El candidato de Vox a la presidencia de la Generalitat, Carlos Flores Juberías, en un momento de la entrevista con El Debate.

El candidato de Vox a la presidencia de la Generalitat valenciana, Carlos Flores Juberías, en un momento de la entrevista con El DebateVox

Candidato de Vox a la presidencia de la Comunidad Valenciana  Flores Juberías: «Ni las explicaciones sobre el caso Azud salvarán al PSOE de su debacle electoral»

El candidato de Vox a la presidencia de la Generalitat asegura que la formación «no dará sus votos como propina» a la hora de llegar a pactos postelectorales

Las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana se avecinan de lo más igualadas. Con un pronóstico en las encuestas de empate técnico entre el actual tripartito y el bloque de centro-derecha, Vox ha sido el último partido en designar candidato a la presidencia de la Generalitat.
Lejos del manido perfil de candidato criado en las juventudes de un partido, el catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia, Carlos Flores Juberías, atiende a El Debate.
Su candidatura se anunció justo antes de Navidad. Tras las Fiestas, ¿le ha dado tiempo a adaptarse a su nueva situación?
–Estoy todavía aterrizando en Vox. Yo no militaba en el partido, era un académico independiente que hacía la 'guerra' por mi cuenta y ahora es cuando estoy empezando a familiarizarme con la estructura organizativa a nivel autonómico y nacional. Me estoy llevando una muy grata impresión porque Vox es un partido muy bien articulado, que cuenta con personas idóneas para cada uno de los cometidos. Ahora, el objetivo es aterrizar en la estructura organizativa del partido en el lugar que me corresponde y hacer que funcione, si cabe, mejor.
¿Y a nivel social?
–Estoy también familiarizándome con las múltiples reivindicaciones de Alicante, Castellón y Valencia. Provengo del mundo del Derecho y hay aspectos de la política que me resultan más familiares y otros más extraños y esa es mi segunda tarea para dar a los habitantes de las tres provincias lo que esperan del futuro Gobierno valenciano.
En estas escasas semanas como candidato, ¿qué le está pareciendo la vida política en primera línea?
–Uno de los aspectos que más me ha impresionado durante estas semanas es constatar en carne propia el extremado nivel de radicalismo, de cainismo y de polarización que reina en la vida política valenciana en particular y española en general. En ella, las caras visibles de Vox tenemos todas las papeletas para ser las primeras víctimas.
Y eso que aún faltan cinco meses para las elecciones…
–Yo desearía que la campaña fuese calmada, pausada, sosegada, en la que los candidatos tuviéramos la oportunidad de dialogar entre nosotros y con los valencianos, de intercambiar nuestros puntos de vista y de hacer llegar nuestras similitudes y diferencias al electorado. Así se lo voy a proponer cuando tenga la oportunidad al resto de los contendientes. Espero que la polarización quede fuera de la campaña.

Me ha sorprendido el extremado nivel de radicalismo en la política. Las caras visibles de Vox tenemos todas las papeletas para ser las primeras víctimas

¿Y qué aspectos positivos resaltaría?
–He sentido una magnífica acogida por parte de muchísima gente: familiares, conocidos, amigos, compañeros del colegio y la Universidad, vecinos… Y también de mucha gente anónima que creo que ha puesto sus esperanzas de cambio político en la Comunidad Valenciana en mí como cara visible de Vox. Me resulta muy estimulante.
¿Con qué objetivos acude Vox a las próximas elecciones autonómicas?
–Las expectativas son muy buenas. Vox ha estado realizando una tarea de oposición en los últimos cuatro años constante, sólida, acertada y creo que los valencianos han percibido que no hay una, sino dos líneas de oposición a las políticas del tripartito. Considero que cuando llegue el momento, los valencianos sabrán que si se encuentran moderadamente descontentos con esas políticas tienen una opción y si lo están radicalmente, hay otra que se llama Vox. El objetivo es claro y evidente: contribuir a una alternativa de gobierno, no porque queramos un baile de sillas, sino porque entendemos que las expectativas que el tripartito suscitó hace casi ocho años han quedado en su inmensa mayoría defraudadas.
¿En qué aspecto?
–El Gobierno de Puig no ha contribuido a limpiar la política valenciana; tampoco a que la Comunidad Valenciana ocupe en el contexto nacional la posición de liderazgo que le corresponde y, ni siquiera, a que el Gobierno de la Nación, que es del mismo signo que el de la Generalitat, trate a esta Región como se merece. Por tanto, creo que es necesario un cambio profundo.
Por lo que ha dicho, advierto que el Partido Popular y Ciudadanos han hecho una oposición de 'sí, pero no'…
–El PP a nivel autonómico ha hecho una oposición constante. No estoy tan seguro que lo haya hecho a nivel nacional. Cada vez que se le da la oportunidad de decirlo, Núñez Feijóo se brinda a negociar con el PSOE. En todo caso, considero que Vox presenta una alternativa mucho más sólida que la del PP. En estos momentos, cualquier español al que se le pregunte por rostros o nombres de líderes en la oposición sobre quién está plantando cara al Gobierno, automáticamente mencionará tres o cuatro nombres que serían de Vox.
El candidato de Vox a presidir la Comunidad Valenciana, Carlos Flores Juberías, junto al Palacio de la Generalitat.

El candidato de Vox a presidir la Comunidad Valenciana, Carlos Flores Juberías, junto al Palacio de la GeneralitatVox

¿Cuáles serían los ejes sobre los que se articularía el programa electoral de Vox en las elecciones de mayo?
–Hay varios puntos sobre los que vamos a hacer referencia constante, de manera machacona. En primer lugar, regeneración. El tripartito llegó al poder subido a ese caballo con la intención de dejar atrás las décadas en las que el PP se vio afectado. En la práctica, ha sido más de lo mismo y en algunos casos, incluso peor. En segundo lugar, pluralismo, ya que el Gobierno valenciano ha implementado políticas que solo satisfacen a una pequeña parte de la sociedad. La televisión autonómica solo emite en un idioma y únicamente da pábulo a determinados planteamientos ideológicos. Los valencianos somos más plurales de lo que se ve en la televisión. También apostamos por el crecimiento económico. Que el tripartito plantee como principal logro una decisión que toma una multinacional, da cuenta de lo escasos que son sus propios méritos a la hora de proponer el crecimiento.
¿Cuáles son los demás asuntos primordiales en la agenda?
–En cuarto lugar están el campo, el agua y la agricultura. Queremos proteger a nuestros agricultores y darles lo que necesitan. La interlocución privilegiada de Puig con el Gobierno sanchista es un fracaso. Si ni siquiera cuando tenemos un Gobierno socialista en La Moncloa y en el Palacio de la Generalitat llega agua a nuestros agricultores, no sé qué más necesitamos. El quinto asunto es la eficacia. Nuestros Presupuestos han ido creciendo cada año, pero la eficacia no lo ha hecho en paralelo. Queremos una Administración más pequeña y menos voraz a la hora de cobrar impuestos y que los ciudadanos tengan el dinero en su bolsillo.

Para frenar la espiral catalanista bastaría con dejar de hacer las políticas sectarias y excluyentes del tripartito

Pongamos que el 28 de mayo, PP y Vox suman cincuenta escaños o más. ¿Cuál sería su política de pactos?
–Cánovas decía que la política es el arte de aplicar en cada época de la historia aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible. Eso significa que Vox pondrá sobre la mesa los compromisos que ha adquirido con los valencianos y por otra parte los votos. Cuanto mayor sea el apoyo del que dispongamos, mayor será nuestra insistencia en llevarlos a cabo. Mi línea roja es el respeto al voto de los valencianos: nosotros no vamos a alquilar ni a dar nuestros votos como si fuera propina a cambio de nada. Vamos a ponerlos en valor.
¿Qué haría usted si fuera presidente para frenar la espiral catalanista en la que está inmerso el tripartito?
–No haría falta hacer nada. Bastaría con dejar de hacer. El valenciano es un pueblo extraordinariamente civilizado, acogedor y tolerante. Hablamos con normalidad dos lenguas y esa flexibilidad la trasladamos a todo lo que hacemos. Bastaría con dejar de llevar a cabo las políticas sectarias y excluyentes del Gobierno autonómico.
¿La imposición del valenciano, por ejemplo?
–Ese tipo de políticas no tiene nada que ver con nuestra manera de ser y muchas de ellas ni siquiera están justificadas por la supuesta necesidad de preservar no sé qué extinción del valenciano. Yo tengo muy claro que cuando se piden requisitos lingüísticos no se está pensando tanto en el derecho de un ciudadano a ser atendido en una lengua. Lo que se está diciendo es que 'los de aquí' tengan ventaja sobre 'los de allá'. Eso rompe algo fundamental como es la igualdad entre los españoles.
En los últimos días estamos conociendo informaciones que apuntan a una supuesta financiación ilegal del PSPV-PSOE. ¿Qué opina al respecto?
–Si quedarse dinero público y financiarse ilegalmente es condenable en cualquier circunstancia, hacerlo en período electoral equivale a acudir dopado a una carrera, a tener un motor trucado desde el banderazo de salida. El Partido Socialista, presuntamente, habría confrontado en elecciones con jugadores dopados. Era un secreto a voces, me sorprende que haya tardado tanto en materializarse la investigación. El PSOE tendrá que dar explicaciones, pero ni siquiera eso le salvará de la debacle que se le avecina.
¿De qué manera puede afectar un buen resultado de Vox en mayo para que Pedro Sánchez no continúe como presidente?
–Creo que todo el mundo tiene asumido que las elecciones de mayo son una suerte de primarias de las generales. Un buen resultado en la Comunidad, augurará un buen resultado en las generales.
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