
Una de las viñetas de la adaptación de 'Mar i Cel' de Coralí Espuña
Cómic
Los corsarios de 'Mar i Cel' zarpan de nuevo, esta vez en cómic: «Era ahora o nunca»
Coralí Espuña firma una adaptación en viñetas de la obra de Dagoll Dagom
Desde que se estrenó por primera vez en 1988, el musical Mar i Cel de la compañía Dagoll Dagom se ha convertido en un clásico de la escena catalana. Este 13 de julio la historia de amor entre un corsario musulmán y una prisionera cristiana se podrá ver por última vez sobre las tablas, debido a que Dagoll Dagom ha anunciado el adiós definitivo de la compañía, coincidiendo con su 50º aniversario.
A quien no llegue a tiempo de ver la obra en el teatro, no obstante, siempre le quedarán las viñetas. La ilustradora catalana Coralí Espuña acaba de publicar una adaptación de Mar i Cel en cómic de la mano de Yermo Ediciones en la que busca el más difícil todavía: capturar la magia de un musical en el mudo papel de un tebeo. «Era ahora o nunca», señala, en conversación con El Debate.

Arranque de una de las páginas iniciales de 'Mar i Cel'
Espuña tenía el proyecto en la cabeza desde hace cinco años, y la noticia de la jubilación de Dagoll Dagom la espoleó a preparar un dossier, presentárselo y –habiendo obtenido su beneplácito–, conseguir el interés de la editorial. ¿Dónde está la música en este Mar i Cel? En su uso de las viñetas como si fueran las corcheas y notas de una partitura, «intentando emular el ritmo de cada canción».
Irónicamente, dice, las canciones más populares fueron las más sencillas: en la balada Per què he plorat? opta por una disposición en espejo que conecta –y separa– a los dos amantes, mientras que el himno de los piratas está resuelto con una espectacular ilustración en la que el mar embravecido se convierte en caballos de espuma. «Los cómics tienen a favor del teatro o el cine que puedes poner todos los efectos especiales que quieras», celebra la autora.
Para las nuevas generaciones
Espuña recuerda que Mar i Cel fue el primer musical que vio en el teatro, cuando apenas tenía seis años. «Me llevaron sin decir nada y me hicieron quedarme hasta el final, me pasé la vuelta llorando», explica. Una experiencia que ahora traslada a sus sobrinos, Olivia y Estevet, a los que dedica el cómic «para que cuando crezcan puedan vivir un poco lo que fue Mar i Cel».
Con esto en mente, Espuña ha pergeñado un tebeo que pictóricamente bebe de la influencia de autores italianos como Gigi Cavenago o Massimo Carnevale, así como del trazo de Greg Smallwood. «La parte más difícil fue la canción de Idriss [en la que muere un joven], por la violencia», señala la artista.
El resultado es una relectura dinámica y viva de la tragedia imaginada por Angel Guimerà en su momento, una suerte de Romeo y Julieta a bordo de un barco pirata que ha capturado la imaginación de varias generaciones. ¿Y después? Espuña ya trabaja en su próximo proyecto, Cuentos de Ítaca, un cómic antológico explicando la historia oculta de Penélope y otras mujeres en los márgenes de la Odisea.