendo su eco en las ruinas mencionadas, pero vestigios como el del castillo de Barcience (Toledo) están a punto de firmar su sentencia de muerte. Sus muros principales se encuentran visibles y anuncian la llegada a un patrimonio de interés, aunque la realidad conforme uno se acerca. El interior está completamente en ruinas y las hierbas prácticamente impiden el paso, mostrando el claro abandono al que está sometido.

Fortificación y casa noble

Castillo de Barcience

Castillo de BarcienceTurismo de Castilla-La Mancha

La zona de Barcience resultó clave como atalaya y punto de defensa fortificado desde tiempos del siglo XI y XII, época donde musulmanes y cristianos intercambiaban ataques. Asentar la zona como punto fuerte de la frontera cristiana, dotó a la zona de cierta importancia, aunque el presente castillo todavía estaba por construir.

En un cerro cercano a la actual localidad toledana, la familia de los Silva construyó el castillo del cual todavía persisten sus ruinas. El lugar fue cedido de por parte del maestre, Enrique IV de Castilla, al que por entonces era cabeza de la familia autora de la obra, Alfonso Tenorio. Anteriormente, el terreno fue propiedad de la Orden de Santiago, en tiempos del siglo XIII.

La obra de los Silva volvió a cambiar de manos durante el siglo XVI y la propiedad pasó al amparo de las casas ducales de Pastrana y Osuna, los que a su vez donaron la potestad del lugar al por entonces papa, León XIII. El Sumo Pontífice terminaría por vender el castillo, sus tierras y el adyacente pueblo, lo cual recaló en la familia Calderón, concretamente en Cirilo Calderón, que asentó en lugar una profunda tradición de actividad agropecuaria.

Condena al abandono

León familia Silva

León familia SilvaBorjaanimal

Pese a su pasado como punto de defensa bélico, la actual construcción del castillo, nunca cumplió tal función y sirvió como lugar de residencia de las familias mencionadas. El enclave sigue perteneciendo a la familia que compró la propiedad y Luis Calderón es el actual heredero.

Hace no tantas décadas, el ya inutilizado edificio era al menos velado por un guarda, pero en los últimos tiempos ha sido condenado por completo al olvido. En su interior queda constancia de la existencia de dos plantas, pero cualquiera que lo visite hoy día, descubrirá un terreno abandonado y plagado de hierbas.

De lo todavía presente, se destaca su clara planta cuadrada, de la cual se destaca una torre exhibiendo el león rampante símbolo de la familia de los Silva, condes de Cifuentes autores de su existencia. Su interior está completamente derruido. En su visita no apreciarán carteles informativos ni muchos menos, espacios habilitados al turismo, por lo que traspasar sus muros sirve para dar cuenta de un pedazo de historia echado a perder, que merece una mayor reconocimiento, antes de que sea demasiado tarde.

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