Puerta del Centro Penitenciario de Teixeiro (La Coruña)

Puerta del Centro Penitenciario de Teixeiro (La Coruña)Wikimedia Commons

Un año del parricidio de Muros (La Coruña) en el que todas las pruebas apuntan a un único culpable

Antonio Mayo Pes permanece en prisión provisional por el homicidio de su padre

El 23 de abril de 2023 la localidad de Esteiro (Muros) amanecía consternada por la muerte de uno de sus vecinos, José Manuel Mayo, de 59 años. Los hechos se habían producido de madrugada en un céntrico piso en el que fue localizado el cuerpo sin vida del hombre con signos evidentes de violencia.
El descubrimiento del cadáver llegaría después de que el presunto parricida llamase al 112 alertando de que unos individuos habían asaltado la casa y matado a su padre.
La Guardia Civil no tardó en acudir al lugar, pero lejos de creerse el testimonio del joven, acabaron arrestándolo como responsable de la muerte. El juez vio suficientes indicios para enviarlo a prisión, ya como investigado por homicidio y, un año después, el caso está a espera de juicio con la investigación policial cerrada y con todas las pruebas apuntando hacia Antonio Mayo Pes.

A la espera de juicio

En cuanto a las circunstancias en las que se produjo la agresión, al parecer la vivienda presentaba múltiples destrozos. La Guardia Civil no dudó de la implicación de joven ya que la escena del crimen no dejaba lugar a dudas de que nadie externo a la vivienda había accedido al lugar, además de por los diversos cortes, uno de ellos en el rostro, que presentaba.
Ya detenido, Mayo Pes no quiso aclarar nada ni ante la Guardia Civil ni ante el juez que lo envió a las cárcel coruñesa de Teixeiro. Tan sólo quedaba localizar el arma homicida, un hacha, lo que centró las pesquisas desde el primer momento. Las investigaciones realizadas en Esteiro, pusieron todas las miradas en el muelle de la localidad, en donde varios vecinos aseguraron haber visto al joven el día de los hechos.
Los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) se sumergieron en aguas de la ría de Muros-Noia en busca de un arma blanca con la que creían que se había perpetrado el crimen. El operativo se saldó con éxito al rescatarse un hacha envuelta en una bolsa blanca. El informe del descubrimiento se entregó en el juzgado, dando por finalizada una investigación que duró apenas tres días.
El testimonio de vecinos fue clave para aportar claridad a lo ocurrido, mencionando una fuerte discusión y ruido de golpes que tuvieron lugar en la casa horas antes de la llamada al 112.
Un año después de lo ocurrido, el asunto se encuentra en punto muerto en el juzgado de Muros. La instrucción se ha prolongado debido a una renuncia del abogado que defendía a Mayo Pes y por los retrasos que acumula la sede judicial muradana por huelgas, cambio de jueces y falta de personal.
Se pretende que el juicio no se demore más allá de este año; y una vez finalice la fase de instrucción la Justicia citará a Antonio Mayo Pes para responder sobre las circunstancias en las que falleció su padre.
En Esteiro el crimen cayó como un jarro de agua fría y, un año después, el recuerdo de aquella fatídica jornada sigue coleando.
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