
Cartelería a favor del valenciano en la educación en un colegio público de Valencia
El nacionalismo valenciano usa colegios públicos para imponer su agenda ideológica: «Temen perder el control»
Cuelgan pancartas e imparten charlas en las propias instalaciones de los centros con la connivencia de parte de la comunidad docente
La consulta para que las familias de los alumnos elijan la lengua base en la que prefieren que estudien sus hijos en los colegios e institutos de la Comunidad Valenciana está a la vuelta de la esquina y el nacionalismo redobla sus esfuerzos para tratar de aparcar el español de las aulas. La votación se realizará entre el 25 de febrero y el 4 de marzo y algunas asociaciones independentistas y pancatalanistas se afanan en presionar a los padres, empleando instalaciones públicas con la connivencia de parte de la comunidad docente.
Es el caso, por ejemplo, de lo que sucede en el Colegio Lluís Vives de la localidad valenciana de Oliva, donde hace unos días la asociación Escuela de Todos denunciaba que se habían colgado algunas pancartas en el interior del centro por parte de Famílies pel Valencià, una entidad apoyada por Plataforma per la Llengua, que se autodenomina como «la ONG del catalán». «Denunciaremos ante Inspección (educativa) el uso partidista del centro por parte de la dirección y de las ampas del CEIP Lluís Vives, La Carrasca y IES Gregori Maians», advertían desde la organización presidida por Ana Losada.
Este caso, lejos de constituir un hecho aislado, se está convirtiendo en habitual. Para muestra un botón: según consta en la agenda de Famílies pel Valencià, solamente esta semana tienen programadas charlas sobre las virtudes de estudiar en valenciano en vez de en español en siete centros públicos de la Comunidad Valenciana. Así, este lunes han utilizado las instalaciones del CEIP Tomàs de Montañana, en Valencia, además de en algunos espacios municipales de otras localidades.
Este martes harán lo propio en el CEIP Mediterrània de Jávea y el miércoles, asimismo, difundirán sus ideas en el CEIP Tomás de Villarroya de Valencia y en el IES Laurona de Liria. El viernes, más de lo mismo, con otra charla en el CEIP Montcabrer de Alcoy, y la semana que viene, a días del inicio de la votación, que ha intentado tumbar por todos los medios posibles, Famílies pel Valencià informará de la consulta en el IES Sant Vicent Ferrer de Valencia, el martes, y en el CEIP Santa Ana, también de la capital del Turia, el día siguiente.
Desde esta entidad han anunciado que han presentado ante la administración una «instancia formal» en la que piden que la Consejería del ramo «no limite la libertad de expresión de los centros educativos durante el periodo de la consulta sobre la lengua base y deje que estos se manifiestan con total libertad», después de que trascendiera que se había llamado al orden a algunos colegios e institutos desde la inspección educativa.

El consejero de Educación de la Generalitat Valenciana, José Antonio Rovira, en una imagen de archivo
Compromís, contrario a la consulta, acusaba a la Consejería de presionar y amenazar a los centros que promoviesen el valenciano, si bien el consejero de Educación de la Generalitat Valenciana, José Antonio Rovira, apuntaba hace unos días a que la inspección educativa «debe velar por el cumplimiento de las normas y si a Conselleria llegan denuncias de particulares sobre lo que se está haciendo en algunos centros debe actuar. Esto se llama simplemente cumplir la legalidad». «Los centros educativos públicos son administración y los docentes son funcionarios, por lo que están sujetos al deber de guardar neutralidad», añadía el consejero 'popular' a raíz de la proliferación de pancartas de parte en inmuebles de titularidad pública.
En la misma línea que Rovira, desde la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística señalaban en un comunicado que «la escuela debe ser un lugar de aprendizaje, no de propaganda» y tildaban las pancartas de «ilegales». «No se trata de la defensa de la educación ni de los derechos lingüísticos, sino del miedo de quienes ven amenazados sus privilegios económicos y políticos», acusaban a los nacionalistas en un comunicado.
Durante años, han utilizado las aulas para imponer su agenda ideológica
Y es que, según esta entidad, este tipo de organizaciones, «durante años, han utilizado las aulas para imponer su agenda ideológica, vulnerando la pluralidad que debería ser la base de cualquier sistema educativo democrático. Estas pancartas, colocadas en centros públicos y concertados, no son inocentes. Su objetivo es claro: adoctrinar, influir y perpetuar un modelo que margina a quienes no comulgan con sus ideas».
«Ahora que, por fin, se empieza a recuperar la neutralidad de los espacios educativos, aquellos que han vivido del monopolio ideológico se rebelan. Pero no lo hacen pensando en los alumnos o en la calidad de la enseñanza. Lo hacen porque temen perder el control y los beneficios económicos que durante años han obtenido a costa del derecho de las familias a elegir la educación de sus hijos», añadía en el escrito la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística, desde donde exigían «una educación libre de adoctrinamiento, basada en la libertad de elección, la pluralidad lingüística y el respeto a la legalidad».
La votación seguirá trayendo cola, dado el malestar que causa en los partidos de izquierdas en las Cortes Valencianas. Este lunes, Compromís insistía en que la consulta «no tiene nada que ver con la libertad educativa» porque, a su juicio, lo que pretende es «permitir a una parte del alumnado no aprender una de las lenguas oficiales» de la región y desde el PSPV afirmaban que «nuestros chicos y chicas no adquirirán la competencia lingüística en las dos lenguas oficiales». Por su parte, desde Vox celebraban la medida y animaban a las familias a participar y los 'populares' veían incomprensible que la izquierda critique que los padres «se puedan posicionar libremente sobre la lengua de preferencia en la educación» de sus hijos.