El avión estrellado en el Montseny, en 1970

El avión estrellado en el Montseny, en 1970Cedida

Historias de Barcelona

El trágico vuelo que se estrelló en Barcelona y en el que perdieron la vida 112 personas

Los fallecidos están enterrados en Cataluña, en una fosa común en el cementerio de Arbúcies

Era la tarde del 3 de julio de 1970. Un avión Comet 4 de la compañía Dan Air había salido a las 16,08h de Manchester, con ocho minutos de retraso. Iba con destino al aeropuerto del Prat, en Barcelona. Siete tripulantes eran los encargados de llevar a su destino a 112 pasajeros que iban de vacaciones a una costa catalana a la que nunca llegarían.

El aparato estaba equipado con turborreactores Avon RA 229 y fue comprado a la compañía British Overseas Airways Corporation (BOAC) en 1969. Llevaba 27.786 horas de vuelo y tenía todos los certificados en regla. El comandante de aquel vuelo, Nel, de 48 años, había sido piloto de la Royal Air Force. En el momento del accidente tenía 7.427 horas de vuelo y 29 como comandante. Era su primer vuelo a Barcelona como piloto.

El primer oficial, Shorrock, de 41 años tenía 4.765 horas de vuelo y el ingeniero de vuelo, Sayer, 4.765 horas y era considerado como muy competente. Con ellos viajaban las azafatas S. Hinnde, de 22 años; H. Barber, C. Maddock y A. Vickers.

Un día muy nublado

El avión entró en el espacio aéreo español a las 17,57 h.. Era un día muy nublado y el Montseny apenas se veía. Según los registros meteorológicos, la temperatura registrada aquel día en el Turó de l’Home fue de nueve grados. y el viento soplaba del sudoeste, con fuerza de 18 Km./hora., la visibilidad era nula, ya que las nubes cubrían toda la montaña, como es muy frecuente.

El piloto, que navegaba siguiendo el tradicional sistema de VOR, un sintonizador de frecuencia por radio a través de un radiofaro, confundió el VOR de Arbúcies y creyó que estaba sobre Sabadell. Unos minutos después, a las 18,02 h. el comandante del aparato informaba a la torre de control de Barcelona de que se encontraba sobre Sabadell, aunque en realidad estaba a 52 Km. de ese punto. Indicaron al comandante del aparato que iniciase la maniobra de descenso hacia 2.800 pies.

El comandante pidió cuál era la pista de servicio y le contestaron que era la 25, obteniendo en Barcelona su enterado. Unos minutos después la torre de control intentaban darle la confirmación sobre su rumbo, pero no recibieron respuesta. Se había perdido totalmente el contacto con el avión. Eran las seis y cinco de la tarde. El Comet se había estrellado a 450 Km/hora, segando los troncos de los árboles y quedando totalmente destrozado, excepto la cola.

Buscando a los desaparecidos

Apenas desaparecido del radar y perdida la comunicación, se temió lo peor y comenzó la búsqueda del aparato por tierra. Se empezó por la zona comprendida entre el triángulo Sabadell, Terrassa, Manresa, pero nadie había dado aviso de que allí hubiese ocurrido un accidente.

Después se cambió de zona, buscando en el mar, cerca de Mataró, hasta que los medios de comunicación, radio y prensa escrita dieron la noticia de la desaparición del Comet; entonces tres hermanos de Viladrau, Angel, Francisco y José Luis Rabat Granges, facilitaron la posible localización del accidente, siendo ellos mismos los primeros al llegar al lugar del mismo, en el término municipal de Arbúcies junto al límite con Fogars de Montclús.

Restos del accidente

Restos del accidenteCedida

El día antes habían visto pasar el avión volando a escasa altura, posiblemente a unos 300 metros, y entre ellos comentaron que si no tomaba mayor altura no podría sobrevolar el Montseny. No le dieron mayor importancia, ya que no escucharon ninguna explosión, hasta el día siguiente que oyeron la noticia por la radio. Un helicóptero de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil sobrevoló la zona y enseguida halló el lugar.

Inmediatamente se movilizaba un fuerte contingente de la Guardia Civil, Bomberos de las Diputaciones de Barcelona y de Girona, voluntarios de la Unidad Alpina de la Cruz Roja de Barcelona, así como 77 soldados del Centro de Instrucción de Reclutas (CIR nº 9) de Sant Climent Sescebes y muchos voluntarios de Sant Celoni, Viladrau, Arbúcies y Breda, que se dirigieron hacia el Montseny. En el fondo de un valle, camino de Sant Marçal, a unos siete kilómetros de Santa fe se encontraron los primeros restos del fuselaje.

Irreconocibles

Sólo dos cuerpos aparecieron casi intactos. El resto de los pasajeros y de la tripulación quedaron prácticamente destrozados e irreconocibles, algunos calcinados. Los que pudieron acceder hasta el lugar del accidente relataban el horror y las escenas dramáticas y espeluznantes que les acompañarían durante muchos días.

Inicialmente los trabajos de recuperación de los cadáveres resultaron muy dificultosos, por estar muchos de los restos colgados entre las ramas de los árboles y después por el difícil acceso a la zona del accidente desde tierra, debido a los grandes desniveles.

Una excavadora se dedicó durante todo el tiempo a abrir nuevos caminos, suavizando la pendiente en lo que se pudo, para facilitar el rescate. La operación se prolongó hasta casi las 21h del sábado, y toda la noche la zona quedó acordonada y bajo la custodia de la Guardia Civil. A primera hora de la mañana del domingo, cuando empezó a clarear, se reemprendieron los trabajos que se prolongaron durante todo el día.

La fosa común, en Arbúcies

La fosa común, en ArbúciesCedida

El rescate de los cadáveres fue durísimo. La compañía aérea facilitó la lista de los pasajeros que teóricamente viajaban en el avión accidentado, así como los nombres de los miembros de la tripulación. En total sumaban 112 personas. El estado en que quedaron los cuerpos y la dificultad para encontrar 112 cajas de zinc que obliga la ley para su traslado en avión, motivó que el Juez Instructor no autorizase la repatriación y obligase a que fuesen enterrados en una fosa común en Arbúcies.

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