La puerta del SagrarioPatricio Ruiz

«Rompen a cantar porque ven cara a cara al Señor»

«Él ha bajado de los cielos para hacerse el encontradizo con el pecador, el enfermo, el abandonado, el que llora.»

Actualizada 13:17

Muy queridos hermanos en la fe:
Llega por fin la fiesta de la Navidad (Natividad o nacimiento) del Señor, tras 4 semanas preparando este acontecimiento con oración, limosna y algún que otro sacrificio, contando por supuesto con la confesión, algo que no se ve a simple vista pero que realmente nos hace ver esta noche y día como el milagro de los siglos que partió la historia en dos: Dios se abaja a nuestra condición mortal y se hace concreto para cada uno de nosotros.
En estos días es frecuente escuchar el debate sobre el amor-odio hacia estas fiestas de Fe. Y, claro, todo el quid de la cuestión es el enfoque que le demos a estos días preciosos en que vemos cara a cara a Dios, los que queremos encontrarle ya que Él ha bajado de los cielos para hacerse el encontradizo con el pecador, el enfermo, el abandonado, el que llora, el que busca la paz, el que cree y el que no cree por falta de esperanza, el que es perseguido y un largo etcétera. Si la Navidad es un tiempo obligado de compras, de reunión familiar a la fuerza o de sentarse a la mesa para llorar a los ausentes, de sonrisas forzadas porque llega el «espíritu de la navidad», de regalos porque sí, de comer y beber hasta que nos provoque náuseas, sin saber muy bien cuál es el posible motivo, entiendo perfectamente a quien odia estos días, porque es un sinsentido. Es como celebrar un cumpleaños sin el cumpleañero, ¿verdad?
Pero si estos días son días de festejar el nacimiento de Dios que viene a quitarnos pecados, complejos, defectos y dar sentido a todo lo que nos sucede, entonces la Navidad es la fiesta más entrañable del año. Por eso he querido citar a Isaias como título de esta homilía: «Tus vigías gritan, cantan a coro porque ven cara a cara al Señor». Ese es el lógico motivo de reunirse para celebrar con familia y amigos, aunque nos falten pocos o muchos, tiene sentido sonreír aun estando enfermo, sólo o perseguido, es normal cantar y bailar a un Niño que se nos ha dado como remedio a nuestros males y, sobre todo, es Nochebuena porque esta noche alumbra la noche oscura de la muerte sin más. ¡Hay vida en este lado y al otro!
Dios ya no es «algo» por lo recóndito de las constelaciones o «allí arriba», sino que es una Persona concreta, un rostro de niño inofensivo que trae el poder en su brazo, para machacar nuestras debilidades, son unos ojos a través de los cuales se ve el Cielo. Es la noche más concreta de la historia universal, la más estrellada y en calma de los siglos, la más hermosa de cuantas haya relatado el escritor más sublime, la más santa, después de la Resurrección. Es por ello que a los creyentes, nos encanta la Navidad; disfrutemos esta porque sí, porque Dios ha venido a vernos, porque Dios nos quiere, porque no estamos solos sino que Él es el invitado de honor y festejado esta noche y el resto de fiestas hasta que celebremos su Bautismo, que clausura las Pascuas.
Ábrele la puerta de par en par que este Amigo, que tiene el mejor Corazón, solo sabe bendecir y darnos el abrazo de nuestra vida.
Feliz Nochebuena. Feliz Navidad 2022 a cada uno y a vuestras familias.
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