
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente
El sanchismo, a la desesperada contra Mazón para intentar tapar los múltiples escándalos que le acorralan
Óscar Puente y Pilar Alegría, cada uno desde su tierra y sin venir a cuento, cargan contra el jefe del Consell al mismo tiempo que obvian nombres como David, Begoña, José Luis o Jéssica
Una de las más míticas frases sobre el duque de Lerma, persona de la más absoluta confianza de Felipe III, es aquella que dice «para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se viste de colorado», en relación a que, de cara a no ser acusado por corrupción, le hicieron cardenal. Salvando las distancias, algo similar parece estar pasando en el sanchismo. Ese particular modo de entender la vida institucional está del todo acorralado por innumerables casos de corrupción que no solo afectan al PSOE, sino también a su núcleo duro y al ámbito familiar más próximo del jefe del Ejecutivo.
Con informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por doquier, a cuál peor para la estrategia monclovita, que se cae a pedazos como el más débil de los castillos de naipes, la pauta dialéctica socialista es bastante simple. Basta con que los ministros de turno, vestidos de plañideras, carguen, sea donde sea y sin que tenga que venir a cuento, contra el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.
Puente habla de «grilletes» a Mazón
Frente al ‘popular' todo vale, deben de pensar en Ferraz. Si no fuera así, no se entendería lo hecho y dicho por los titulares de Transportes y Educación, Óscar Puente y Pilar Alegría, respectivamente, este pasado fin de semana. Uno en Valladolid, ciudad de la que sus vecinos dijeron en las urnas que no querían que siguiera siendo su alcalde, y la otra en Aragón, donde ha sido impuesta por Sánchez omitiendo cualquier atisbo de voz de la militancia, han aludido al jefe del Consell.

Pilar Alegría y Diana Morant, tras un Consejo de Ministros
Lejos de hablar de nombres que copan los sumarios y los titulares como David, Begoña, José Luis o Jéssica, decidieron hablar de Mazón. Así, Puente no dudó en hacer «responsable» a Mazón de las 228 muertes que produjo la dana. Lo dijo, además, sin que esté ni siquiera investigado y atribuyéndole todos los fallecimientos. Desde el primero hasta el último. No le caben medias tintas. Es culpable por que sí, suelen pensar en Ferraz sin atender a mayores motivos legales o de otra índole. ¿Qué más dará? Y, en este sentido, sin que ninguna autoridad judicial o de otro tipo haya dicho nada parecido al respecto. Y todo, desde la capital Pucelana.
No solo es eso, sino que el exregidor vallisoletano, el mismo de las auditorías de Jéssica, se erigió en juez y, con su habitual discurso, dictó sentencia sobre Mazón: «En este momento no está siendo investigado por un juzgado porque está aforado. Si no, probablemente, ya tendría los grilletes puestos», dijo el titular de Transportes como si fuera un magistrado del Tribunal Supremo.
Alegría, igualmente, no se queda atrás. Si la mesa de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros tiene a barnizarla con su ideología y suele disparar sus postulados partidistas, en un mitin del PSOE en Aragón se vino arriba. «Vergüenza histórica», apuntó nada más y nada menos. Entusiasmo es poco Ante los suyos, y tras subrayar que no quiere «gobernar por gobernar», la ministra se acordó a cientos de kilómetros de Mazón cuando está en la Comunidad Valenciana y, a mayor abundamiento, el del PP no tiene que lidiar con una crisis de gobierno de semejante magnitud como de la que la misma Alegría, siempre con entusiasmo y censura periodística, es portavoz.