
Parada de la asociación John Henry Newman frente a Sant Ramon de Penyafort, este miércoles
Crónica
Libros del Papa y rosas a la Virgen: «Sant Jordi es también una oportunidad para evangelizar»
Entre libros y rosas, lo eterno se cuela en la fiesta de Sant Jordi
La fiesta de Sant Jordi tiene «raíces cristianas», como recordó el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en un diálogo con el escritor Javier Cercas que daba pistoletazo a la fiesta cultural por excelencia en Cataluña. «Yo soy ateo y anticlerical, pero no soy tonto: está en el nombre, Sant Jordi”, le respondía el autor de Soldados de Salamina, abriendo un debate sobre el poso católico de esta fiesta y sobre si hoy queda algo de eso en la celebración.
«San Jorge es uno de esos santos míticos que probablemente no existieron, pero Sant Jordi tiene una dimensión religiosa que no se puede negar: hay que aprovecharlas todas porque todas suman», reflexionaba este miércoles el catedrático de Derecho internacional privado Rafael Arenas. Lo hacía desde la parada de Impulso Ciudadano y S’ha Acabat!, una mesa cubierta de volúmenes sobre política en la que, sin embargo, relucían tres títulos espirituales, de Fragmenta Editorial, que también tenía parada propia.
Es de esta manera, como pepitas de oro en un río de libros y rosas, como uno encontraba destellos de la dimensión vertical de la vida mientras recorría las calles de Barcelona. Así, entre paradas de entidades, partidos políticos o equipos de fútbol asomaba de repente el stand de Albada Editorial, con su Nuevo Testamento «rojo Ferrari», o el de la asociación John Henry Newman, con títulos dedicados a Benedicto XVI, G.K. Chesterton o san Francisco de Asís.
«Las raíces cristianas de esta fiesta también significan que bajo las ramas del árbol que sujetan puede cobijarse cualquiera que busque sincera y abiertamente la verdad de las personas y del mundo», reflexionan los editores de Albada, un sello joven cuyas propuestas orbitan en torno al crecimiento personal y el progreso interior, con una mirada cristiana y abierta.
Otros tienen un enfoque más directo, como la librería Balmes, decana de la venta de libros religiosos en Barcelona: «Sant Jordi es, por supuesto, una fiesta cristiana, aunque esto se ha ido desvirtuando; nosotros a través de esta parada pretendemos poner nuestro granito de arena y contribuir a la evangelización», señala Guadalupe Alsina mientras ordena libros del difunto Papa Francisco, en primera línea de público.
Sobre este tema, María José Argerich, presidenta de la citada Asociación John Henry Newman, también ve una «oportunidad» en la fiesta de Sant Jordi para desterrar los «clichés políticos» a la hora de hablar de la figura del Santo Padre. «Nuestra propuesta huye de etiquetas políticas y encasillamientos», dice, señalando los libros de Ediciones Encuentro que cubren la mesa: «Todos los libros que editan tienen un trasfondo de propuesta cultural cristiana».
Rosas para la Virgen
Bajando por Rambla Cataluña destacaba el portalón abierto de par en par de la iglesia de Sant Ramon de Penyafort. En la entrada, un letrero: «¡Regálale una rosa a la Virgen!».

Letrero en la entrada de la parroquia de Sant Ramon de Penyafort
El dinero conseguido con estas flores marianas se destinará a financiar Bocatas BCN, un grupo de voluntarios que sale cada semana ofreciendo bocadillos y compañía a las personas que duermen en la calle. «Con lo que saquemos hoy financiaremos los gastos de prácticamente todo el año», explica una voluntaria.
En esta línea, también cabe destacar la parada de Cáritas Diocesana de Barcelona, en la que además de los libros y las rosas también se podían encontrar objetos artesanos hechos a mano, elaborados por personas en situación de sinhogarismo. «Regalar una rosa o un libro puede cambiar un día, pero colaborar con iniciativas como esta puede cambiar vidas», señalan desde el Arzobispado.