El pescado desconocido de Galicia, una alternativa perfecta para el menú navideño
Ni lenguado ni rodaballo: el pescado gallego del que pocos hablan y puede salvar el menú navideño sin gastar de más
En Galicia, el mar es generoso. Es por esto por lo que, en las pescaderías y lonjas gallegas conviven especies muy parecidas entre sí que, a simple vista, pueden inducir a error. Pasa con los moluscos como las vieiras, volandeiras y zamburiñas, tres nombres que muchos usan como sinónimos cuando en realidad designan productos distintos, con precios, sabores y texturas diferentes. Y ocurre lo mismo con algunos pescados planos del Atlántico, cuya apariencia similar puede hacer que compremos uno pensando que es otro.
Saber diferenciarlos permite ajustar el presupuesto, algo especialmente importante cuando se acercan fechas señaladas como la Navidad.
Un pescado blanco salvaje muy sabroso
Se trata del coruxo, también conocido como rémol, xollo o sollo, un pescado blanco salvaje. Aunque se puede encontrar en otros mares europeos, es en Galicia donde tiene mayor presencia histórica en mercados y cocinas tradicionales.
Durante años ha vivido a la sombra de uno de los grandes reyes del mar en las mesas navideñas, el rodaballo. Su silueta plana y su parentesco hacen que muchos lo confundan con él, pero no son lo mismo. El coruxo tiene una forma más romboidal y alargada, es más fino y carece de los característicos tubérculos óseos que distinguen al rodaballo. Su piel es más lisa y oscura, con pequeñas manchas claras distribuidas de manera irregular.
Coruxo a la plancha
Además, en cuanto al tamaño, suele ser más manejable que el del rodaballo, una ventaja clara para comidas familiares no demasiado numerosas, y su precio resulta mucho más asequible en fechas de alta demanda.
En boca, el coruxo ofrece una carne firme, blanca y delicada. Es algo más magro y menos gelatinoso que el rodaballo, pero precisamente por eso resulta ligero, perfecto para platos festivos que no empalagan.
Cómo cocinarlo para lucirse en Navidad
Una de las grandes virtudes del coruxo es su versatilidad. Soporta muy bien el horno, la parrilla y la plancha, lo que permite adaptarlo al tipo de comida.
Para una comida navideña tradicional, la opción más segura es preparar el pescado al horno acompañado de patatas panaderas y ajada gallega. Las patatas se cortan en rodajas finas y se alternan con cebolla, todo ello cocinado lentamente en aceite de oliva. La ajada, típica de Galicia, se elabora calentando ajo picado junto con pimentón y aceite de oliva, y se vierte sobre el pescado justo antes de servir.
Si se busca algo más ligero, ideal para una cena especial, el coruxo a la plancha, servido entero o en lomos, funciona a la perfección. Puede presentarse con un refrito suave de ajo y perejil, o acompañado simplemente de patatas cocidas y una ensalada.
Desde el punto de vista nutricional, es un pescado blanco bajo en grasa y rico en proteínas de alta calidad, además de aportar minerales como fósforo, potasio y magnesio. Cocinado al horno o a la plancha, conserva sus propiedades sin sumar calorías innecesarias, algo muy de agradecer en fechas de excesos.
El maridaje perfecto con estos vinos
Para completar el menú, nada como un blanco gallego que respete la delicadeza del plato. Un Albariño joven de las Rías Bajas, con su acidez viva y su perfil mineral, realza la textura del coruxo. Su frescura, acidez equilibrada y notas salinas son perfectas para pescados blancos para realzar el sabor.
Otra de las opciones más suave, un Godello del interior de Galicia aporta frescura y una ligera untuosidad que combina a la perfección con las patatas panaderas. Es una excelente alternativa sobre todo si la elaboración del pescado es más elaborada.
Y por último el Ribeiro, un vino tradicional con acidez viva y toques cítricos y florales, ideal para acompañar pescados de roca y de sabor delicado como el coruxo.
El coruxo es una alternativa ideal para platos navideños, ofreciendo sabor, delicadeza y autenticidad gallega que sorprenderá a cualquier comensal.