En el centro, Fernando Ardell y Rafael Navas, de Asaja Córdoba

En el centro, Fernando Ardell y Rafael Navas, de Asaja Córdoba

Asaja Córdoba participa en la concentración por el futuro de los cereales en España

La organización agraria alerta del riesgo para la soberanía alimentaria si no se protege la producción nacional frente a la competencia desleal

Una delegación de Asaja Córdoba, encabezada por su presidente, Fernando Adell, y su secretario general, Rafael Navas, ha participado este martes en la concentración celebrada frente al Ministerio de Agricultura, en Madrid, para denunciar la crítica situación que atraviesa el cultivo de cereal en España y exigir al Gobierno la adopción de medidas urgentes. La movilización, que ha congregado a cientos de agricultores, ha sido convocada conjuntamente por Asaja, COAG y UPA como respuesta a una crisis de rentabilidad que se prolonga desde hace meses, agravada por el encarecimiento de los costes de producción, el desplome de los precios y la competencia desleal derivada de importaciones masivas sin los mismos controles ni estándares.

Durante el acto, las organizaciones agrarias han reclamado ayudas directas por el sobrecoste de los fertilizantes, cuya factura se ha duplicado para muchos productores en las últimas campañas; la eliminación inmediata de los aranceles a la importación de fertilizantes, que encarecen artificialmente los insumos del campo español; y un control real de las importaciones de cereales, que priorice la producción nacional y evite la entrada masiva de producto de terceros países en condiciones desiguales.

«Sin cerealistas no hay cereal español. Y sin cereal nacional, la cesta de la compra dependerá de terceros países y de los mercados especulativos, lo que no solo encarecerá los precios para los consumidores, sino que además pondrá en riesgo los estándares de calidad y seguridad alimentaria que hoy garantiza la producción nacional», han advertido los convocantes, quienes han avanzado que, de no adoptarse soluciones inmediatas, las protestas se intensificarán en los próximos meses, extendiéndose por todos los territorios cerealistas e incluso a las instituciones europeas en Bruselas.

Desde el sector se subraya que, a pesar de que la campaña actual prevé una cosecha de 19,5 millones de toneladas, el esfuerzo de los agricultores corre el riesgo de quedar arruinado por decisiones políticas que comprometen la viabilidad de sus explotaciones y la soberanía alimentaria del país.

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