La chimenea más alta de España
La chimenea más alta de España está en Galicia: un colosal de 60.000 toneladas de hormigón
Es una de las grandes hazañas de la ingeniería española
Con más de medio siglo de historia desde su construcción en 1972, la monumental chimenea de la central térmica de As Pontes (A Coruña) sigue erigiéndose como uno de los grandes hitos de la ingeniería española.
Con 356 metros de altura y 60.000 toneladas de hormigón, fue durante años la más alta de Europa, solo superada después por la de Trbovlje, en Eslovenia, que la rebasa por apenas cuatro metros.
Cincuenta y tres años después, aquel gigante de hormigón continúa siendo un símbolo del poder industrial de Galicia y una lección de ingeniería que marcó una época y a toda una generación.
Un reto sin precedentes en la España
La historia del coloso gallego comienza en 1972, en un contexto muy distinto al actual. En España las normas de seguridad y los avances técnicos eran mucho más limitados, por lo que este proyecto en la central térmica de As Pontes se convirtió en un gran desafío para su tiempo y para quienes trabajaron en él.
El objetivo era crear una chimenea capaz de absorber y disipar las emisiones de una de las mayores plantas térmicas del país. La ejecución recayó en Entrecanales y Távora S.A., junto a CIA Kellogg Española y Auxini, tres empresas que unieron fuerzas para levantar una estructura que parecía imposible.
Con 42 metros de diámetro exterior en la base y una superficie de apoyo concebida para soportar tanto su enorme peso como la fuerza del viento, la construcción exigía una precisión milimétrica. Sin embargo, la coordinación y la pericia de ingenieros y obreros hicieron posible culminar la obra, pese a trabajar con materiales y medios que hoy podrían parecer rudimentarios.
Para elevar los moldes y la plataforma de trabajo se usó un sistema de gatos hidráulicos. Cada gato podía elevar ocho toneladas, y fueron necesarios 60 equipos para mantener el ascenso continuo durante meses.
La torre de suspensión, de 40 metros, y el molde metálico deslizante, que pesaba 240 toneladas, subían al ritmo del hormigonado, mientras decenas de operarios ajustaban manualmente los usillos radiales y perimétricos para adaptar la estructura a medida que el diámetro se estrechaba con la altura. En total, se vertieron 20.000 metros cúbicos de hormigón, capa a capa, hasta alcanzar los 356 metros definitivos.
Hoy, la chimenea de As Pontes ya no es la más alta de Europa, pero sí mantiene el récord nacional. Su perfil domina el paisaje de la comarca y más allá de su función original, la estructura se ha transformado en un icono de la ingeniería española del siglo XX.