Entrega de la bandera de mochila en la Academia General de Zaragoza

Entrega de la bandera de mochila a los caballeros y damas cadetes en la Academia General de ZaragozaMadoc

Ejército de Tierra  La emocionante entrega de la bandera de mochila a nuevos cadetes como la Princesa Leonor

La Academia General Militar de Zaragoza ha hecho entrega este viernes en el patio de armas de la bandera de mochila a los cuadros de mando, caballeros y damas cadetes y profesores de nueva incorporación. El emocionante momento tuvo lugar en el acto de izado de la bandera, según ha informado el Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra. La Princesa Leonor ingresó en la Academia el pasado 17 de agosto, integrándose en la nueva promoción de caballeros y damas cadetes.
Entrega en el patio de armas de la bandera de mochila a los caballeros y damas cadetes de la Academia e Zaragoza

Entrega en el patio de armas de la bandera de mochila a los caballeros y damas cadetes de la Academia e ZaragozaMadoc

La entrega de la bandera de percha o de mochila es una antigua tradición. Cada año se realiza un sencillo pero emotivo acto en el que todo el personal de nueva incorporación de la Academia, «desde el General Director hasta el último componente», recibe la bandera de España. La bandera de mochila se dejó de usar por el Ejército en 1927, pero la tradición se recuperó en la Academia en 2010.
La historia de esta tradición se remonta a mediados del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII. En aquella época, tal y como constata la Academia General Militar en una de sus reseñas históricas, se le entregaba como dotación a cada soldado para cubrir sus pertenencias y equipo "y que éste colocaba en una especie de percha o repisa sobre su cama, en una época en que no existían taquillas o armarios. De esta manera, el dormitorio ganaba en presentación».
Izado de bandera en la Academia General Militar de Zaragoza

Izado de bandera en la Academia General Militar de ZaragozaEjército de Tierra

Cuando había una campaña militar, los soldados llevaban la bandera en la mochila. Era fundamental llevarla, porque tenía diferentes funciones según el desarrollo del combate. Se utilizaba, por ejemplo, como señal entre las unidades que combatían próximas. De esta forma podían identificarse y evitar el «fuego amigo». También era clave para alertar a las unidades de los flancos y a la artillería propia. Y, por supuesto, para señalizar la conquista de un objetivo tras una batalla victoriosa.
La Academia General resume, en el párrafo que a continuación reproducimos, su última y «sublime» función: «La bandera de percha se utilizaba para rendir un último honor a los caídos en combate, cuyos cuerpos tomaban sepultura envueltos en su propia bandera nacional, como corresponde a quienes han dado su vida por España. Fue en la guerra de África donde realmente se hizo romántica esta prenda recogiéndolo así el cancionero militar:
… sólo quiero que me entierren con la Bandera de España».
Si el soldado moría en el campo de batalla, y su cuerpo no se podía repatriar, se le enterraba cubriendo su rostro con su propia bandera de España como homenaje. Además, de esta manera se facilitaba identificar un cuerpo como español para poder trasladar posteriormente sus restos a un cementerio. En 1919 se estrenó una revista musical llamada «Las corsarias», que fue un gran éxito. La obra fue compuesta por Francisco Alonso e incluye el pasodoble «Banderita», que recoge la letra «…solo quiero que me entierren con la Bandera de España…».
Si el soldado se licenciaba, se quedaba la bandera como recuerdo de su vida militar, y era costumbre que se colgara en alguna ventana o balcón de su casa.
En su blog, de gran difusión, el general Rafael Dávila, abordó este tema y recordó la arenga del General Prim a los voluntarios catalanes en la batalla de Castillejos:
‹‹Soldados podéis abandonar esas mochilas porque son vuestras, pero no podéis abandonar esta Bandera porque es de la Patria››.
Como señala el general en el mencionado artículo: «Los sentimientos de un pueblo se izan sobre el asta de la enseña como los colores que adornan su paisaje. Cuando eso no ocurre cualquier cosa puede suceder, normalmente desaparecer como nación. Nunca pueden caer los colores de tu patria. Siempre a la vista. El cornetín y la bandera ponen orden en el alma del soldado. Un soldado solo existe y se encuentra definido si detrás hay una bandera. Sin bandera no hay soldado, ni ejército, ni nación».
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