Chandrexa de Queixa (Orense)
La apacible vida en Chandrexa de Queixa antes de sufrir el segundo mayor incendio de la historia de Galicia
En el pequeño municipio orensano viven algo más de 400 habitantes que se dedican, en su mayoría, al ganado y a la agricultura
Chandrexa de Queixa vive una auténtica pesadilla desde que el pasado viernes 8 de agosto, cerca de la una del mediodía, un incendio empezó a originarse en sus bosques forestales. Seis días después, este pequeño municipio sigue en llamas.
La unión de los fuegos de las parroquias de Requeixo y Parafita lo han convertido este jueves en el segundo mayor de la historia de Galicia, sumando hasta el momento presente más de 10.500 hectáreas arrasadas. Está igualado con el de Valedorras (10.500 hectáreas) de la ola de 2022, en el que se produjo el de más magnitud: el de O Courel (Lugo), con 11.800 hectáreas.
Aunque existen otros 12 focos en Galicia, todos los ojos están puestos en este incendio forestal de Chandrexa que ha provocado desalojos y confinamientos de la población debido a la cercanía del fuego. Sus vecinos están viviendo un auténtico infierno, pero su vida hasta este desolador suceso no era así.
Enclavado en el Macizo Central de la provincia de Orense, el municipio cuenta con algo más de 400 habitantes en sus 171 kilómetros cuadrados. La vida en este lugar montañoso, que ostenta desde 2024 junto a otros tres ayuntamientos limítrofes la 'Capitalidad de la montaña española', es de lo más apacible. Debido a sus características naturales, la agricultura y la ganadería, en especial el silvopastoralismo, son el motor de su economía.
Como bien asegura su alcalde, Francisco Rodríguez Rodríguez, «somos un ayuntamiento saneado económicamente, con potencial de actividades ganaderas y de pequeños emprendimientos de actividades no agrarias de servicios y dinamización del medio rural».
Rincones con encanto
Chandrexa de Queixa posee un encanto natural indiscutible y es un gran ejemplo del rural orensano. Además de la zona montañosa, este pueblo de la comarca de Trives es conocido por su embalse, construido en 1953 , el valle glaciar de Forcadas, Requeixo y Castelo da Cerveira, la cascada de Dorelle y el puente de A Previsa.
Quienes visiten este lugar no pueden perderse Celeiros, donde se encuentra el museo etnográfico Centro da Identidade Galega, que cuenta con una pequeña muestra de la cultura patrimonial y la vida tradicional en el rural gallego.
Está claro que esta vida apacible no es para todos, pero quienes valoren el aire puro, es sin duda una opción muy a tener en cuenta. Pronto, los vecinos de Chandrexa de Queixa dejarán atrás este verano negro para volver a disfrutar de sus envidiables paisajes.