El pasado sábado, cuando el Córdoba CF saltaba al césped del Arcángel para medirse al Castellón, se cumplía un año y dos días del partido que marcó un antes y un después para los blanquiverdes en la pasada temporada.
Aquel 7 de diciembre el Córdoba era líder y nada (en forma de signo externo) hacía presagiar la debacle que se venía encima para el equipo califal. De hecho, aquel día los de Germán Crespo (entonces entrenador incuestionable) ganaron 1-0 al Pontevedra, con un jugador menos durante casi todo el encuentro, a causa de la temprana expulsión de Gudelj.
Todo era felicidad, aquella noche, hasta que -a partir de ahí- los blanquiverdes apenas ganaron tres partidos en el resto de la campaña, escenificando uno de los hundimientos más sonados de las últimas décadas.
Ese hecho salió a colación tras el partido frente al Castellón. Fue en la sala de prensa del Arcángel donde el actual técnico, Iván Ania, recordó una «experiencia cercana», esa a la que nos referimos, para subrayar que no se ha conseguido nada y que la misma debe servir de aviso, no como una «losa».
Sea como fuere, se podría decir que las sensaciones son distintas porque el equipo viene de abajo y de ir creciendo de forma exponencial, cuando entonces la racha duraba desde Segunda Federación. Pero, no obstante, al igual que ahora, hace un año y dos días nadie imaginaba el cataclismo que vendría. Ahora no lo parece, pero nunca se sabe.
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