Muerte de Wifredo el Velloso, pintada por P. A. Béjar
Educación
¿Historia o ideología? Así se tergiversa el pasado en los libros de texto de Cataluña
Del falso origen de la 'senyera' a la exagerada represión franquista del catalán: un repaso a algunos bulos históricos que se enseñan en Cataluña
La tergiversación de la historia en Cataluña se remonta a 1990, con la publicación del Programa 2000 de Jordi Pujol: una hoja de ruta del catalanismo cuyas ramificaciones llegan hasta las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). Este martes, los alumnos catalanes se examinarán de Historia, con el precedente de la prueba del año pasado, en la que podían escoger entre dos preguntas.
Una pedía explicar «el papel de la mujer durante la Segunda República y el franquismo, atendiendo su contexto histórico». La otra era más perversa, pues se buscaba conocer la ideología del alumno. La pregunta decía: «Sois un defensor de la democracia en Cataluña justo después de la muerte de Francisco Franco y queréis convencer a algún amigo o amiga para que se una a vuestra lucha».
La perversidad estaba en la explicación de la misma. Y el enunciado añadía: «Haced una relación, con criterios históricos de los argumentos que se podrían utilizar para informar al futuro militante: de qué organización formáis parte, qué ideología y qué objetivos tiene, como se estructura y qué dificultades se puede encontrar cuando se integre en la organización si es descubierto y el vínculo entre las reivindicaciones sociales políticas».
Más allá de la anécdota, el hecho es que en los libros de texto encontramos bulos vinculados a la historia. Un clásico es el vinculado con el origen de la senyera. Explican que en su lecho de muerte Guifré el Pilós le pidió un escudo de armas a Carlos el Calvo. Este le puso los dedos en la herida y, con estos ensangrentados, los deslizó por el escudo dorado de Guifré, creando la senyera. Sin embargo, cuando murió Guifré, Carlos el Calvo llevaba 20 años muerto, y los escudos de armas se empezaron a usar 300 años más tarde.
Corona de ¿Aragón?
Otro bulo es decir que Cataluña en la Edad Media era un estado independiente y aquella fue una época de esplendor. En aquellos tiempos Cataluña era un territorio más de la Corona de Aragón. Desde el 1150, cuando Petronila de Aragón se casó con Ramón Berenguer IV, formaba parte de ella. Con anterioridad era una serie de condados.
Representación heráldica del Rey de Aragón en el Armorial ecuestre del Toisón de Oro, 1433-1435.
El bulo se amplía cuando se escribe «Corona catalano-aragonesa», un término que nunca existió. O era Reino de Aragón o Corona de Aragón. Cataluña, como el Reino de Valencia o el de Mallorca, eran parte de ella, y nunca tuvo el protagonismo que intentan darle. Un protagonismo que predica que Cataluña era un país propio hasta 1714.
Aquel 11 de septiembre y el Decreto de Nueva Planta propiciaron que perdiera sus libertades. Este tema ya está muy trillado. El problema es que, de tanto repetirlo, algunos se lo creyeron y siguen creyéndoselo. Con Felipe V Cataluña consiguió una independencia comercial, pues se levantaron las fronteras internas y pudieron comerciar con Castilla y América. Se suprimieron los aranceles internos, con lo cual creció el comercio. Es cierto que oficialmente el catalán estaba prohibido, pero no en la calle. En la llamada Cataluña Vieja se siguió hablando en catalán.
Para diferenciar Cataluña del resto de España y su historia, no se habla de la guerra de la Independencia, sino de la «guerra del francés». Es como si los franceses hubieran invadido Cataluña y allí se hubiera luchado en solitario para liberarla, olvidándose que fue una guerra de toda España contra el ejército napoleónico.
Represión del catalán
El historiador Agustín Alcoberro publicó en la Editorial Teide un libro de texto en el cual afirma que la lengua catalana fue duramente reprimida durante el franquismo. «Se prohibieron las sardanas, el himno y la bandera catalana, y la lengua catalana fue objeto de una represión extrema. Se prohibió que se enseñara en la escuela, que se utilizara en el teatro y en la edición de libros y periódicos, e incluso se prohibió hablar catalán en lugares públicos», dice.
Todo esto es falso. En 1945 se iniciaron las emisiones de radio en catalán; se comenzaron a editar numerosas revistas en catalán, como Canigó, Tele-Estel o Serra d’Or. Se fundó la editorial Abadía de Montserrat, que publicaba en catalán. En 1952 la Universidad Central de Madrid tenía la cátedra Juan Boscán de lengua y literatura catalanas.
En los años 60 se podía estudiar en catalán en numerosos centros de enseñanza. En 1964 TVE inició su programación regional en lengua catalana. Se bailaban sardanas, había teatro en catalán y cantaban los orfeones. Tampoco existe la Cataluña Nord ni los Països Catalans. Esto último es un inventó Joan Fuster.
La II República
Si nos centramos en la pregunta de la PAU, se considera que la II República fue idílica para las mujeres. El 19 de noviembre de 1933 votaron por primera vez. Esto se consiguió a pesar de la oposición de políticos y ciertos sectores de la sociedad, que consideraban a las mujeres poco formadas e influenciables por la Iglesia Católica.
Es decir, no quería el voto conservador sino el de izquierdas. Y fueron mujeres como Clara Campoamor las que consiguieron el voto femenino. Y otras mujeres como Victoria Klein o Margarita Nelken, que querían negárselo.
Los tergiversadores de la historia, además, consideran la Guerra Civil como un conflicto español que salpicó Cataluña. En ocasiones hablan de una conspiración de España para recuperar Cataluña, porque presuponen que al instaurarse la Generalidad, en 1931, se convirtió de nuevo en un país independiente. Por ejemplo, este pensamiento lo tuvo Lluís Companys hasta el final de sus días.
Argumentan que la quema de iglesias no tuvo demasiada relevancia en Cataluña. Sin embargo, en realidad se asesinó a 2.441 sacerdotes y monjas, y solo en la diócesis de Barcelona se quemaron 500 templos. Suerte que «no tuvo demasiada relevancia».
En resumen, en las aulas catalanas, desde 1990, no se ha enseñado historia, se ha hecho política. Se ha tergiversado todo lo relativo a Cataluña y a España, para demostrar que la primera siempre fue una nación independiente. Esta falacia, repetida hasta la saciedad, hace que varias generaciones de catalanes desconozcan la historia real y sólo sepan una ínfima parte de la verdad. De ahí lo que se vivió y vive social y políticamente en Cataluña.