José Ramírez del Río

José Ramírez del RíoJesús Caparrós

José Ramírez del Río, diputado de Vox en el Congreso

«Es necesario para la democracia española que el PSOE desaparezca»

Hablamos con el diputado cordobés tras su reciente nombramiento como portavoz adjunto de la Comisión de Agricultura

Hay un perfil bastante habitual en la formación de Abascal que se caracteriza por su elevada preparación académica e intelectual, algo que deja descolocados a los muchos que se encargan día a día de elaborar la contrafigura de Vox y lo presentan como un partido poco menos que troglodita, iletrado y casposo. Pero nada más lejos de la realidad.
Aparte de que en todos lados cuecen habas, y aunque una gran mayoría de la izquierda cree en la elevada levitación automática por el mero hecho de profesar el zurdismo, en Vox se aprecia la circunstancia de una verdadera transversalidad que gran parte de los partidos, más veteranos, han perdido por su dinámica uniformizante y endogámica. Y así encontramos señoras o señores como José Ramírez del Río (Madrid, 1973) con un recorrido académico de lo más solvente y que deciden dar el paso a la política aún a riesgo, sobre todo en el ámbito universitario , de jugársela de verdad. Porque uno de los totalitarismos de la época, también o sobre todo en España, se da precisamente en el territorio de la universidad, donde se es de izquierdas o no se come.
José Ramírez además es licenciado y doctor en lengua árabe, lo cual deja un terreno abonado a los prejuicios habituales de los que presumen de no tener prejuicios pero reparten carnés de corrección política y ciudadana. Se lo preguntaremos a lo largo de la entrevista a este diputado, casado y padre de dos hijos, profesor en la UCO y veterano en Vox Córdoba. Lleva ya dos legislaturas encima ( XIV y XV) y hace menos de un mes fue nombrado portavoz adjunto de la comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación en el Congreso.
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-Un profesor de árabe puede resultar algo alejado de la agricultura.
-Sucede que la política me ha llevado constantemente a la agricultura. Como diputado de Vox en el Congreso he recorrido la provincia de Córdoba muchas veces y he conocido numerosas explotaciones agrícolas, acompañado por los equipos locales de Vox. Eso se ha plasmado en numerosas iniciativas en el Congreso. Por eso la dirección del partido decidió incluirme como portavoz adjunto en esta comisión. Muchos de los afiliados y simpatizantes son agricultores y ganaderos.
- ¿Y cuántas veces le han preguntado qué hace un profesor de árabe en Vox?
-Muchas veces. Algunos compañeros de Vox, hace ya años, me llamaban ‘el espía’ (ríe).Pero creo que es bastante normal y una cosa que puede resultar sorprendente es que la comunidad de árabes que hay en Madrid y apoyan a Vox es muy grande. A todo aquél que haya visto los resultados de la inmigración descontrolada en diferentes países, y es algo que aquellos de origen árabe han podido vivir en persona, no le resulta nada raro apoyar a un partido que tiene la posición acerca de la inmigración que tiene Vox. Porque nosotros no estamos en absoluto en contra de la inmigración, y de hecho tenemos numerosos afiliados de origen extranjero. Debo decir, además, que desde que entré en Vox me he encontrado con más profesores de árabe de lo que yo pensaba. Como ha sucedido en la universidad en toda España, son posturas ideológicas que muchas personas han ocultado, porque ha sido un grave problema para ellas poder desarrollar sus carreras profesionales, lo cual dice mucho de la falta de democracia que tenemos en nuestro país en muchísimos ámbitos. Y va a peor.
- ¿En el campo español, y en el europeo, lo que se está librando en realidad es una batalla ideológica?
- Hay varios niveles y uno de ellos, desde luego, es el ideológico. Una parte responde a los intereses de los países del norte de Europa, a los que vender los mercados agrícolas europeos les resulta muy provechoso, porque ellos apenas tienen participación y reciben a cambio la apertura de mercados tecnológicos e industriales en Sudamérica, en África o Asia. Son simples intereses que, por desgracia, no han sido defendidos desde España, Francia o Italia. Respecto al nivel ideológico hay que señalar a esos mantras que se han impuesto en Europa y que podemos resumir en la Agenda 2030, postulados que proceden de los partidos verdes del norte de Europa, que están consiguiendo imponer una agenda que es absolutamente dañina para el campo y que está haciendo trizas a los sectores agrarios en todo el continente.
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- En Alemania se manifiestan los agricultores y como hace unos meses en España, se dice que son manifestaciones de la extrema derecha. ¿Ahora los agricultores también son fachas?
- Creo que es un problema del léxico de la gente de izquierdas. Prácticamente todo aquello que no les gusta, incluyendo a los disidentes políticos en sus propias filas, termina siendo facha. Felipe González hoy en día es facha, por ejemplo. Es una etiqueta para denigrar a alguien pero que no tiene ningún contenido. Lo que tratan, en este caso, es que todo aquel que se enfrente a la Agenda 2030 sea un individuo repugnante. Se ha hecho en EEUU con la gente que apoya a Donald Trump, tratando de que no ocupen ningún papel en la vida pública. Es una manera de demonizar al rival, y por desgracia lleva sucediendo mucho tiempo en Europa. Los agricultores se están organizando en Alemania, Holanda o Francia, se están organizando. En España las cosas van varios años por detrás, pero también terminará sucediendo.El ataque a las formas de vida de los agricultores dentro de la Unión Europea está siendo de tal nivel que es normal que se produzca este movimiento. Y dentro de los agricultores hay gente de los más variado, desde comunistas a personas muy a la derecha de Vox, pero te encuentras que en las elecciones hay agricultores de izquierdas que están votando a Vox porque quieren, por ejemplo, proteger la caza. El problema de demonizar a la gente es que está metiendo en el mismo saco a personas muy diferentes pero que defienden sus formas de vida. El hecho de que la Unión Europea sea incapaz de dialogar con sus propios ciudadanos te demuestra hasta qué punto esa Unión Europea debe ser reformada. No puede ser que cada movimiento de protesta en el seno europeo conduzca a la demonización del oponente, antes de sentarte a hablar con las personas que tienen unas legítimas reclamaciones.

Lo que tratan, en este caso, es que todo aquel que se enfrente a la Agenda 2030 sea un individuo repugnante.

- Además del cimiento ideológico que tiene la Agenda 2030 ustedes denuncian que es una hoja de ruta elaborada por las élites, que nadie ha elegido o votado y que atenta contra la propia democracia.
- Por supuesto que está amenazada la democracia. El procedimiento por el que se ha ido erosionado en los últimos diez años debería preocupar a todo el mundo. Estamos en manos de gente que llegan al poder sin recoger o especificar aspectos concretos en sus programas electorales pero que los acaba imponiendo. En Madrid ha ocurrido con las medidas de ampliación de zonas en las que no pueden entrar coches sin etiqueta eco., que es exactamente lo contrario a lo que se comprometió el alcalde madrileño en las anteriores elecciones. No se ha debatido en ningún sitio determinadas políticas medioambientales que están causando problemas tremendos , y esa es una manera de devaluar la democracia. No solo políticas medioambientales, sino pautas para vivir diseñadas en Bruselas o directamente en EEUU, que se imponen de una forma dictatorial a los ciudadanos europeos. Debería, insisto, preocuparnos a todos. Bruselas no se puede convertir en la capital de la Unión de Repúblicas Socialistas Europeas. Debería volver a ser lo que fue, o sea, la capital de un proyecto de unión política que permitiera a los diferentes países conservar su soberanía, formas de vida y cultura, y crear el mayor espacio de libertad que se hubiera dado en la historia de la humanidad. A ese proyecto claro que se adhiere Vox.
- Hablemos de la democracia, pero de la interna en Vox, que se está poniendo en duda con el anuncio del adelanto de la asamblea general.
- Me llama mucho la atención que se considere una cosa extraña. La asamblea ordinaria debía celebrarse en breve, pero ocurre que tenemos elecciones en Galicia, en el País Vaco, y muy probablemente en Cataluña. De cara a ese maratón electoral que nos espera, se ha adelantado unos meses la asamblea ordinaria para evitar que estemos a la vez haciendo campaña en el País Vasco y celebrando una asamblea interna. Es un adelanto de lo más normal.
- Tras lo visto esta semana tanto en el Congreso como en el Senado, se puede llegar a la conclusión de que hay algo peor que la amnistía ¿no?
- Este Gobierno era peor que cualquier tema que pudiéramos plantearnos desde el principio (ríe). Un Gobierno formado con los sucesores de un grupo terrorista, con los partidos que habían dado un golpe de estado en Cataluña, solo le falta llegar a un acuerdo con ISIS y los talibanes, y ya los tendríamos a todos. Es un completo disparate de principio a fin. Y lo que vamos a ver es que cada una de sus actuaciones va a ser disparatada. Lo de esta semana no es nada extraño y siempre consiguen añadir un poco más de ignominia a la actuación de las instituciones. Es la razón por la que el PSOE tiene que desaparecer. No estamos hablando de que un partido realice una mala administración y por tanto termine en la oposición y allí purgue sus pecados. No. Tal y como estamos viendo las actuaciones del PSOE en los últimos años, es necesario para la democracia española que desaparezca. Y que otra formación de carácter socialdemócrata con ideario de izquierdas tome su lugar. El daño que está haciendo el PSOE a la democracia en España es de tal calado que creo que debería desaparecer para que las instituciones puedan regenerarse.

El Gobierno de Sánchez es un completo disparate de principio a fin. Y lo que vamos a ver es que cada una de sus actuaciones va a ser disparatada.

- Pero más allá del PSOE, ¿No cree que a lo que asisten los ciudadanos es a una grave falta de valores en la clase política?
-Es algo que empezó hace ya muchos años, y no afecta solo al partido socialista, en efecto. El Partido Popular se presentó con un programa electoral en 2011 en el que incluyen eliminar la ley del aborto o la bajada de impuestos e hicieron exactamente todo lo contrario. Podrían justificar algunas cosas, como hicieron con el déficit que se encontraron, pero lo que ocurrió fue una subida de impuestos como no había pedido ni Izquierda Unida. Y todos los asuntos en los que no tenía nada que ver la coyuntura, como la ley del aborto, los matuvieron. El hecho de que en España mentir a los ciudadanos no tenga ningún coste para ninguno de los partidos que han pasado por el Gobierno, está llevando a una degradación de la democracia. Hay un problema de medida también, y es que la escala en la que Pedro Sánchez está mintiendo a los españoles no tiene precedentes en ninguna parte del mundo. Es que hace cuatro años estaba diciendo que iba a traer a Puigdemont a España para que fuera juzgado y ahora mismo poco menos que está gobernando a su dictado para todos los españoles. La pérdida de valores de los partidos grandes en España dio lugar a que aparecieran formaciones nuevas, pero el hecho de que no tenga un coste electoral relevante para esos partidos grandes el mentir, produce una degeneración muy grande de las instituciones.
- Sorprende aún más que muchos de esos políticos se presenten como católicos, pero no dan testimonio de ello en el ejercicio de la política.
- Sí, es algo llamativo, pero lo que realmente sorprende es que no haya ningún tipo de consecuencia en las instituciones. Y muchas de esas instituciones, que tenían que haber puesto límites, no lo han hecho.
- Y usted, como católico, ¿ cómo vive su trayectoria política?
- En primer lugar, me he ido acercando mucho más a la Iglesia católica en los últimos diez años. Era un católico mucho menos comprometido con 25 o 30 años.Luego, ha habido un partido que respeta una serie de ideas que considero básicas en el catolicismo. El respeto por la vida, posicionándose en contra de la ley del aborto o de la eutanasia, y el hecho de mantenerse en esas posturas como ningún otro partido ha hecho, para mí ha sido muy importante. Aunque en todos sitios hay aspectos de los programas electorales que te gustan más o menos, el que en un partido se mantengan una serie de principios y que no se negocien, lo considero muy importante. Y mucho más en una situación como en la que estamos. De todas maneras debo decir que esto no es algo estrictamente católico. Aquí se encuentran cristianos evangélicos o judíos que tiene unas ideas muy similares en este aspecto, como el respeto por el derecho a la vida. Se intenta presentar como radicalismo o extremismo, pero es algo que defienden la mayoría de las confesiones religiosas. Defender esos valores se está ridiculizando de una manera repugnante en los países occidentales, aunque creo que existe ya un movimiento de reacción muy importante que se está dando en toda Europa. Muchos de los activistas que fundaron el partido de los agricultores en Holanda son personas que se habían convertido al catolicismo. El hecho de que se esté dando ese cambio de tendencia va a ser muy importante en los próximos años en Europa, y va a haber muchos más políticos católicos ligados a esta forma de hacer las cosas.
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