El Pazo gallego con la bodega familiar más antigua de Galicia
El pazo gallego con la bodega familiar más antigua de Galicia: aquí nació el primer vino del norte etiquetado
Aunque muchas de estas construcciones han desaparecido o han perdido su función original, algunos se conservan y permiten entender cómo se vivía en Galicia siglos atrás
Los pazos forman parte del paisaje y de la historia de Galicia. Siempre han sido mucho más que residencias nobles. Durante siglos fueron mucho más que residencias nobles: actuaron como centros de poder local, de gestión agraria y de vida cultural, estrechamente ligados a la tierra que los rodeaba.
Desde ellos se organizaban cosechas, se administraban viñedos y se elaboraban productos que marcaron la economía rural gallega. Aunque muchos han desaparecido o han perdido su función original, algunos conservan todavía una herencia tangible que permite entender cómo se vivía y trabajaba en Galicia hace cientos de años. Entre esos ejemplos singulares se encuentra un pazo que alberga la bodega familiar más antigua de Galicia
Un pazo que conserva intacta su esencia
Hablamos del Pazo de la Cuesta, una casa solariega situada en San Clodio, capital del municipio lucense de Ribas de Sil. La propiedad se extiende sobre una finca de unas 40 hectáreas de robledales y pinares, en la que destacan los viñedos, los jardines históricos y diversas construcciones auxiliares que reflejan su profunda vinculación con la actividad agrícola y vitivinícola.
El conjunto supera los 2.000 metros cuadrados construidos y alberga numerosas estancias, muchas de ellas conservadas prácticamente intactas, tal y como se configuraron siglos atrás.
La casa impresiona incluso antes de cruzar su umbral. Su fachada exhibe una verdadera reliquia: un reloj de 1869, que parece custodiar el pazo, fabricado en Londres por José Rodríguez Losada de cuyo taller salió el reloj de la Puerta de Sol en Madrid.
Los propietarios ha abordado su rehabilitación de la vivienda, preservando cada vestigio de su historia. De esta manera, sigue manteniendo viva su esencia combinando con naturalidad piezas heredadas y espacios que siguen cumpliendo su función diaria.
Una estancia que enamora a la prensa
Ese respeto por el pasado quizá halla llamado la atención de la prensa internacional. En un contexto dominado por oficinas minimalistas, rascacielos acristalados y espacios de trabajo tecnológicos, uno de los rincones más discretos del Pazo de la Cuesta ha logrado destacar a nivel internacional. Se trata del despacho familiar, un pequeño espacio de trabajo que la prensa norteamericana ha situado entre los mejores 'home offices' de 2025.
The New York Times ha puesto el foco en este despacho por su mezcla de 'historia, silencio y autenticidad'. Lejos de responder a modas, el espacio conserva retratos del siglo XIX, fotografías históricas y muros de piedra centenarios que crean un entorno de concentración difícil de replicar.
Este reconocimiento forma parte de un reportaje más amplio dedicado a la recuperación del pazo y a la forma de habitarlo en el siglo XXI. La historia de una casa que vuelve a cobrar vida, sin perder su identidad, lo que le ha llevado a ser elogiada a nivel internacional.
El interés de la prensa estadounidense también ha servido para situar a Galicia y a la Ribeira Sacra como un territorio donde tradición, paisaje y vida contemporánea se refuerzan mutuamente.
Y una bodega familiar muy antigua
Más allá de su arquitectura, el Pazo de la Cuesta guarda uno de sus mayores tesoros bajo tierra. Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha permitido acreditar que en esta finca ya se elaboraba vino en el año 1608, lo que la convierte en la bodega familiar más antigua de Galicia con actividad documentada y continuada en manos de una misma familia.
La propiedad conserva documentos que prueban la existencia de viñedos, bodegas y producción vitícola desde comienzos del siglo XVII, así como una valiosa colección histórica de vinos que abarca desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX. En aquella época, los vinos del pazo llegaron a recibir reconocimientos nacionales e internacionales y se comercializaron con distintas denominaciones.
Después de un periodo de inactividad, la bodega resurge en el siglo XXI, tras haber vivido décadas de esplendor en el siglo XIX. De sus viñedos nació el primer vino etiquetado del norte de España. Sus elaboraciones, de estilo Borgoña, han obtenido reconocimientos y premios tanto nacionales como internacionales. Un legado familiar transmitido de generación en generación que permite conservar viva esta tradición.
El Pazo de la Cuesta es uno de los ejemplos más singulares de cómo el patrimonio gallego puede mirar al futuro sin renunciar a su pasado.