Vuelve Har Tabor, el festival católico que reunirá a más de 1.000 jóvenes: «Dios está transformando vidas»

Hace un año, unos 1.000 jóvenes se reunieron junto al circuito de F1 de Montmeló (Barcelona). No iban a disfrutar de la pericia milimétrica de los conductores, sino a vivir una experiencia aún más trepidante: alabar al Creador del universo. Así nacía Har Tabor, el primer festival católico de alabanza de España, organizado por la Delegación de Juventud de la diócesis de Terrassa y que este sábado 4 de octubre celebra su segunda edición.

Será en el mismo lugar que el año anterior –la explanada de Can Guitet, a partir de las 16h–, y ya se han apuntado cerca de un millar de personas, repitiendo el éxito del año pasado: Eucaristía, comunidad y música en vivo. Este año los artistas invitados serán el grupo barcelonés Tuyo –que repite– y el artista colombiano Nico Cabrera, que actuará en Har Tabor por primera vez.

«Ante una sociedad con tantos cambios y situaciones complicadas, queremos propiciar un espacio donde la gente pueda vivir con alegría y tener esperanza», asegura el delegado de juventud de Terrassa, el sacerdote Àlex Serra, en conversación con El Debate. En la base de esta propuesta está, claro, el Evangelio; en concreto, el pasaje de la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor frente a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan.

«Allí viven la alegría de la fe y se quieren quedar, pero Jesús les hace ver que han de bajar la montaña, volver al día a día», explica Serra. Exegético, lo aplica al festival: «Nosotros también hemos de hacer que los asistentes vivan la alegría de la fe y al acabar vuelvan al mundo, a su casa, a su trabajo… para dar a conocer que Dios está transformando la vida de las personas y llenándola de sentido».

La liturgia, en el centro

Otro elemento de la Biblia que se trasladará al festival son las tres tiendas que quieren erigir los apóstoles, y que aquí se convertirán en tres tipis gigantes que harán las veces de capilla para acoger la Adoración Eucarística. «Lo que cuidamos, principalmente, es la liturgia: no hemos cambiado nada de la liturgia ni del mensaje de la Iglesia», señala Serra, saliendo al paso de las críticas por acoger formas habituales del mundo protestante.

«Esto no es el chiringuito de unos cuantos, no vamos por libre: somos la delegación de juventud de una diócesis», insiste, asegurando que el objetivo es «crear un lugar maravilloso» para que la gente «siga al Señor y descubra que la fe es un espectáculo». Todo ello apoyado por un nutrido grupo de voluntarios, amén de un equipo de sacerdotes que estarán disponibles para confesar durante la jornada.

Todo ello surge en el seno de una de las diócesis más activas de Cataluña: muestra de ello es el hecho de que su seminario concentre a casi uno de cada tres de aspirantes al sacerdocio de toda la comunidad. ¿El secreto de esta vitalidad? «Hay un factor muy concreto: la unidad que hay», asegura Serra, insistiendo en la futilidad de la competencia entre parroquias o grupos.

Las entradas para esta segunda edición de Har Tabor están ya a la venta, y desde la organización aseguran que todo lo recaudado se destinará a la actividad social de la Delegación de Juventud, así como a ayudar a quienes tengan dificultades económicas para asistir. «Yo soy un privilegiado por poder vivir esto, por poder servir como delegado de juventud y estar en este momento histórico donde estas cosas son emergentes», concluye Serra.