Cultivos como el de la granada están en peligro por los efectos del recorte en el trasvase Tajo-Segura.

Cultivos como el de la granada están en peligro por los efectos del recorte en el trasvase Tajo-SeguraASAJA ALICANTE

Comunidad Valenciana  Primeros efectos del recorte del Gobierno al Tajo-Segura: peligra la campaña de las frutas de verano

Los regantes aseguran que la «incertidumbre para acceder al agua» derivará en una menor oferta y esto, a su vez, en un aumento de los precios

Previsiblemente, sobre la mesa del Consejo de Ministros de este martes estará la aprobación definitiva de las nuevas condiciones del trasvase Tajo-Segura, que conllevará un recorte severo en el agua que llega al Levante español.
La decisión tomada por el Ministerio para la Transición Ecológica ha contado desde el primer momento con la firme oposición de los regantes de las provincias de Alicante, Murcia y Almería. Aún así, el departamento liderado por Teresa Ribera hará una vez más oídos sordos a las reivindicaciones de los agricultores y asestará un golpe que puede ser definitivo para sus cultivos.
Aún así, los campesinos no se resignan y numerosos colectivos del sector se concentrarán frente al Palacio de La Moncloa mientras en su interior se esté celebrando la reunión de los miembros del Gobierno de Pedro Sánchez.
Preguntado por los efectos que el recorte del trasvase puede acarrear, el presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Alicante, José Vicente Andreu, declara a El Debate que, en grandes cifras, las consecuencias de la decisión del Ejecutivo son más que considerables.
Así, señala que se perderán 15.300 empleos directos solo en Alicante y Murcia, así como «27.000 hectáreas de superficie de regadío». Todo ello tendrá un coste económico de «5.692 millones de euros».

«Inseguridad en el suministro»

Sin embargo, los primeros daños de la postura tomada por el Ministerio ya se están produciendo. De este modo, Andreu asegura que peligra la campaña de verano.
La causa la achaca el responsable de ASAJA en Alicante a la «incertidumbre de poder disponer de recursos de agua que puedan asumir los agricultores».
Por tanto, las siembras de «sandía, melón, granada o breva» están en el aire porque tendrían que costear el agua desalada, que cuesta «1,30 euros el metro cúbico». Estos precios, en opinión de Andreu, «no son compatibles con la agricultura levantina».
«El regante se ha de pensar mucho si invierte o no y lo más rápido es plantar menos», indica. Esta «inseguridad en el suministro» conllevará, a su vez, que el consumidor pague por los productos «un precio más alto».
Un ejemplo de ello ya se está padeciendo en el Campo de Elche. Allí, los sucesivos recortes en el trasvase realizados, junto a otros factores, han hecho que la producción de hortalizas se haya reducido un diez por ciento, lo que equivale a que en el mercado hay dos millones de kilos menos de estos productos, con su correspondiente incremento de precio al haber una menor oferta.
Otra consecuencia que Andreu alerta que vendrá aparejada a la «decisión absurda» del Gobierno es el previsible «abandono de cultivos».
Según explica el presidente de ASAJA en Alicante, en muchos campos «se perderá arbolado» y esa es una «inversión de mucho dinero y que no se recupera en poco tiempo, sino en meses o años».
Igualmente, se pregunta que, con este panorama tan poco alentador, «qué joven va a iniciar un proyecto si no hay garantía de que pueda disponer de agua para desarrollarlo».
Protestas de agricultores y regantes de Levante contra los recortes en el trasvase Tajo-Segura.

Protestas de agricultores y regantes de Levante contra los recortes en el trasvase Tajo-Segura.JUAN CARLOS HIDALGO/EFE

Por otra parte, Andreu reivindica y pone en valor las protestas que tanto su colectivo como tantos otros siguen llevando a cabo, a la par que critica la manipulación que desde el Gobierno central y la Junta de Castilla-La Mancha se está haciendo a propósito del trasvase.
Así, recuerda que ellos, como se quiere hacer llegar a la opinión pública por parte de estas dos administraciones, «jamás» se han opuesto a que existan los caudales ecológicos y que son conscientes de que el Tajo «tiene que estar en buenas condiciones».
Por ello, Andreu se muestra especialmente molesto porque desde los Ejecutivos de Pedro Sánchez y Emiliano García-Page hayan hecho «bandera de los caudales ecológicos» mientras a los regantes del Levante se les haya pretendido retratar como si fueran «unos terroristas del agua».
Precisamente, junto con el alto coste que supone, los agricultores de Alicante, Murcia y Almería se basan en criterios medioambientales para rechazar el agua desalada como alternativa al agua trasvasada del Tajo.
En contraposición a la actitud del Ministerio de no aportar ningún informe sobre ello para avalar la decisión del Gobierno, los campesinos sí lo hacen.
Tal como traslada Andreu, ese tipo de agua, en todo caso, tendría que ser un «complemento, pero nunca el eje fundamental y que sirva como sustitución porque tiene un impacto ambiental muy grande». «Sin agua no hay futuro», zanja el presidente de ASAJA en Alicante.
En el plano político, el presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig, y su Ejecutivo han vuelto a ponerse de perfil tras unas semanas en que parecía que su postura reivindicativa frente a Sánchez iba a ser perenne.
En este sentido, el presidente de la Diputación de Alicante y candidato del PP a la Generalitat, Carlos Mazón, se ha quedado de nuevo como el único representante institucional valenciano en tener una actitud firme y constante al lado de los regantes de la provincia.
Aunque define los antecedentes del PSOE en materia hídrica como «los peores posibles», no pierde la esperanza y espera que se produzca «un milagro» de última hora en lo referente al trasvase Tajo-Segura porque, de no haberlo, «el daño sería irreversible, irreparable e histórico».
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