Puente de las Arnaules, en Manresa, Barcelona
El puente de piedra en Manresa (Barcelona) que no ha tallado ningún hombre
Esta corriente fue erosionando y vaciando por encima y por debajo los materiales más blandos
El Puente de las Arnaules, también conocido como Pont Foradat y Pont del Raval, es un puente natural de piedra del municipio de Manresa. Se trata de una curiosidad geológica formada en un estrato grueso con una base de conglomerado y gres grosero donde hay incrustados nummulites, pequeños fósiles en forma de lenteja.
Los sedimentos que recubrían la roca, procedentes del delta de San Lorenzo del Munt de hace 40 millones de años, se fueron depositando en el mar, arrastrados por el agua de un pequeño torrente que bajaba por la pendiente de la montaña.
Esta corriente fue erosionando y vaciando por encima y por debajo los materiales más blandos, dejando la loncha de roca más dura y conformando el puente, que se sostiene perfectamente por ambos extremos, aunque no es ajeno a la erosión del tiempo. Recto, plano y ancho, alcanza una altura de más de 10 metros en el tramo suspendido del tablero.
Ubicación y accesos
El Puente de las Arnaules está muy cerca del pueblo de El Pont de Vilomara. Para llegar hay que desplazarse hasta esta localidad, que se encuentra justo al lado del puente gótico, otro lugar que también merece la pena visitar. Asimismo, es indispensable aprovechar para conocer Manresa, a pocos kilómetros de distancia: una ciudad marcada por la estancia espiritual de San Ignacio de Loyola.
La ruta
Se trata de una ruta sencilla y corta, ya que desde el aparcamiento hasta el Pont de les Arnaules hay solo 2 kilómetros de ida y vuelta. La mayor parte del terreno es una pista de tierra amplia y algo de asfalto, por lo que la dificultad es nula. El único peligro es cruzar el puente en sí, ya que no tiene ningún tipo de protección y hay un precipicio considerable.
Al empezar la ruta nos encontramos con el puente gótico de Vilomara, incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Cruzaremos sus 130 metros de longitud. Desde el otro lado del puente, si giramos a la derecha, podemos ver perfectamente los arcos de piedra e incluso acercarnos a su base.
Una vez cruzado el puente, giramos hacia la izquierda y seguimos por la carretera asfaltada hasta llegar a una curva que se encuentra unos metros más adelante. Aquí tomamos el camino de la derecha y avanzamos unos metros más. Veremos unas marcas amarillas y blancas que debemos seguir durante todo el recorrido.
Al pasar por una casa que quedará a mano izquierda, veremos que la carretera se convertirá en una pista de tierra. Tras avanzar un par de minutos nos encontraremos con la primera bifurcación. Hay que tomar el camino de la derecha, donde además veremos un poste con indicaciones al Pont Foradat. A los pocos metros llegaremos a otro desvío y seguiremos subiendo por la derecha, donde están las marcas amarillas y blancas.
Este tramo de la ruta es el más cansado, ya que hay que subir durante unos 10 minutos por un sendero con bastantes piedras. Llegaremos a un cruce con una pista de tierra muy amplia. Al estar bien señalizado, giramos a la izquierda y avanzamos por esta pista unos 3 minutos. Llegará un momento en que veremos un sendero a mano izquierda que baja y, en la corteza de un tronco, unas líneas amarillas y blancas. Ahora tenemos que seguir por allí unos metros más, pero ya se ve a lo lejos el Pont de les Arnaules.
El puente natural
El Pont de les Arnaules o Pont Foradat se puede cruzar, aunque hay que tener cuidado porque no hay ningún elemento de seguridad y la altura es de 10 metros, con lo cual la caída sería importante.
Este puente se formó por la acción erosiva del torrente donde se encuentra, desmoronando una parte del terreno y aislando así el espectacular puente de roca. El Pont de les Arnaules mide 27 metros de longitud total, de los cuales 13,2 corresponden al tramo con precipicio a ambos lados. Su anchura varía entre un máximo de 2,7 metros y un mínimo de solo 85 centímetros. Lo que más impacta es que la distancia hasta el suelo es de 10,7 metros.
Para regresar debemos tomar el mismo camino de ida.