El mapa de la delincuencia en la Comunidad Valenciana: las diez ciudades donde más suben las infracciones penales

El Ministerio del Interior ha hecho públicos los datos de criminalidad correspondientes al tercer trimestre de 2025, comparados con el mismo periodo de 2024, y el balance deja una imagen clara: la delincuencia crece en buena parte de la Comunidad Valenciana, pero lo hace de forma especialmente intensa en diez municipios de más de 20.000 habitantes. El aumento de las infracciones penales no se concentra únicamente en grandes urbes, sino que afecta a ciudades medianas donde ciertos delitos -desde robos en domicilios hasta agresiones sexuales o ciberdelitos- experimentan alzas de dos dígitos. El resultado es un mapa que obliga a mirar más allá del volumen absoluto de criminalidad para examinar las tendencias que se consolidan en cada territorio.

La mayor subida se registra en Alboraya, donde las infracciones penales crecen un 14,9 % y alcanzan las 1.649. El municipio presenta un patrón muy claro: los delitos que más repuntan tienen que ver con la criminalidad digital y la violencia sexual. Las agresiones contra la libertad sexual aumentan un 77,8 %, mientras que las estafas informáticas crecen un 38,9 %. También destacan las sustracciones de vehículos, con un incremento del 33 %.

Muy cerca en el ranking se sitúa La Pobla de Vallbona, con un aumento del 14,8 % y un total de 898 infracciones. En este caso, la subida se concentra en delitos de carácter violento y patrimonial. Los robos con violencia se disparan un 166,7 %, aunque partan de cifras moderadas, mientras que los hurtos suben un 16,2 % y las estafas informáticas avanzan un 48,2 %. El municipio muestra un patrón mixto entre criminalidad tradicional y delitos asociados a nuevas tecnologías, reflejo de la tendencia general en la Comunidad.

El tercer mayor incremento se da en Villarreal, con un 14,2 % más de delitos y un total de 1.246 infracciones. Destaca especialmente la duplicación de las agresiones sexuales con penetración -un 100 % más- y el avance de los delitos de lesiones o riñas tumultuarias, que crecen un 36 %. Los ciberdelitos vuelven a aparecer como tendencia dominante, con un aumento del 32,1 %, lo que sitúa a la ciudad castellonense en la línea de otras ciudades donde el delito digital se consolida como uno de los principales vectores del crecimiento criminal.

En Ribarroja del Turia (13,9 %), la presión delictiva se concentra en la criminalidad tecnológica y en delitos contra el patrimonio. Las estafas informáticas registran un aumento del 91,5 %, mientras que las sustracciones de vehículos, aunque en números absolutos reducidos, crecen un 400 %, un indicador claro de cambio de tendencia. Las riñas y lesiones aumentan un 133 %.

El caso de Orihuela, que suma 3.835 infracciones -una de las cifras absolutas más altas- y crece un 13,1 %, presenta una complicada mezcla. El municipio del sur alicantino registra fuertes incrementos en los ciberdelitos (+108 %), en las tentativas de homicidio (+100 %) y en distintos tipos de delitos sexuales (+72 %). El repunte de los delitos violentos convive con un aumento generalizado del crimen digital, una dualidad que también aparece en municipios turísticos cercanos, donde la actividad económica y la movilidad poblacional generan un escenario complejo.

Otro de los crecimientos más intensos se produce en El Campello, que sube un 13 %. El municipio registra incrementos importantes en delitos contra la propiedad: los robos con fuerza en domicilios crecen un 115,8 %, una de las cifras más llamativas del conjunto autonómico, y los robos con fuerza en general lo hacen un 91,7 %. Las lesiones también aumentan (+100 %).

En Alicante capital, la ciudad más poblada del ranking, el aumento del 12,6 % se traduce en 20.849 infracciones penales. Esto implica casi todos los grandes tipos delictivos: agresiones sexuales con penetración (+45 %), lesiones (+42 %), ciberdelitos (+34,6 %) y robos con fuerza (+25,8 %). Al tratarse de una gran ciudad, el volumen de delitos es muy superior al del resto de municipios, pero el crecimiento porcentual confirma que la presión delictiva también está aumentando en la capital provincial.

Algemesí, con un incremento del 11,5 %, presenta una de las anomalías estadísticas más destacadas: las sustracciones de vehículos aumentan un 580 %, consecuencia de un salto brusco tras la dana. Le acompañan subidas en robos con fuerza (+67,3 %) y violencia (+41,2 %), además de un crecimiento notable en hurtos (+17 %). Se trata de un municipio de tamaño medio donde el delito patrimonial muestra un repunte claro que afecta tanto a hogares como a vehículos.

El ranking lo completan Alcira y Játiva, ambas con un 10,2 % más de infracciones. En Alcira destacan las agresiones sexuales, que se duplican (+100 %), y las sustracciones de vehículos (+90 %), además de un avance importante en estafas informáticas (+38 %). Mientras, Játiva registra un aumento muy pronunciado de los robos con fuerza en domicilios y establecimientos (+55,1 %) y un incremento sostenido en hurtos y delitos patrimoniales.

En conjunto, el mapa de la criminalidad en la Comunidad Valenciana dibuja una tendencia clara: el crimen crece tanto en ciudades grandes como en municipios medianos, y lo hace impulsado por dos grandes motores. Por un lado, la criminalidad digital, que se dispara en casi todas las localidades analizadas y que ya representa uno de los principales desafíos para las fuerzas de seguridad. Por otro, los delitos patrimoniales y, en algunos casos, las agresiones sexuales y la violencia urbana, que registran picos preocupantes en municipios concretos.