Incendio en la frontera de Galicia y Castilla y León en la localidad zamorana de Castromil
¿Por qué se quema siempre Zamora?
La provincia ha sido la más castigada de Castilla y León durante la última década y hay explicaciones naturales, pero la razón última casi siempre es la mano del hombre
El incendio de La Carballeda, en Zamora, ya se ha convertido en el más devastador de la historia de España, con cerca de 40.000 hectáreas calcinadas. La provincia, que hace apenas tres años tuvo que sufrir los estragos de otro gran suceso similar, el de la Sierra de la Culebra, forma parte de una especie de triángulo fatal del fuego, junto con las vecinas León y Orense. Sin embargo, hay una percepción de que es Zamora la que siempre se lleva la peor parte. Y, a tenor de los datos, en Castilla y León ha sido así durante la última década.
A falta de que termine este verano, la época por antonomasia para que se sucedan los incendios, la estadística que ofrece el portal de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León señala que León ha sido entre 2015 y 2024 la provincia más golpeada por las llamas en cuanto a número de incendios, con 3.502. Sin embargo, a la hora de medir estos episodios, la clave está en la superficie quemada. Y aquí, Zamora no tiene parangón. Pese a haber padecido 2.151 durante el mismo periodo, la superficie forestal arrasada ha sido mucho mayor.
Así, los zamoranos han visto arder en los últimos años más de 72.000 hectáreas, y subiendo, ya que en este conteo no se incluyen las de este año, habidas y por haber. Esto representa casi el 37 % del total de la superficie calcinada por el fuego en la región. Por contextualizar, en el mismo lapso, en León se quemaron cerca de 53.000 hectáreas y en Ávila, la tercera más afectada en la comunidad autónoma, 37.000. «Es muy difícil saber las causas», señalan resignados desde una asociación de empresas forestales a la pregunta directa que titula este artículo.
Otra imagen del incendio en la localidad zamorana de Castromil
¿Será la extensión de la masa forestal zamorana la culpable? Las cifras no apuntan en este sentido. Castilla y León es la comunidad con mayor superficie de este tipo en España, con más de 700.000 hectáreas. Pero, ¿es Zamora la provincia que más tiene? Negativo. Se trata de León, afectada por la propagación del fuego originado en Zamora. De nuevo aparece la imagen de ese triángulo del fuego que no entiende de divisiones provinciales ni comunidades autónomas.
Sin embargo, que haya muchos árboles, o el hecho de que se trate de zonas altamente despobladas, paradigmáticas de la 'España vacía', tampoco responde a la pregunta por sí sola. Lo que no engaña, de nuevo, son los números, y aquí ocurre una dinámica en toda Castilla y León en general que puede ayudar a arrojar luz sobre el asunto: la mano del hombre. El análisis de los datos de las causas de incendios forestales en la región no dejan lugar a dudas sobre el origen antrópico de este fenómeno.
Seis de cada diez son intencionados
De los aproximadamente 15.000 que se han producido en la última década –a la espera del cierre de este año– menos del 15 % respondían a factores externos a la obra humana. El 57,15 % (cerca de 8.000) han sido intencionados y otro 28,52 % se han debido a negligencias o causas accidentales. Solamente el 8,32 % se han originado por rayos, el 4,63 % por origen desconocido y apenas un 1,38 % por reproducción de otros fuegos. Las detenciones del presunto autor del incendio de Puercas, este jueves, por imprudencia, y la del pirómano de Ávila, hace unos días, con intencionalidad por motivaciones laborales, al trabajar en la extinción, corroboran con hechos estos datos.
En el caso de este año negro para la provincia y la región en su conjunto, se están produciendo, además, otras peculiaridades que, por un lado, facilitan la propagación y, por otro, dificultan su extinción. Las lluvias han provocado que crezca un abundante matorral en los meses previos al estío, que se está caracterizando por ser altamente caluroso, con algunos meses registrando temperaturas históricas máximas desde que hay registros.
Extinción del incendio de Castromil, al norte de Zamora
Como explicaba este miércoles el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, respondiendo a las críticas por la supuesta falta de personal y medios (que se han duplicado desde el fuego en la Sierra de la Culebra de hace tres veranos, estamos viviendo unas «condiciones meteorológicas extremas y difíciles» que han hecho que «se necesitara el triple del operativo, de cualquier operativo». Se trata, según el líder autonómico, de una situación que también están viviendo en países como Portugal, Italia o Grecia. «Son incendios que están fuera de la capacidad de extinción, según los expertos», apuntaba.
Una conversación del operativo en Puercas de Aliste que ha podido escuchar este diario apunta en ese sentido: «Seis kilómetros, en torno a ese a punto es una zona de seguridad. Ahí no se puede actuar ni por medios aéreos ni por medios terrestres». Esto es, aunque los efectivos estén sobre el terreno, en ocasiones es imposible que puedan atacar directamente las llamas en las zonas más peligrosas. En los casos zamorano, y también leonés, ha habido otras causas que han desembocado en esta tragedia, que ya deja dos víctimas mortales y miles de personas desalojadas de sus casas: la sequedad de los montes, una ola de calor más larga y pronunciada que en otras ocasiones y vientos de hasta 90 kilómetros por hora.