Las Fuerzas Armadas aliadas tienen que participar en una operación militar internacional de gran alcance. Hay cuatro países implicados en un conflicto diplomático de primer orden: Iberia, Larnland, Bethnia y Turrike. Turrike trata de dominar la región de Retinia (que forma parte de Larnland), y provoca un corte del oleoducto que suministra hidrocarburos. La situación de desabastecimiento obliga a intervenir a una fuerza aeronaval, tras la previa autorización del Consejo de Seguridad.
Las fuerzas aliadas tratan de insertar unidades de reconocimiento en una costa en la que no cuenta con ningún apoyo, por lo que se introducen embarcaciones tipo 4.70,. Es decir, embarcaciones neumáticas (FC-4.70) para llegar a la costa utilizadas por la Unidad de Embarcaciones del Mando de Operaciones Especiales (MOE). Cuando el equipo de reconocimiento llega a la orilla se comprueba la playa y, una vez han dado luz verde, desembarcarán las embarcaciones de asalto tipo Supercat, compuesta cada una de un pelotón de nueve infantes de Marina. Este movimiento precede a la llegada de las Lanchas de Desembarco LCM, que portan medios motorizados y mecánicos. La operación militar culmina con el apoyo del equipo aéreo y, una vez logrado el objetivo, con el repliegue final de los soldados con el reembarque de las secciones de fusiles.
Toda esta escena podría formar parte de un episodio derivado de un conflicto como el de Rusia y Ucrania, por poner un ejemplo en la mente de todos. Pero se trata solo de un simulacro. Eso sí, un gigantesco simulacro militar, unas maniobras denominadas Flotex-22.
Las maniobras Flotex-22 están permitiendo comprobar la buena forma de las Fuerzas Armadas españolas y su alto grado de coordinación con los aliados de la OTAN. Estos ejercicios, que se desarrollan desde el 13 hasta el 24 de junio, cuentan con más de medio centenar de unidades y 4.000 efectivos de la Armada, el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire, agrupaciones OTAN y Euromarfor, y unidades de Estados Unidos, Alemania, Italia, Reino Unido y Bélgica.
Próximos ya a su finalización, la Armada ha querido agradecer al portaaviones británico Prince of Wales su destacada participación en las maniobras.
Cabe recordar que, debido a su carácter de ejercicio avanzado, las maniobras Flotex suponen un adiestramiento en todo el espectro de las operaciones navales, incluyendo las de guerra antisubmarina, de superficie, antiaérea y anfibia.