El exministro de Cultura, Máximo Huerta, durante la inauguración de su librería en Buñol

El exministro de Cultura, Máximo Huerta, durante la inauguración de su librería en BuñolEuropa Press

«13 de junio»: el escueto mensaje de Máximo Huerta que recuerda su efímero paso por el Gobierno de Pedro Sánchez

El exministro de Cultura rememora su salida del Ejecutivo el mismo día que el caso de corrupción de Santos Cerdán convulsionó al Partido Socialista

Siete años después de su fugaz paso por el Gobierno, Máximo Huerta ha lanzado un mensaje sutil pero elocuente con apenas tres palabras: «13 de junio.» Ese fue el mensaje que publicó en su cuenta de X la noche del viernes, coincidiendo con el aniversario de su dimisión como ministro de Cultura. Un gesto mínimo, pero cargado de significado, en un momento en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ve cómo la sombra de la corrupción se extiende sobre su entorno más cercano.

Desde entonces, Huerta retomó su carrera como periodista y escritor, ha abierto una librería en Buñol -su pueblo natal- y ha vuelto a la televisión, lejos del ruido político pero sin perder de vista la dignidad que marcó su salida.

En 2018, dejó el cargo apenas una semana después de asumirlo, tras conocerse que había sido sancionado por Hacienda por el uso de una sociedad instrumental con la que, según el criterio de la Agencia Tributaria, había defraudado 218.322 euros. El periodista siempre defendió su inocencia y explicó entonces que abandonaba el Ejecutivo para no dañar un proyecto político que consideraba esperanzador y basado en la regeneración democrática.

«Pagué al fisco convencido de mi inocencia... A veces hay que retirarse y eso hago», declaró en aquel momento, subrayando que su salida era una muestra de respeto institucional. Creía en la limpieza que prometía Sánchez al llegar a La Moncloa tras la moción de censura a Mariano Rajoy. Su renuncia fue vista por muchos como un gesto de coherencia personal y de lealtad política.

Hoy, esa misma fecha proyecta una sombra incómoda sobre el presidente. Sánchez enfrenta una creciente presión política y judicial con varias figuras clave de su entorno bajo sospecha. Su mujer, Begoña Gómez, está siendo investigada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Su hermano, David Sánchez, también está bajo el foco judicial, investigado por prevaricación administrativa y tráfico de influencias . A ellos se suman escándalos como el caso Ábalos-Koldo y, más recientemente, la implicación de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, en un supuesto caso de comisiones por adjudicaciones públicas según un informe de la UCO.

Diferencias entre ambos

En este contexto, las reacciones de ambos han sido muy diferentes. Mientras el ministro con el mandato más breve de la democracia, convocó una rueda de prensa y dimitió, el jefe del Ejecutivo volvió a hacer gala de su «manual de resistencia»: decidió convocar a los medios en la sede del Partido Socialista para hacer una performance, caracterizado con maquillaje, con el fin de eludir toda responsabilidad como presidente del Gobierno de España.

En ese contexto, el escueto tuit de Huerta adquiere un tono elocuente. No es solo la conmemoración de una dimisión. Puede leerse también como un mensaje dirigido al propio Sánchez. Una forma de señalar -sin necesidad de más palabras- el contraste entre la ejemplaridad que se esperaba entonces y la actitud del presidente frente a las crecientes sospechas que cercan su mandato.

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