Detalle de 'Entrada triunfal del rey Jaime I a la ciudad de Valencia', pintado por Richart Montesinos en 1884

Detalle de 'Entrada triunfal del rey Jaime I a la ciudad de Valencia', pintado por Richart Montesinos en 1884Wikimedia

Onomástica

De guerreros, vírgenes y condes: los nombres y apellidos medievales de Cataluña que se resisten a desaparecer

Arnau, Guillem o Montserrat siguen siendo nombres populares en 2025

Según el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), los nombres de bebé más populares en 2024 para las niñas fueron Sofía, Julia, Ona y Mia. Por lo que se refiere a los niños tenemos a Martí, Biel, Marc y Leo. Algunos de estos nombres tienen una larga historia y otros son más nuevos, pero ¿qué hay de los nombres medievales de Cataluña?

Teniendo en cuenta las modas de los últimos tiempos, la realidad es que hay una serie de nombres que han desaparecido de las estadísticas pero que en su momento formaron parte de la historia de Cataluña. Entre estos se cuentan nombres como Gausfred, de origen visigodo y muy común entre la nobleza catalana medieval.

Otro es Sunifred, de origen germánico, también muy común entre los nobles de aquel momento. Un tercero es Ataülf deriva de las palabras góticas atta («padre») y wulfs («lobo»), lo que se traduce como «padre lobo» o «noble lobo». Aunque estos tres han desaparecido, hay otros dos que forman parte de esta misma tradición y que todavía gozan de cierta popularidad: Arnau y Guillem, la versión catalana de Guillermo.

Arnau y Guillem

En 2024 se puso el nombre de Arnau a 255 niños y el de Guillem, a 386. El nombre Arnau es de origen germánico, derivado de Arnoald: está compuesto por arn («águila») y wald («fuerte»), que significaría «fuerte como las águilas». Muy popular durante la Edad Media y vinculado al personaje mitológico del Conde Arnau. Entre los personajes históricos con este nombre tenemos al médico, teólogo y embajador Arnau de Vilanova (1238-1311) o al escultor y arquitecto Arnau Cadell, en el siglo XIII.

Guillem también es de origen germánico: deriva de Wilhelm, que significa «protector resuelto» o «aquel que desea proteger». También se hizo famoso en la Edad Media, vinculado a nobles y caballeros. Entre ellos destacan Guillem de Berguedà, un trobador catalán del siglo XII; Guillem de Montcada, figura clave en la conquista de Mallorca, o Guillem de Montgrí, arzobispo de Tarragona y conquistador de Ibiza y Formentera.

Además, existen figuras menos conocidas como Guillem de Cabestany, un trovador cuya existencia es discutida, y Guillem de Llívia, un personaje posiblemente legendario venerado localmente como un santo y que cuenta con una capilla en el parque municipal de este curioso pueblo español rodeado de territorio francés.

Los nombres femeninos

Por lo que respecta a las mujeres, tradicionalmente el más antiguo es María, de origen hebreo. Después tenemos el nombre de tres vírgenes catalanas: Montserrat, Eulalia y Madrona. Este último es menos común, pues actualmente sólo hay 75 personas que se llaman así, a diferencia de las 4.322 Eulalias y las 73.843 Montserrats.

Curiosamente, hubo una época, entre los siglos XVII y XVIII en que el nombre de Montserrat se le puso a algunos hombres, aunque no era muy frecuente. Existe la versión masculina, que es Montserrate y que actualmente lo llevan seis hombres en toda Cataluña.

Imagen de la Virgen de Montserrat venerada en el santuario

Imagen de la Virgen de Montserrat venerada en el santuarioAbadia de Montserrat

El nombre de Elisenda tiene una larga historia en Cataluña, con figuras notables como Elisenda de Montcada, reina consorte de Aragón, que fundó el Monasterio de Pedralbes en el siglo XIV. Este nombre, derivado de una variante más antigua, Alicsén, se remonta a orígenes germánicos y ha sido usado en Europa, especialmente en Cataluña.

Otro nombre relativamente común en la Cataluña medieval es Violante, o Violant en su forma catalana. Un ejemplo notable es Violant de Bar, esposa de Juan I de Aragón, o Violant de Hungría, reina de Aragón y esposa de Jaime I. También tenemos otros bastante comunes como Nuria, Tura, Mariona, Isona, Gemma, Alba, Aina o Agnès.

Hay un nombre que llevan 20.142 mujeres y, si bien no es de los más antiguos, su historia es curiosa. Nos referimos a Mireia, que deriva de Mirelle y, a su vez, del hebreo Míriam. El nombre es de origen provenzal y significa «maravilla» o «admirable». Proviene de la obra Mirèio de Frédéric Mistral: un poema en doce cantos publicado en 1859. Lo tradujo al catalán Francesc Pelagi Briz, con su forma Mireia, en 1864, y ahí empezó a popularizarse.

Apellidos

Finalmente es complicado que algunos apellidos sobrevivan muchas generaciones. Apellidos de grandes sagas de la Edad Media hoy en día han desaparecido como los Montcada, los Canet o los Cardona, entre otros. Sin embargo, existe un apellido con más de 1.000 años de existencia, que se niega a desaparecer.

Se trata de Galí, que viene del nombre propio germánico Galindus. El apellido se encuentra en una saga de condes del siglo XI de Urgel y de Cerdaña, pero también en registros más antiguos. Actualmente 70.986 personas lo llevan de primer apellido y cuatro como segundo.

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