Imagen de la Albufera de Valencia tomada por el satélite Sentinel 2, del programa Copernicus

Imagen de la Albufera de Valencia tomada por el satélite Sentinel 2, del programa CopernicusCopernicus

La Albufera de Valencia comienza a recuperar su habitual color verde

Tras unos meses teñidas de marrón, las aguas del Parque Natural levantino empiezan a ser más transparentes debido al vaciado de los arrozales

El pasado mes de octubre una llamativa estampa llamó la atención de valencianos, turistas y autoridades. El lago de la Albufera se había teñido de color marrón, por lo que la preocupación en la zona fue importante. Sin embargo, el Ayuntamiento levantino informó que la causa de ese cambio era diversa al deberse a la «concurrencia de múltiples factores, algunos de ellos inusuales», tanto biológicos como meteorológicos.
Del mismo modo, se informó de que esa extraña circunstancia no revestía gravedad para la fauna y flora del Parque Natural, aunque el concejal encargado del distrito Devesa-Albufera, José Gosálbez, aseguró que el Consistorio iba a estar «atento y vigilante». Prácticamente tres meses después de estas palabras, el paraje está comenzando a recuperar su habitual tonalidad verde.
Según fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio consultadas por El Debate, se ha detectado un «cambio de color en las entradas de agua procedentes del vaciado de los arrozales». De este modo, esta entrada de agua y la apertura de compuertas «favorecen la aparición de aguas de mayor transparencia en el litoral del lago» como consecuencia del denominado efecto lavado o flushing, en inglés.

Apertura de las golas

Igualmente, la Consejería señala que a lo largo del mes de diciembre el nivel de la Albufera fue «aumentando de manera progresiva», un aspecto que también se dio durante la primera semana de enero. Así, a partir de la segunda se procedió a la «apertura de las golas», lo que conllevó un incremento de «los volúmenes de salida con el consiguiente descenso de niveles», según datos actualizados que también están disponibles en la página web de la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica.
En concreto, la Acequia Real del Júcar concluyó el pasado 10 de enero « los aportes ambientales para la inundación invernal» lo que significa que el nivel del lago se consideraba «satisfactorio». En esta ocasión, y de manera excepcional, para inundar los campos de la zona noroeste «ha estado entrando agua procedente de Pinedo II mezclada con agua del Turia en el caso de la Comunidad de Regantes de Favara». Este procesó finalizó el 19 de este mismo mes a petición de la Dirección General de Medio Natural y Animal.
Por otra parte, directamente a los campos en el caso de la Comunidad de Regantes del Oro ha estado entrando agua entre el 8 y el 14 de enero para una primera inundación previa al fangueo. Más tarde, el pasado día 24 y durante tres jornadas, volvió a entrar agua procedente del terciario «con el mismo caudal para una inundación más somera», explican fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
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