Varias personas pasean durante la pleamar en el espigón de Foz, junto a la playa de A Rapadoira
Los edificios abandonados, un problema para algunas playas gallegas
Uno de ellos es el hostal A Veiriña do Mar, cuyo último dueño fue un narcotráficante
El sector turístico que vive de la Galicia bonita pasa a veces serios apuros por la presencia de edificios abandonados a su suerte, como ocurre con un hostal en la playa coruñesa de Broña o un restaurante de Barreiros (Lugo) con un enorme agujero causado por un temporal en 2023.
Gracias a sus paisajes, sus playas y su fama de «refugio climático» en un momento en el que la temperatura media aumenta, Galicia se posiciona cada vez con más fuerza como destino turístico y el año pasado batió récords con 8,2 millones de turistas alojados en establecimientos de la región. Sin embargo, los turistas a veces se encuentran con sorpresas inesperadas en esos paisajes y playas.
Es el caso de Broña, en el municipio coruñés de Outes, una playa de unos 500 kilómetros de longitud localizada en un entorno virgen que contrasta con el edificio cubierto de enredaderas secas y lleno de desperfectos que lleva más de una década abandonado.
Se trata del hostal A Veiriña do Mar, cuyo último dueño fue un hombre relacionado con el narcotráfico apodado 'Pelopincho', ha explicado a EFE el concejal de Juventud, Festejos y Protección Civil de Outes, Carlos Leis.
«Tener eso al lado de la playa no queda muy bonito», ha reconocido Leis, que desconoce cuál es la propiedad actual del inmueble.
Hubo alguna oferta para comprarlo pero no se llegó a cerrar, ha contado el concejal, que señala que por el momento no se está moviendo nada pero es un asunto que el Ayuntamiento tiene previsto abordar.
Ya en 2017, el BNG de Outes había denunciado que el abandono del hostal «aporta una imagen altamente negativa que choca fuertemente con el paisaje natural de la playa de Broña».
Cerrado a cal y canto
La situación parece más cerca de una solución en Barreiros (Lugo), donde el restaurante Moby Dick, en la playa de Altar, lleva dos años cerrado después de que un temporal marítimo se llevase por delante la escollera que la sujetaba y abriese un enorme agujero en su estructura a finales de 2023.
El edificio está ahora cerrado a cal y canto y tiene la terraza sostenida con puntales de obra, pero su propietario, Mero Amieiro, ha avanzado que las negociaciones a tres bandas entre los dueños, el Ayuntamiento y Costas van «por muy buen cauce».
«Verdaderamente veo todo en positivo», ha asegurado a EFE Amieiro, que no ha querido desvelar detalles sobre la solución en la que se está trabajando.
Restaurante Moby Dick
En el pasado, el propietario se había ofrecido a pagar las reparaciones de la escollera, siempre y cuando le confirmasen por escrito que es de su propiedad. Amieiro asegura que, una vez se consiga cerrar el acuerdo, se harán las obras correspondientes y se reabrirá el restaurante con normalidad.
Otro edificio abandonado en una playa, el Balneario de A Compostela, en Vilagarcía de Arousa, espera por su nuevo futuro.
Localizado en la playa con la que comparte nombre, el balneario quedó abandonado hace décadas, lleno de desperfectos y cubierto por pintadas, y durante los años se han sucedido diferentes proyectos para recuperarlo, como la idea de convertirlo en un hotel.
El Ayuntamiento actual, sostenido por los acuerdos entre el PSOE y el BNG, ha recuperado este año un antiguo proyecto para destinar el edificio a una futura escuela de hostelería.