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Grupo de independentistas catalanesEuropa Press

¿Por qué dejé de ser nacionalista? Seis testimonios que demuestran que del independentismo también se sale

El escritor Albert Soler cree que cualquier evento de constitucionalistas «tendría CDR y gente tirando huevos, pero esto ya no sucede porque saben que los han engañado»

Según las encuestas, el independentismo nunca ha alcanzado la mayoría de la sociedad catalana pero Alex Rosal, editor de ¿Por qué deje de ser nacionalista? (Ed. Libros Libres) considera que la sociedad catalana se divide entre los que gritan y los pasivos. A estos últimos va dirigido el libro presentado ayer en Barcelona entre un nutrido público y personalidades como la presidenta de la Fundación Olof Palme, Anna Balletbo, la presidenta de Sociedad Civil Catalana, Elda Mata o el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo, José Vargas.
Rosal ha querido editar un libro que «dé calor a los nacionalistas que quieran dar el paso y abandonar el independentismo». En el acto de presentación del libro han participado los nueve autores: periodistas, profesores, empresarios, políticos y escritores. Todos ellos tienen en común su renuncia al nacionalismo. La presentación se convirtió en un acto de exorcismo del nacionalismo, una salida del armario de los autores, una liberación para cada uno de los ellos de una carga que les acompañaba en su biografía por ser corresponsables en un momento de su vida de la decadencia y destrucción de Cataluña.
Miquel Porta Perales, escritor y autor en los años ochenta de Nació i autodeterminació, hoy considera que el problema de Cataluña es el nacionalismo. Porta cree que se «contagió», y ese contagio nacionalista le dio anticuerpos para dejar de idolatrar a la nación. Para Porta Perales el ambiente de su juventud le llevó de forma natural al nacionalismo, delante de su casa había una pintada que ponía Fora xarnegos (fuera charnegos) y vivía, por tanto, el nacionalismo de forma natural.

«Dejar el nacionalismo es un proceso de duelo»

Eva Parera, exsenadora de Unió y hoy líder de Valents, un partido constitucionalista catalán, en su intervención ha explicado el proceso de radicalización del nacionalismo hasta llegar a un punto en el que «el nacionalismo destruye la sociedad». Parera anima a la sociedad catalana a que reconozca que «ha sido engañada», para la candidata a la alcaldía de Barcelona «dejar el nacionalismo es un proceso de duelo pero del nacionalismo se sale».

«Hay luz fuera del rebaño»

Julia Calvet, presidenta de la asociación estudiantil S’ha Acabat, fue independentista. Calvet narra cómo su vida le cambió el día que le preguntó a su madre «¿Tan mal estamos para querer salir de España y no volver jamás?». Calvet, que hoy se enfrenta a las hordas neofascistas independentistas en los campus catalanes, vivía en un ambiente donde TV3 y el FC Barcelona eran las referencias pero, emulando la frase de Fernando Savater, «el nacionalismo se le curó viajando». Para Calvet el nacionalismo «hoy es un negocio». Julia Calvet anima a todos los que se sientan engañados por el nacionalismo den el paso de decirlo porque «también hay luz fuera del rebaño».

«De ERC a acoger guardia civiles el 1 de octubre»

Eva Trías, paso de militante de ERC a acoger a guardias civiles en su camping de l’Escala (Gerona) durante el mes de septiembre y octubre de 2017 cuando fueron expulsados de los hoteles donde se alojaban por la presión de los alcaldes nacionalistas y también del PSC. Trías fue señalada por albergar a las fuerzas del orden pero «los ataques nos hicieron más fuertes». Eva, de padre catalán y madre andaluza, estuvo años escondiendo su nombre compuesto, Eva María, porque María no era catalán y su segundo apellido, Terrón, porque era «castellano». Hoy ya no lo hace y se hace llamar Eva María Trías Terrón.
Anna Grau, que pasó de catalanista a diputada de Cs en el parlamento catalán, afirma que entró en política para «salvar Cataluña». Según su criterio, «España es de titanio pero Cataluña está en peligro». Y dice más: ella cree que los catalanes no independentistas están condenados a no prosperar: «Los que se enfrentan al procés ven recortadas sus alas profesionales», asegura.

«El independentismo ha perdido el sentido del humor»

Para Albert Soler, escritor y columnista de El Periódico y Diari de Girona, que fue militante de ERC y fan de Lluís Llach cree que la presentación del libro es un acto de «nacionalistas anónimos». Soler considera que el procés ha muerto y que la demostración más evidente es que la presentación del libro es un éxito. Soler cree que «hace un tiempo en un acto como este hubiera habido CDR y gente tirando huevos pero esto ya no sucede porque saben que los han engañado». Soler afirma que «se puede salir del nacionalismo al igual que se puede salir de la droga». El escritor reconoce que se hizo militante de ERC porque «en ese partido había una tía que estaba muy buena pero resultó ser como la república imaginaria, no estaba a mi alcance». El escritor cree que lo peor que le ha pasado al independentismo es que «ha perdido el sentido del humor».