
Una escena de 'Le llamaban Calamidad', el último western rodado en Esplugues de Llobregat
Historias de Barcelona
El 'pueblo vaquero' de Barcelona donde se rodaron 70 westerns: lo dinamitaron porque molestaba a un ministro
Esplugas City se construyó en 1964 y acogió 70 rodajes de western a lo largo de una década
En 1964, los hermanos Alfonso, Francisco y Enrique Balcázar construyeron en el municipio de Esplugues de Llobregat (Barcelona) unos estudios de producción y doblaje con cinco platós, así como instalaciones para la toma de sonido, salas de proyección y montaje. Allí se rodaron, entre otras, las películas Once pares de botas (1954), de Rovira Beleta; Relato policíaco (1954), de Antonio Isasi- Isasmendi, o Yo maté (1957), de Josep Maria Forn.
También fueron el lugar donde si filmaron El tigre se perfume con dinamita (1965) de Claude Chabrol; El yankee (1966), de Tinto Brass; La pell cremada (1967), de Josep Maria Forn; Mañana será otro día (1967), de Jaime Camino; Dante no es únicamente severo (1967), de Jacinto Esteva y Joaquim Jordà; Las Vegas 500 millones (1968), de Antonio Isasi-Isasmendi; Tuset Street (1968), de Jorge Grau y Luis Marquina; Nocturn 29 (1968), de Pere Portabella, o Sexperiencias (1968), de José María Nunes.
En el exterior de los estudios se construyó un pueblo del Oeste, al estilo de los existentes en el desierto de Tabernas en Almería. A este se le conoció como Esplugas City. En poco tiempo empezaron a filmar las películas conocidas como spaghetti-westerns. El poblado tenía tres calles y 40 casas, ordenadas por temáticas: el oeste minero, los poblados prósperos y las casas mexicanas.

Vista aérea de los estudios construidos en Esplugues, en una imagen de archivo
Además, también había un saloon, la oficina del sheriff, la barbería, el almacén, el banco, y la iglesia. En total ocupaba 9.427 m2. La mayoría de las construcciones solo eran fachada y cajas, sin que hubiera nada en su interior. Allí se filmaron 70 películas, entre las que destacan Pistoleros de Arizona (1965), Una pistola para Ringo (1965), Crónica de un atraco (1968), El más fabuloso golpe del Far West (1970) o Le llamaban Calamidad (1972).
Con la decadencia de este género los hermanos Balcázar pensaron en convertirlo en un parque temático. El problema es que Esplugas City se veía desde la autopista. El ministro de Información y Turismo, Alfredo Sánchez Bella, ordenó que se derribara porque desentonaba. La última película que allí se filmó fue Le llamaban Calamidad. Se aprovechó el rodaje para dinamitar e incendiar Esplugas City, desapareciendo para siempre el lejano oeste del área metropolitana de Barcelona.
Estudios de cine en Barcelona
A parte de Esplugas City Barcelona tuvo una serie de estudios cinematográficos, que hicieron famosa a Barcelona como capital del cine. Estos estudios se inauguraron en la década de 1940 y dieron fin antes del final del franquismo.
En la calle de los Vergós números 2 a 4, estuvieron los estudios Cinema Kinefon y, posteriormente, Los Buch San Juan. Los primeros los fundó Juan Homedes Mauri, un fabricante de licores de Tortosa. Allí, antes de la guerra civil, ya estaban los estudios de doblaje Trebor de Robert Wahl.
Tenía tres platós para rodajes. Llegó a tener 2.500 m² y a producir 12 películas y 25 cortos anuales. Los estudios cerraron en 1951 debido a las nuevas técnicas de color, el cinemascope, la grabación en exteriores y que los herederos de Homedes no quisieron seguir con el negocio.
Aquellos estudios se dividieron y se convirtieron en el mercado de Tres Torres, la editorial Germán Plaza y los estudios cinematográficos Buch San Juan. Estos se abrieron en 1953. Eran estudios para realizar publicidad, aunque también se grabó Cena de Matrimonios o Brillante porvenir. Estos estudios cerraron en 1964. Hoy en día los estudios son el centro deportivo DIR. En los estudios Kinefon rodaron, entre otros, Iquino, Gascón, Pardo Delgrás, Torremocha, Ulloa, Ruiz Castillo o Tourjansky.
En la Avenida del Paralelo número 106 hubo, de 1950 a 1970, los estudios cinematográficos IFI, que eran propiedad de Ignacio Ferrés Iquino. En aquel lugar, antes de los estudios, había el salón de baile Amaya. Estos se inauguraron en 1943, bajo la dirección de Antonio Astell Mur, que también era propietario del Club Trébol y el Casablanca. Era conocido como el Palacio de la Música moderna. Aquel local cerró en 1949.
En el local instaló Iquino tres platos, 18 camerinos, una sala de maquillaje y peluquería, tres oficinas de producción, cinco salas de montaje y una sala de proyección con 37 localidades. Allí se rodaron 74 películas, 32 cortos y 59 escenas de película. Los estudios cerraron en 1970, siendo la última película que se rodó La diligencia de los condenados, un spaghetti-westerns de Juan Bosch. Una vez cerrados los estudios se inauguró la discoteca Barbarroja.
Garbancito de la Mancha
En el Paseo de la Mare de Déu del Coll número 40 estaban los estduios de animación Balet y Blay. Se dedicaban a producir películas de animación. Uno de sus mayores éxitos fue Garbancito de la Mancha, el primer largometraje de animación producido en España y en Europa. Garbancito era un chico huérfano y muy católico, que vive permanentemente perseguido por tres chicos, Manazas, Pelanas y Pajarón, que son los malos de su pueblo.
Aparece el gigante Caramanca, un representante del mal, que devora niños y secuestra a Kiriqui y Chirili, dos amigos de Garbancito. El protagonista inicia un proceso para liberar a sus amigos con la ayuda de la espada, de la cabrita Pelegrina y de los poderes mágicos que le otorga una hada, que le permiten convertirse en un garbancito para conseguir sus objetivos y vencer al malo. Luego vinieron Alegres vacaciones (1948) y Sueños de Tay-pi (1951), que no tuvieron el mismo éxito.