Preguntas en fríoJosé Luis Torró

¿Qué hay de la cooficialidad del valenciano en la UE?

¿Cómo puede ser tan flagrante, como no se trate de otra sucia maniobra sanchista, la discriminación hacía todo el valenciano, de la que ya tenemos sobradas muestras por su parte?

¿Por qué el presidente del gobierno de España, que lo sigue siendo Pedro Sánchez, y el que también continúa como ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ponen tanto empeño como frustración propia y puigdemoníaca obtienen, tratando de conseguir la cooficialidad del catalán en la Unión Europea, y para que no se note tanto esa imposición del separatismo catalán, se ha añadido también el vasco y el gallego? ¿No se han acordado tanto Albares como Sánchez o, mucho peor, lo han obviado como una muestra más de su ninguneo para con la Comunidad Valenciana, el reclamar también la cooficialidad para la lengua valenciana, que igual derecho que el gallego, vasco y catalán tiene a ese reconocimiento, por lo demás del todo innecesario para el fomento y difusión de la lengua valenciana en Europa y en nuestra propia casa?

El valenciano, nuestra lengua

-Si de acuerdo con lo que señala el artículo 6 de nuestro vigente Estatuto de Autonomía: «1. La lengua propia de la Comunitat Valenciana es el valenciano. 2. El idioma valenciano es el oficial en la Comunitat Valenciana, al igual que lo es el castellano, que es el idioma oficial del Estado. Todos tienen derecho a conocerlos y a usarlos y a recibir la enseñanza del, y en, idioma valenciano», ¿cómo puede ser tan flagrante, como no se trate de otra sucia maniobra sanchista, la discriminación hacía todo el valenciano, de la que ya tenemos sobradas muestras por su parte, como la infrafinanciación que padecemos, las rácanas, lentas o inexistentes ayudas ayudas para los damnificados por la dana, por mucha que sea la propaganda de lo mucho que dicen estar haciendo por ellos y ahora, además, este desprecio que se le hace a la lengua valenciana?

El silencio cómplice de Compromís

- ¿A quién puede extrañar el silencio de Compromis, tan defensor que dice ser -más de palabra que de obra como resulta evidente- de los intereses de los valencianos, pero sin que se haya escuchado hasta el momento a ninguno de sus dirigentes una sola palabra a favor del reconocimiento del valenciano como lengua cooficial de la Unión Europea? ¿No será que su encubridora afonía viene determinada por su aceptación de la tesis de la «unitat de la llengua», de modo que si finalmente la exigencia de Puigdemont no sale adelante a pesar de los denodados y titánicos esfuerzos de Sánchez y Albares, no dirán nada para no hacer burla del dúo por su fracaso, pero si por uno de aquellos de sus aturdimientos que sufre Europa de tanto en tanto, se terminase aceptando la babélica propuesta de cooficializar todas las lenguas --que debería incluir también el aranés, como cooficial que también es-- declararán sentirse satisfechos por aquello en lo que creen, que el catalán y valenciano «és la mateixa llengua»?

El castellano sí que les servía

- En los años en que mandamases de las autonomías que los naturales de las mismas dijeron que eran «históricas» y de ese modo consiguieron ser las primeras en alcanzar ese reconocimiento constitucional, se reunieron en varias ocasiones Arzallus y Pujol, que ya se hacían notar con mando en plaza en sus autonomías, y con el gallego Beiras subiendo y bajando para ver si también lograba mandar en su tierra, cumbres que bautizaron con el acrónico de Galeuscat. Al arriba firmante le llamó la atención entonces ver que los mentados, y quienes les sustituyeron en otras parecidas reuniones, no hacían uso de pinganillos ni cascos para la traducción simultánea de sus respectivas lenguas autóctonas, cooficiales junto con el castellano en sus autonomías. Y preguntó a persona enterada de la Generalitat Catalana. La respuesta fue de lo más esclarecedora. «No había necesidad de traducción simultánea porque con el castellano se entendían». ¿Por qué ahora, en la cumbre de presidentes autonómicos como la del pasado viernes no actuaron del mismo modo los representantes actuales del Galesucat? ¿Acaso porque ahora ocasión les salía gratis que les tradujeran sus palabras porque pagaba papá Estado y si tienen que pagar el castellano les sirve?

El barranco del Poyo, un vertedero

- ¿Qué responsable –si bien en este caso sería todo lo contrario—de la Confederación Hidrográfica del Júcar-- está en condiciones de dar una explicación, por lo demás del todo urgente y necesaria y con unas mínimas dosis de coherencia y seriedad, sobre la presencia de centenares de amasijos de coches destrozados por la dana que han ido acumulándose en el barranco del Poyo, cuya gestión es directa responsabilidad de la CHJ? ¿Acaso los mandamases de ésta miraban hacia otro lado cuando se estaban depositando los coches, condescendiente actitud que contrasta sobremanera con lo que suelen hacer los responsables de dicha Confederación muy dados ellos a imponer sanciones a todo particular o empresa que cause una alteración o daño en los cauces que están bajo su competencia?

Declaraciones sin poder preguntar

- ¿No sería de lo más conveniente que los responsables de medios de comunicación, desde sus editores, directores, redactores jefes, y llegando hasta los propios periodistas, se planteasen muy seriamente dejar de acudir a aquellas conferencias o ruedas de prensa de las que tengan conocimiento que es explícita voluntad de quien la ofrece de no permitir se le haga pregunta alguna, lo que constituye una demagógica perversión de este tipo de comparecencias, porque para hacer ese tan improductivo viaje no hace falta desplazar a ningún redactor, al que se le reduce a la simple condición de recadero lo que, además, redundaría en beneficio del planeta por disminuir la huella del carbono?

Fontaneros, payasos y bomberos

- ¿Promoverá el Gobierno de Pedro Sánchez, socios de legislatura, dirección del Partido Socialista, sindicatos y chiringuitos que quieran sumarse, una iniciativa que caso de aprobarse tendría hondo calado socio-lingüista-laboral, como lo sería llevar al Congreso de los Diputados una proposición de ley para que se prohibiese el uso y costumbre de seguir adjudicando en plan peyorativo y faltón la condición de fontanero a toda persona a la que se pretende mancillar su currículum, tal como se le ha endilgado a la que dice ser periodista, militante socialista a tiempo parcial como Leire Díaz, que dice ser investigadora de presuntos casos de corrupción en el seno de la UCO de la Guardia Civil, a pesar de que sus relaciones, revelaciones y declaraciones sean dignas de toda sospecha de pretender favorecer los intereses del partido de Sánchez? ¿No sería igualmente necesario extender la prohibición del uso denigrante de la denominación de otras respetables profesiones, como también lo son las de bombero y payaso, que son objeto de chanza cuando se las usa para denostar a un adversario ya sea político, rival académico, familiar peleado, Trump a Musk, Óscar Puente a los críticos de su partido….?

José Luis Torró es periodista.

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