Imagen desde el balcón de Dolores Badal, la testigo que vio por última vez a las niñas de AlcàsserNetflix

Las coincidencias falsas y reales en el caso Alcàsser: qué dice el sumario y qué no

La última versión de Miguel Ricart incorporó elementos que parecían alinearse con hechos conocidos, pero al admitir públicamente que mintió, esa coincidencia se desvanece y deja al descubierto cuántas de las supuestas conexiones nunca existieron

Treinta y tres años después del crimen de Alcàsser, las versiones cambiantes de Miguel Ricart han seguido generando ruido y confusiones. Su último relato -ya desmentido por él mismo en un vídeo publicado en sus redes sociales- reactivó debates alrededor de un aparente encaje con testimonios recogidos en la investigación judicial. Sin embargo, un análisis detallado permite separar las coincidencias reales de las que solo lo parecían.

La única coincidencia objetiva: cuatro ocupantes en un Opel Corsa blanco

En su versión difundida en el canal de YouTube, El Rincón del Disidente, Ricart afirmó que en el Opel Corsa viajaban cuatro jóvenes: Antonio Anglés, él mismo, El Nano y Mauricio Anglés. Ese número coincidía con lo que declaró Dolores Badal, la mujer que aquella noche vio un Opel Corsa blanco parado en el arcén de la carretera.

Badal aseguró haber visto «cuatro chicos jóvenes» dentro del vehículo. No identificó a ninguno, no vio a las niñas y no observó signos de violencia. Su testimonio siempre se consideró un elemento periférico del sumario.

Ese paralelismo numérico fue interpretado como una posible conexión… hasta que el propio Ricart publicó un vídeo reconociendo que: «Es falso todo, todo eso es mentira». Su rectificación invalida la única coincidencia literal entre su última versión y un hecho documentado en la causa.

Lo que no coincide: edades, perfiles y circunstancias

Más allá del número de ocupantes, el resto del relato de Ricart chocaba frontalmente con el testimonio de Badal:

edades

  • Dolores Badal habló de cuatro jóvenes.
  • ​Ricart, por el contrario, introdujo en su historia a varones de unos 50 años, desconocidos para él.
No coincide.

Imagen de la ventana de la testigo Dolores Badal donde vio el Opel Corsa blancoNetflix

identidades

  • Badal no reconoció a nadie.
  • ​​Ricart señaló a personas concretas —entre ellas Mauricio Anglés— y ahora reconoce que mintió.

el lugar de los hechos

  • Badal vio el coche en un punto de la carretera.
  • ​Ricart trasladó la acción a un polvorín o nave apartada.
​No coincide.

Coincidencias que parecen existir… pero no lo son

La difusión de la versión de Ricart generó la sensación de que encajaba con elementos conocidos del caso. Esas conexiones son solo aparentes:

el coche blanco

  • El Opel Corsa blanco ya constaba en el sumario desde 1992.
​No es una coincidencia nueva: era información pública.

la presencia de cuatro varones

  • El número coincide, pero Ricart ha admitido que mintió, anulando cualquier paralelismo.

el contexto rural o de montaña

  • Hablar de lugares apartados es habitual en reconstrucciones del caso, pero no constituye una coincidencia probatoria.

Ricart, un testimonio inconsistente durante tres décadas

Desde 1993, las versiones de Ricart han variado constantemente:

  • Primero se autoinculpó ante la Guardia Civil.
  • ​Después denunció coacciones.
  • ​Más tarde habló de tramas externas.
  • ​En su última versión implicó a Mauricio Anglés y describió una supuesta «manada» de siete hombres.

Esa última historia ha sido desmentida por él mismo y contradicha por el polígrafo al que se sometió voluntariamente Mauricio Anglés.

Tras la rectificación de Ricart, el supuesto encaje entre su testimonio y el de Dolores Badal queda completamente desmontado. La única coincidencia literal era el número de ocupantes del coche y ni siquiera eso se sostiene ya.

En todo lo demás -edades, perfiles, localización, dinámica de los hechos- no existe coincidencia real con lo declarado por la testigo ni con lo investigado en su momento.

Tres décadas después, los únicos elementos sólidos del caso siguen siendo los aportados por la investigación judicial, mientras que las versiones cambiantes de Ricart continúan alejándose de cualquier valor probatorio.