Lagarteiras, un fenómeno marítimo que deja al descubierto los arenales de Galicia
Las lagarteiras, el breve fenómeno marítimo que muestra la costa de Galicia en su estado más puro
La línea entre tierra y agua parece desdibujarse y la naturaleza permite descubrir paisajes ocultos bajo la superficie
En Galicia, el mar marca no solo el paisaje, sino también la vida cotidiana de quienes habitan su costa. La actividad pesquera, el marisqueo y el turismo dependen en gran medida de los ritmos que impone el Atlántico. Entre esos ritmos destacan las mareas, un fenómeno natural que, en determinadas épocas del año, ofrece un espectáculo excepcional.
Uno de esos momentos mágicos se produce cuando la línea entre tierra y agua parece desdibujarse y la naturaleza permite descubrir paisajes ocultos bajo la superficie.
El misterio de las mareas
Cada año, en septiembre, coincidiendo con los equinoccios, se producen las conocidas mareas lagarteiras, un fenómeno que transforma radicalmente la costa gallega. Su nombre popular proviene de la curiosa costumbre de que, durante estas mareas, las olas alcanzan tal altura que pueden mojar a los lagartos que se encuentran sobre las rocas.
Estas mareas son un tipo de marea viva más intensa de lo habitual, generada por la acción combinada de las fuerzas gravitatorias del Sol y la Luna, especialmente durante las lunas nueva y llena.
Esto provoca que las mareas sean mucho más extremas: las pleamares suben varios metros por encima de lo habitual y las bajamares vacían de forma extraordinaria las rías.
Durante estos días, la bajamar descubre arenales y formaciones rocosas ocultas durante el resto del año, mientras que la pleamar alcanza niveles insólitos que inundan paseos y espigones, convirtiendo la línea litoral en un escenario tan sorprendente como efímero.
Las mareas lagarteiras permiten vivir experiencias únicas a lo largo de la costa gallega. En Carril, la gran bajamar deja al descubierto los campos de cultivo de almejas y berberechos, que desaparecen en cuanto la marea vuelve a cubrir la ría. En la Illa de Arousa, los mariscadores aprovechan estos días excepcionales para recolectar moluscos en zonas que el resto del año permanecen bajo el agua.
Y en Redondela, la retirada del mar revela por completo el entorno del monumento al Capitán Nemo, una escultura que habitualmente emerge entre las aguas, mientras que los buzos que lo custodian quedan totalmente al descubierto, ofreciendo una estampa tan inesperada como fotogénica.
Aunque se trata de un fenómeno breve, que dura apenas unos días al año, merece la pena vivirlo, eso sí con prudencia, porque en él se refleja, de manera clara, la relación entre Galicia y el mar.
Este tipo de mareas ofrece una oportunidad para observar la interacción de las fuerzas naturales que generan las mareas y para comprender mejor cómo el océano moldea el paisaje. Pero, más allá de su espectacularidad, las mareas lagarteiras recuerdan que la costa es un espacio dinámico, donde la naturaleza mantiene siempre su poder y su ritmo propio.