Juan Carlos Torres posa con la moto que le acompañará en el Rally Dakar
Albacete y el Dakar: Juan Carlos Torres se enfrenta al sueño del rally más duro del mundo
El bombero albaceteño cumplirá el deseo de toda una vida a sus cincuenta años, tomar la salida del Rally Dakar el próximo 3 de enero en Yanbu (Arabia Saudí)
El Rally Dakar es conocido como una de las mayores aventuras deportivas a las que el humano puede enfrentarse. La carrera más dura del mundo acoge desde el próximo 3 de enero a los mejores y más valientes pilotos del planeta, que se darán cita sobre la arena del desierto de Arabia Saudí.
Casi 8.000 kilómetros a recorrer durante catorce etapas, catorce días para llegar a Yanbu, donde este año también se dará la salida. Entre todos los pilotos, Juan Carlos Torres llevará el nombre de Albacete sobre las dunas para cumplir un sueño que nace en la infancia. Todo comenzó con el regalo de una moto y desde entonces, siempre ha sentido la necesidad de vivir aventuras de riesgo. Actualmente, tiene cincuenta años y compagina su trabajo como bombero con el deporte, la adrenalina y el motor.
Han sido años de preparación recorriendo los avatares de diversas pruebas, que le han llevado a su ansiado objetivo de ser uno de los pilotos inscritos. El piloto albaceteño cuenta los detalles de su preparación a El Debate, desde los inicios, pasando por una travesía de obstáculos hasta la emoción expresada en lágrimas al ver su nombre en la lista de participantes.
Juan Carlos Torres: objetivo Dakar
Juan Carlos Torres rumbo Rally Dakar
–¿Cómo llega la semilla del Dakar a tu vida para que crezca la idea de enfrentarte al rally más duro del mundo?
–La idea nace desde pequeño. Mi primera moto me la regaló mi padre con nueve años, una ‘Puch Magnum X’, siempre me han gustado las motos. Tiempo después, empecé a ver los resúmenes del Dakar donde se juntaban los pilotos españoles alrededor de la hoguera y contaban sus aventuras.
Además, se mostraban esas imágenes de helicóptero donde se veían las motos surcar las dunas y de niño siempre me preguntaba cómo lo hacían, cómo sabían dónde iban, puesto que yo no veía ninguna referencia. Era conducir en mitad de la nada y aquello me cautivó. Me fascinó.
Ya en el año 1998, me compré una ‘Africa Twin’ del 91, me fui a Marruecos por primera vez y ahí me di cuenta de que era lo que más me gustaba. Marruecos me enamoró y siempre que he podido he vuelto. De hecho, he estado unas trece veces allí desde entonces, por lo que sí, era un sueño de infancia, desde luego.
Era conducir en mitad de la nada y aquello me cautivó
–¿Qué pasos hay que dar para participar como independiente amateur en el Dakar?
–El Dakar tiene un sistema de selección muy riguroso, hay que demostrar ciertas capacidades. Ellos consideran que se demuestran superando una serie de carreras. Al menos hay que tener una prueba de campeonato del mundo de rally terminada. Son pruebas de cinco días con arena y al menos una de esas pruebas tienes que terminarlas, pero ellos tienen un calendario, que también gestiona la Amaury Sport Organisation (ASO), desarrolladora del Dakar y si corres sus rallies y los terminas, consideran que eres una persona apta.
–¿Cuál ha sido tu experiencia en esas otras pruebas?
–He ido haciendo pruebas poco a poco, de manera muy progresiva. Comienzo a tomármelo más en serio en el año 2013, que me compré una moto de enduro y empecé a salir con los amigos. Luego participé en alguna prueba local en Gran Canaria, como el Enduro de Santa Lucía. También tomé salida en algún cross country y pronto me propuse hacer el Rally Intercontinental que salía de Almería y llegaba a Senegal. Era lo más parecido al Dakar y pensé que ya estaba más cerca que nunca de conseguir lo que yo soñaba.
Ese mismo 2013, me inscribí por primera vez y rompí motor en la séptima etapa cuando iba quinto. En 2014 me vuelvo a inscribir y acabo segundo corriendo con muchos dakarianos. Ahí sentí que sí que era capaz de estar quince días encima de una moto y hacer un Dakar. Estaba más cerca que nunca, empecé a ver que valía y que podía. Fue cuando empecé el proyecto del Dakar en serio.
Juan Carlos Torres sobre su moto
–¿Cómo fue el momento en que recibiste la noticia de que el sueño seria realidad?
–Fue muy emotivo. Estaba solo, en la oficina. Yo soy cabo en mi trabajo como bombero y uno de los turnos, con sus cinco bomberos, está a mi cargo, siendo el responsable de guardia de ese periodo. Estaba en el parque, en mi oficina y sabía que ese día podían publicar la lista de admitidos. Lo estaba esperando y sobre las tres de la tarde, me llegó un correo con la carta de aceptación.
Allí apoyado sobre la mesa de mi oficina ‘más solo que la una’ me puse a llorar como un niño pequeño. Liberé muchísima tensión, fue una mezcla de emoción, de nervios, por ver lo que me faltaba, porque cuando me inscribí, por mi situación personal estaba muy lejos de conseguirlo. No es lo mismo decirle a las marcas o posibles patrocinadores que quieres ir al Dakar, a poder confirmarles que vas.
En mi proyecto he tenido varios saltos, uno fue la compra de la moto de rally, porque tenía otras motos, pero no eran como esta y le di un salto de calidad al proyecto. El segundo salto llegó cuando me vi en la lista, porque la gente ya ve que hay un proyecto y que tienes algo que vender. Por ello, consciente de lo arduo del proceso, tuve muchas emociones contradictorias.
‘Más solo que la una’ me puse a llorar como un niño pequeño. Liberé muchísima tensión
–¿Cuál ha sido el mayor obstáculo a superar para cumplir este sueño?
–Evidentemente el financiero. Es un proyecto que en mi caso, bueno, yo no hago números porque me escandalizo, pero un Dakar desde que te lo propones hasta que lo consigues, pueden ser unos 100.000 euros. Ese dinero me lo he gastado poco a poco, aunque lo que es solo el Dakar, van a ser unos 47.000 euros. Las inversiones previas, las carreras realizadas, material y demás, pues otros tantos. Ese ha sido el gran hándicap, el financiero.
–¿Cómo es el proceso mental y físico de alguien que se va a enfrentar al Dakar?
–Yo por mi condición de bombero tengo ciertas cualidades, tanto físicas como mentales y cierta disciplina que me está ayudando mucho. Tengo cincuenta años, es una realidad. He tenido que cambiar la forma de entrenar y también mentalizarme de que, bueno, mi cuerpo no va a responder de la misma manera. Lo estamos preparando de forma aeróbica básicamente y una serie de fortalecimientos de los movimientos y posturas que tienen que ver con la moto.
Estamos yendo desde la moto al gimnasio y no al revés. Hago tandas en la moto, gimnasio, bicicleta de gravel y algunos deportes como piscina, aeróbicos para aumentar mi resistencia y mi fondo.
Roadbook
–El Dakar es conocido como la carrera más dura del mundo. ¿Qué parte te genera más respeto: la navegación, la resistencia física o la incertidumbre del desierto?
–Sí, sobre todo porque son muchos días. Son catorce. Lo que más me estresa es que la moto no se averíe. No es una moto nueva, está muy bien revisada, pero es la parte que más me preocupa.
¿Mi cuerpo? Estoy trabajando para que no me falle y en la navegación me gustaría ser mejor, la verdad. Ahí tengo que mejorar, poco tiempo de margen tengo, pero a veces me pierdo más de lo que me gustaría. Me gustaría ser mejor navegante.
–¿Hay algún piloto del Dakar que haya sido una referencia o inspiración para ti?
–Marc Coma, evidentemente, de los más actuales. Pero cuando era crío me flipaba Carlos Mas, Jordi Arcarons, al que conocí personalmente y tantos otros. Y me gustó mucho tratar personalmente con el francés Cyril Despres (cinco veces ganador del Dakar), que me dio un pequeño cursillo de 'Road to Dakar' en el Rally de Andalucía en 2021. Gracias a Dios es un deporte donde tú puedes estar con los mejores del mundo y he podido estar con algunos de ellos. Es una experiencia impresionante.
Gracias a Dios es un deporte donde tú puedes estar con los mejores del mundo y he podido estar con algunos de ellos
–¿Cuentas con algún ‘ritual’ o amuleto que te vaya a acompañar en carrera?
–Tengo pensado hacer una lista de agradecimientos. La carrera son catorce días y voy a poner a catorce personas, entidades, administraciones o clubes, a los que darles las gracias cada día. El final de cada etapa se lo voy a dedicar a uno de ellos. No tengo ningún amuleto, ningún ritual. Hablo conmigo mismo, me pido calma, me digo concéntrate, río, lloro dentro del casco, pero no tengo ningún ritual en concreto.
–¿Quién está detrás del sueño del Dakar?
–Mi proyecto lo han salvado las administraciones, básicamente, tanto Diputación como Ayuntamiento y el consorcio que forman conjuntamente en el circuito de Albacete de la mano de Nils Sánchez y Paco Navarro. Este último ha ejercido mucha presión y la verdad que a ellos les debo el poder completar el presupuesto.
También ha habido muchas amistades que me han ayudado con pequeñas cantidades y unas tres o cuatro empresas que me han ayudado por simpatía, este es un tema muy interesante.
Juan Carlos Torres rumbo Rally Dakar
–No hay mentalidad de patrocinio deportivo.
–En Albacete no existe esa mentalidad y menos un deportista individual, al deporte del motor. Si fuera un piloto catalán o valenciano, pues hubiera tenido más ayudas. En Albacete voy a intentar despertarlo, me gustaría que despertara, que las empresas de Albacete vean en este tipo de patrocinios algo más que una inversión con poco retorno.
Pero me gustaría que se viera la inversión en valores, en prestigio, o sea, unir el nombre de su marca a retos o logros, que considero muy interesantes. Así ligar el nombre de Albacete y sus productos a proyectos deportivos tiene que ser rentable de alguna manera, estoy convencido. En otras provincias o autonomías lo es, pues en Albacete tiene que serlo también y espero ser la punta de lanza para abrir a otros el camino y que lo tengan más fácil que yo. He tocado miles de puertas y casi todas se me han cerrado. No he recibido casi ninguna ayuda.
Espero ser la punta de lanza para abrir a otros el camino y que lo tengan más fácil que yo
–¿Qué engloba un proyecto Dakar que la gente no ve?
–Hay muchos factores que trabajar. A nivel personal tienes que ser buen piloto, buen físico, buen navegante y buen mecánico. Esas cuatro cosas hay que trabajarlas mucho y eso es en lo que estamos inmersos, pero el proyecto Dakar es mucho más que eso. Al final hay que trabajar las redes porque ahora te tienes que vender por ahí obligatoriamente, quieras o no quieras, abrí un perfil de Instagram expresamente para eso.
Tienes que hacer tus diseños de flyers, de dosieres, ir a reuniones con empresas o con administraciones, tienes que dominar ese tipo de ambientes. También hablar bien en público para venderte bien y tener una buena presencia. La organización y la logística es clave para saber que llevar, que comprar. Además, debes saber cuáles son los materiales y herramientas indispensables, porque el espacio no es infinito.
Todo ello lo estoy llevando solo. Si tienes dinero pues puedes contratar gente que te lo haga por ti, evidentemente, pero los pilotos amateur normalmente tenemos que depender de nosotros mismos.
–Para terminar, ¿a qué calendario te enfrentas próximamente?
Hace uno días he tenido verificaciones técnicas y administrativas. La moto embarca y va a estar un mes viajando a Arabia. El día 28 diciembre, vuelo para Arabia y los días 1 y 2 de enero son para verificaciones técnicas y administrativas finales ya allí. El día 3 de enero es la prueba prólogo que establece el orden de salida y al día siguiente comienza el Dakar con la primera etapa.
Tres castellanomanchegos
Juan Carlos Torres será el segundo albaceteño en participar en el rally, tras Israel Borrel. Además de la moto del albaceteño, otros dos castellanomanchegos se suman al reto del desierto. El conquense, Fernando Domínguez, en ORIGINAL by Motul y Carlos López, ciudadrealeño, que participará en la misma categoría que el debutante albaceteño.