
El portaaeronaves L-61 Juan Carlos I comparado con el Oasis of the Seas, con un sistema de propulsión similar
Armada española El buque insignia L-61 Juan Carlos I afronta el complejo cambio de su propulsión
El Debate publicó la espectacular imagen aérea, difundida por la Armada: el buque insignia L-61 Juan Carlos I, surcando imponente el Mediterráneo junto a otros 19 buques, 2 submarinos, 16 aeronaves y 80 vehículos de infantería de marina. El buque anfibio portaeronaves, un buque multipropósito y el mayor buque de guerra construido en España, lideraba la formación de Flotex-23, las mayores maniobras de la Armada este año. El L-61 ha tenido un año ajetreado, y ha participado en numerosos ejercicios de la OTAN, acompañando a otros grandes portaaviones aliados. como el Harry S. Truman o el George H.W. Bush.
El L-61 es un elemento clave en la estrategia de la Armada, pero en el horizonte tiene una gran reparación. El pasado mes de diciembre de 2022 tuvo lugar un hecho trascendental para el mayor buque de guerra construido en España. La Dirección de Gestión Económica de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada aprobó la adjudicación a Navantia de un contrato de 30 millones de euros para cambiar los propulsores de fabricación alemana (del consorcio Schottel-Siemens).
Cambiar la propulsión de un portaaviones no es precisamente como llevar el coche al taller. Se trata de un complejo proceso que obligará al buque insignia a permanecer no menos de seis meses en el dique seco.

Nueva propulsión para el Juan Carlos I

Nueva propulsión para el Juan Carlos I
Según admite la propia Armada, «estos fallos se han dado por causas muy dispares, tanto eléctricas como mecánicas, internas y externas, que han dejado en varias ocasiones al buque sin propulsión, al menos en una de sus dos líneas».

El portaaeronaves L-61 Juan Carlos I desplegado en el Mediterráneo lidera Dédalo 23

El portaaeronaves español L-61 Juan Carlos I
Con anterioridad a Flotex-23, el L-61 participó en los ejercicios Dédalo. En abril entró en las instalaciones de Navantia en Cádiz para realizar su periodo de revisión. Además de los diversos mantenimientos previstos en el plan de obras programadas para el buque, se llevó a cabo el pintado de la cubierta de vuelo, un mantenimiento esencial para un buque de estas características y técnicamente complejo, para el que las instalaciones gaditanas reúnen las condiciones óptimas.