Despliegue policial contra las okupaciones en la Bisbal de l'Empordà, hace unos meses

Despliegue policial contra las okupaciones en la Bisbal de l'Empordà, hace unos mesesAjuntament de la Bisbal de l'Empordà

Okupas

La exitosa receta antiokupas de un pueblo de Gerona: de cinco casos por semana a sólo uno en un mes

El gobierno municipal saca pecho de la caída «en picado» de las okupaciones ilegales en la Bisbal de l’Empordà

Las okupaciones en la Bisbal de l’Empordà (Gerona) han caído «en picado», según destaca el regidor de Seguridad y Vía Pública, Xavier Dilmé. En concreto, han pasado de tener cinco casos por semana, entre okupaciones consumadas e intentos, a solamente una al mes, según explica Dilmé a la Agencia Catalana de Noticias (ACN).

El motivo, dice, es la oficina antiokupaciones puesta en marcha por el gobierno municipal hace ocho meses, que se encarga de aplicar el acuerdo alcanzado en febrero entre jueces de la Audiencia de Gerona para facilitar los «desalojos exprés». Los magistrados unificaron sus criterios para que se pueda expulsar de forma más ágil a los okupas en las primeras 24 horas, sin necesidad de una orden judicial, tal y como prevé la ley vigente.

Para Dilmé, la «clave» es que el Ayuntamiento –gobernado por el PSC– tenía a punto toda la infraestructura de la oficina antiokupaciones en el momento en que se anunció este acuerdo, que coordina a vecinos, gobierno municipal y Policía Local. «Los vecinos tienen un teléfono donde pueden llamar y un policía formado en estos temas», señala el regidor, que celebra la «agilidad a la hora de actuar» que han alcanzado.

Pisos okupados

Actualmente el municipio gerundés tiene todavía un centenar de viviendas okupadas, pero en todas ellas se trata de situaciones que no son nuevas y se arrastran desde hace tiempo. En lo que va de 2025 se han llevado a cabo casi 70 actuaciones policiales, la gran mayoría para desalojar a okupas en menos de 24 horas, señala Dilmé.

Según reconoce el regidor, la okupación se había convertido en un problema «importante» en el pueblo, y agradece la colaboración ciudadana para resolverlo y permitir la labor de la oficina antiokupaciones. Según Dilmé, lo conseguido sería «impensable» sin que los vecinos estuviesen alerta y avisaran en el momento en el que tienen la sospecha de una nueva okupación ilegal.

Un ejemplo que pone en su conversación con la ACN es una vivienda de la calle del Amor Filial okupada desde hace dos años, pero que cambió de inquilino por una disputa. En cuanto quedó vacía, los vecinos llamaron a la oficina, lo que impidió que entrase un nuevo okupa. «El Ayuntamiento está encima [del tema] cada día», advierte el gobierno municipal.

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