Ana Sandamil en la Audiencia Provincial de Lugo

Ana Sandamil en la Audiencia Provincial de LugoEuropa Press

Violencia vicaria

Prisión permanente a una madre que mató a su hija de 7 años después de que el padre pidiese más visitas

Días antes de los hechos, la asesina buscó en Internet cómo acabar con la vida de la pequeña

Ana Sandamil mató a su hija de 7 años suministrándole sustancias con efectos sedantes que acabaron con la vida de la pequeña. Ahora, el Tribunal Supremo ha confirmado la condena a prisión permanente revisable para ella por los hechos sucedidos en 2019.
La Sala de lo Penal ha rechazado íntegramente el recurso de la mujer contra la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que confirmó a su vez otra de la Audiencia de Lugo.
La sentencia apunta que su finalidad fue acabar con la vida de su hija y que le suministró la sustancia aprovechando que solían dormir juntas. Después, «la asfixió con sus propias manos, para lo cual pudo haber empleado, además de sus manos, algunos objetos que había en la habitación», en referencia a un cojín.
Aunque señala que «tenía algún tipo de trastorno» deja claro que «no afectaba a sus facultades mentales» siendo la autora, como madre de la menor, «la persona que debía protegerla de cualquier mal…».
De hecho, la asesina alegó ante el Supremo la eximente completa o incompleta de trastorno psicótico pero la Sala lo descarta de plano ante «las pruebas que demuestran una premeditación de los hechos aportando búsquedas repetidas de sustancias venenosas, simulación de sintomatología psicótica y una clara intención de obstruir a la justicia con el intento de borrado y ocultación de pruebas».
Al respecto, explica que «días antes de estos hechos, había indagado en Internet sobre los medios con los cuales podía acabar con la vida de su hija, realizando la búsqueda de un veneno llamado estricnina». Además, subraya que también «era conocedora de la intención del padre de modificar e incrementar legalmente el régimen de visitas, con el fin de que la niña y su padre pudiesen pasar más tiempo juntos».
«Fue consciente de lo que hacía. Buscó un sistema para acabar con la vida de su hija y en lugar de protegerla, es su propia madre la que acaba con la vida de su hija en un acto antinatura de violencia vicaria», añade la Sala.
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