Imagen de archivo de Mariló Gradolí y Rosa Álvarez
Las asociaciones de víctimas de la dana ponen reparos al «perdón» de Pérez Llorca y exigen la dimisión de tres consellers
Las primeras palabras del nuevo presidente de la Generalitat Valenciana, Juanfran Pérez Llorca, tras tomar posesión del cargo fueron para pedir «perdón» a los familiares de las 230 víctimas mortales que produjo la dana del 29 de octubre de 2024. Asimismo, tanto en su investidura como tras prometer el puesto y en la comparecencia que realizó para anunciar la composición de su Consell reiteró el mensaje de que las víctimas son una prioridad y que había que recomponer la relación con ellas.
En este sentido, Pérez Llorca se ha comunicado este jueves con las principales asociaciones con tal de cumplir con ese «perdón» y de poder reunirse con ellas. Sin embargo, dos de esos colectivos han puesto reparos, no solo a la disculpa, sino también a otras exigencias políticas que en su día expusieron. En cuanto al primer aspecto, tanto la portavoz de la Associació Víctimes Mortals de la Dana 29O, Rosa Álvarez, como la de la Associació Víctimes de la Dana, Mariló Gradolí, coinciden en que ha sido una conversación «cordial».
«Nos ha llamado y lo que podemos decir es que ha sido una conversación cordial», ha desvelado Gradolí, que ha apunta que, «de momento», esa primera toma de contacto tiene que «transmitirla a todos los asociados» para ver «qué hacemos», ya que «sí que había una posición clara» respecto a Carlos Mazón, el contexto ha cambiado y han de ver cómo encaran «esta nueva situación».
«Fondo nefasto»
Por su parte, Álvarez apostilla que las dos asociaciones han tomado la misma determinación, que es trasladar la decisión a una asamblea extraordinaria. «Es cierto que hay mejores formas. Yo creo que es fundamental que nos diga ese perdón en qué consiste a la cara y a los ojos. Y si hay arrepentimiento, de qué se arrepienten y en qué consiste», ha aseverado.
Los reproches llegan a colación de la formación del Consell que ha decidido Pérez Llorca. De él siguen formando parte Susana Camarero, José Antonio Rovira y Miguel Barrachina, tres personas cuyas respectivas dimisiones ambos colectivos consideraban «fundamentales». «No por capricho nuestro, sino porque fueron fundamentales para el desastre humanitario que hubo el día 29 de octubre de 2024 por razones obvias», añade Álvarez. No solo eso, sino que recrimina que «a algunos de ellos hasta los ha reforzado». «Con lo cual muy buenas formas, eso hay que decirlo, pero el fondo nefasto», sentencia.
Igualmente, Gradolí ha indica que la asociación que representa va en la misma dirección y cree que en el Consell ha habido «pocos cambios». «Realmente lo que se hacen son refuerzos y continúan las mismas personas que estaban al frente el día 29 de octubre de 2024 sin asumir ninguna responsabilidad». «Por ello seguimos exigiendo que se asuman las responsabilidades y que como presidente de la Generalitat empiece ya a tomar esas responsabilidades y que haga dimitir o que aparte del Consell a Susana Camarero, a Rovira y a Barrachina», agrega.
La vertiente política también alcanza al nuevo comisionado de la Generalitat para la Recuperación, Raúl Mérdida, de quien no saben si mejorará la coordinación o si es para que tenga «un sobresueldo». «Eso lo podremos ver a lo largo del tiempo», remarca Álvarez.
«Perdón vacío de contenido»
Por último, se refieren a Mazón, tanto en su relación con él como por la polémica surgida tras haber sido designado portavoz del PP en la Comisión de Reglamento de las Cortes Valencianas y que siga como diputado. Sobre lo primero, Gradolí es contundente: «Lo único que hacía era maltratarnos e insultarnos», denuncia. Al respecto de lo segundo, Álvarez expone que las familias de las víctimas están «muy dolidas» y piensa que se hace «una ofensa nueva y sumada» a que tampoco se ha hecho el gesto «simbólico», puesto que el acta de diputado es personal, de solicitar al expresidente que entregue su puesto en la Cámara regional.
«No le costaba nada (a Pérez Llorca) y, además de no solicitársela, lo refuerza con una portavocía vacía de contenido. Otra vez cargos sin cargas y además remunerada, por si no había suficiente», ha afeado.
«Por lo tanto, mucho dolor, una ofensa sumada más y encima nos tira la pelota pidiéndonos un perdón vacío de contenido que hace extensivo al resto de administraciones, como si fuera el interlocutor del resto de administraciones sin saber si el resto de administraciones nos ha pedido o no perdón. Cuando hay un perdón es porque hay un arrepentimiento, con lo cual queremos que nos lo diga la cara, pero que nos diga el porqué de ese perdón porque no sabemos en qué consiste», resume Álvarez.