Imagen de archivo del alcalde de Almussafes, Toni González.

Imagen de archivo del alcalde de Almussafes, Toni González.X / @ToniPSPVAlmssfs

El número dos del PSOE en Valencia deja todos sus cargos orgánicos pero sigue como alcalde pese a la doble denuncia por acoso

Al igual que José Tomé, Toni González ha sido denunciado por una mujer por acoso sexual, a lo que en el caso del segundo se le añade otra por acoso laboral. Otro rasgo en común es el de sus dimisiones parciales. Si el gallego renunció a sus cargos en el PSOE y a la presidencia de la Diputación de Lugo, pero mantiene la alcaldía de Monforte de Lemos, el valenciano ha hecho algo parecido: se aparta de cualquier responsabilidad interna, aunque permanece como primer edil de Almussafes.

Así lo ha explicado este sábado el propio González a través de su perfil oficial en la red social Instagram. En el mensaje publicado, califica su decisión de «dolorosa», aunque se muestra convencido de que este paso atrás en el Partido Socialista le «permitirá defender» su «honorabilidad».

Al respecto, el regidor considera que las acusaciones que recaen contra él por parte de una empleada pública son una «denuncia falsa». Aun así, justifica su renuncia interna de cara a evitar que el proceso «suponga un perjuicio al partido» que se lo ha «dado todo», en el que milita «desde hace décadas» y que lleva «en lo más profundo» de su «corazón».

Del mismo modo, señala que seguirá «trabajando desde la alcaldía por los vecinos y vecinas de Almussafes». Ahora bien, esa tarea la llevará a acabo «desde el Grupo Mixto municipal, encabezando el Gobierno local y haciendo realidad el proyecto que los vecinas y vecinas de Almussafes apoyaron masivamente en las urnas».

Cabe recordar que la polémica sobre González surgió este mismo viernes a raíz de la la información que aseguraba que el PSOE estaba investigándole fruto de una doble denuncia interpuesta en los canales orgánicos de los socialistas por una empleada del Ayuntamiento. La respuesta del alcalde fue la de achacar ese hecho a la negativa a subirle el sueldo a la presunta víctima y a mejorarle sus condiciones laborales. A juicio del primer edil, la consecuencia fue que la mujer «emprendió una guerra de denuncias», en la que marca las dos suyas.

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