Lucía Mayordomo,Titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Torrent
La dana sigue teniendo historias increíbles: un juzgado de guardia en una gasolinera
El caos obligó a crear un centro judicial de emergencia en el único punto con electricidad de Paiporta
Más de medio año después de que la dana arrasara la provincia de Valencia, las huellas de aquella tragedia siguen vivas en quienes estuvieron en primera línea. La catástrofe, que se cobró 228 vidas y dejó daños materiales millonarios, todavía revela historias que apenas trascendieron en aquel momento.
Lucía Mayordomo, magistrada titular del Juzgado de Instrucción número dos de Torrente, fue testigo directo de aquel caos. El 29 de octubre de 2024, mientras estaba de guardia, se vio obligada a improvisar un juzgado en la única gasolinera de Paiporta que mantenía suministro eléctrico. «Fue muy duro», recuerda.
Mayordomo ha relatado su experiencia en un vídeo difundido por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para conmemorar los seis meses de la tragedia. En la madrugada del 30 de octubre, un agente de la Guardia Civil la alertó de varios fallecidos en garajes y vías públicas. Se desplazó de inmediato para realizar los levantamientos de cadáveres.
Junto a un médico forense y agentes de la Guardia Civil, se establecieron en la estación de servicio, situada frente al Puesto de Mando. Desde allí podían recibir información de primera mano y transmitir las prioridades. «Esa primera criba, cuando todo era un caos, había que hacerla sobre el terreno», explica. Aquel trabajo preliminar les permitió volver al juzgado con datos precisos sobre el número de víctimas, las ubicaciones de los cuerpos y detalles identificativos como tatuajes o pendientes.
«Ese día fue muy duro y las primeras 24 horas, especialmente duras, porque no se sabe muy bien lo que hay. Hasta que no pasan 48 horas no sabes a cuántos pueblos ha afectado», rememora. Las llamadas se sucedían, cada una informando de más fallecidos. «Son decisiones que no puedes eludir, pero no había protocolo establecido, salvo el sentido común», admite. Ese mismo día comenzaron a tramitar las primeras diligencias por los fallecimientos.
Una de las calles de Paiporta llena de barro y escombros una semana después del impacto de la dana
Mayordomo pone en valor el esfuerzo de los profesionales: «Si salió bien es porque todos, desde la juez, el auxilio, el tramitador, el fiscal, hasta el bedel que abre la puerta y la señora de la limpieza, funcionamos». Y subraya: «Nadie miró el reloj, ni los horarios, ni los medios con los que contábamos. Solo pensábamos en sacar la situación adelante. Por eso salió rápido».
María Espejo, letrada de la Administración de Justicia del Juzgado de Torrente, coincide en destacar la implicación del equipo. «Los funcionarios fueron protagonistas absolutos de que todo funcionara tan bien. Cuando humanidad y profesionalidad se unen, todo tiene que salir bien. Aquí trabajamos con cabeza y corazón», afirma.
Espejo relata que, tras recoger las actas, se trasladó al Puesto de Mando para coordinar las tareas. Cuando días después regresó al juzgado, «ya estaba todo en marcha». Se había creado una base de datos exhaustiva con información sobre los fallecidos. «A veces solo teníamos la ubicación de un cuerpo, hasta que el puzzle se fue completando», apunta.
Resalta también que trabajaron siempre con el «factor seguridad»: «De aquí no salía un papel si no estaba todo bien atado y supervisado». Raquel Cervera, tramitadora, lo resume así: «Formamos un equipo en el que no había escalafones».