El portalón de San LorenzoManuel Estévez

La Cruz del Rastro

Esta primitiva cruz fue derribada por una enorme tempestad de agua y viento que azotó Córdoba, en especial a la zona de la Ribera

Actualizada 05:10

Mucho se ha escrito sobre lo ocurrido aquel lejano 17 de marzo de 1473, Jueves Santo, cuando los cristianos viejos se rebelaron tumultuosamente por unos incidentes al paso de una procesión de la Hermandad de la Caridad en esa Semana Santa. Al parecer, desde la ventana de una casa donde vivían unos conversos dejaron caer un líquido mal oliente encima de una de las imágenes que se sacaban en la procesión. Aquello fue la chispa para una rebelión «dura» dirigida contra los intereses de judíos y conversos, en donde se asesinó sin control y se incendiaron muchos bienes. Los que han estudiado estos incidentes sitúan al frente de la revuelta a un herrero de San Lorenzo, Alonso Rodríguez, que pagó con su vida al ser atravesado con una espada por don Alonso de Aguilar, hermano del Gran Capitán, que había acudido para sofocar los disturbios en apoyo de judíos y conversos.
La Iglesia, a posteriori, quiso significar este hecho y levantó una cruz en el sitio donde se originó todo en recuerdo de los cristianos que murieron en la refriega. A mí me contó mi madre que la actual Cruz del Rastro fue realizada a principios de los años de 1927 en un taller de la Ribera propiedad de José Álvarez Salas, situado junto al de los ebanistas Hermanos Fuentes y Muebles Martínez. El trabajo fue obra de José Cuevas Martínez y un primo suyo, trabajadores de dicho taller. Uno hizo los despieces en «boca de fragua» y el otro armaría la cruz. Ambos terminarían al paso de los años con un afamado taller propio en la calle de la Feria.
Cruz del Rastro

Cruz del RastroLa Voz

Testigos de ese trabajo casi artesanal fueron Enrique, el hombre que atendía la cercana gasolinera «de manubrio», también propiedad de José Álvarez Salas, así como los dos dueños de la taberna Casa el Gallego, que estaba en la misma esquina antes de llegar a Rufino. Estos dueños de la taberna eran dos hermanos gallegos, que no tenían ningún parentesco ni se relacionaban con el resto de innumerables gallegos que entonces regentaban tabernas en Córdoba.
Antes de esta Cruz del Rastro, que es la que nos ha llegado hoy día, hubo una cruz anterior que fue colocada el 10 de junio de 1773, día del Corpus Christi, y que vino a sustituir a otra aún más antigua establecida en torno a 1473, justo cuando los acontecimientos citados. Esta primitiva cruz fue derribada por una enorme tempestad de agua y viento que azotó Córdoba, en especial a la zona de la Ribera, por lo que fue restaurada casi desde cero en 1773, eliminándose la «peana-pilar» de piedra negra sobre la que descansaba y colocándole unos arcos de apoyo. Además se le hizo llegar agua a una fuente que traía el agua sobrante de la cercana fuente del Potro, y se le puso un farol-luminaria que lucía por las noches. Pero en 1852 fueron suprimidos el farol, los dos arcos y la fuente, en una de las remodelaciones del llamado «rastro» que allí históricamente tenía lugar.
Publicamos a continuación un documento que es un extracto de un pergamino de contenido más extenso que puede explicar algo de la indisposición que existía en contra de los conversos judíos y que quizás fuese el origen de toda la revuelta. No entramos a opinar una cosa u otra, sino que simplemente damos a la lectura este documento:
"1286, febrero, 15. [Córdoba].
Ante Juan Gil, alcalde del rey y de Córdoba, comparece don Mosse aben Xabad, heredero de don Davit aben Xabat, mostrando un emplazamiento hecho a 2 de octubre de 1272 por el que el alcalde Ferrant Yenneguez emplazó a García Fernández, asturiano, vecino de Castro, para pagar en el plazo de nueve días a don Davit aben Xa­bat, que fue almojarife, judío, 350 maravedíes de la moneda de la guerra, que reconoció deberle por dos cartas.
Por la primera, García Fernández, vecino en la colla­ción de Santa María, deudor, y Pedro Alfonso, yerno de Roy Pérez de Berviesca, y Juan García de Moxica, vecino en la collación de San Nicolás de la Villa, como fia­dores, afirman deber a don Davit, almojarife de Córdoba, 200 maravedíes, de los dineros alfonsíes de un préstamo que le hiciera en el plazo de un año «e si non le pagasen que ganase el cabdal [revalorización de la inversión o crédito en el momento actual] e degredo del rey [deportación o alejamiento por orden del rey].» Esta carta es de 30 de enero de 1270. Testigos: Domingo Martín, escri­bano, Per Iváñes, escribano, y Juan López, escribano.
Por la segunda, García Fernández, asturiano, vecino en la collación de Santa María, afirma deber a don Da­vit, almojarife de Córdoba, 52 maravedíes. de los dineros alfon­síes de un préstamo en el plazo de un año. Esta carta es de 15 de octubre de 1269. Testigos: Juan Gil, alcal­de, Per Ivañes, escribano, Domingo Martín, escribano, y don Vicente, escribano.
García Fernández reconoce estas dos cartas ante el alcalde. Hecha la cuenta, don Davit le alcanzó en los 350 maravedíes, por caudal y por ganancia. El alcalde aplaza el pago hasta nueve días, Testigos: don Bartolomé, al­calde, Miguel Pérez, escribano, y Juan Mateos, escribano.
Don Mosse afirma que García Fernández no había pa­gado nada y pide un peón para ir contra los bienes del deudor, señalando un solar en la collación de San­ta María, en linde con casa de la cofradía, casa de Juan Martín y casa del cabildo.
El alcalde manda al pregonero del concejo, Pedro Rodríguez, que ponga en almoneda el citado solar durante treinta días según dispone el Fuero. El solar queda re­matado en don Juan Martínez de Tapia, canónigo de la iglesia de Santa María, en 70 maravedíes de la moneda de la guerra,
Se presenta también ante el alcalde don Yuçaf Bar­chilón mostrando una carta firmada de los escribanos del concejo por la que García Fernández, hijo de don Fe­rrant Rodríguez el Asturiano, vecino de Castro, castillo de Córdoba, empeña a don Yuçaf Albarchilón, vecino de la Judería de Córdoba, dos palacios en la collación de San­ta María de esta ciudad, en linde con casa de Juan Mar­tín de Tapia, casa de Mosse de Alcoba, casa de la cofra­día y casa de García Fernández, por 120 maravedíes alfonsíes de la guerra durante el plazo que corre desde el día de la fecha hasta el día de San Juan primero. Esta carta es de 14 de septiembre de 1279. Testigos: Alfonso Muñoz, escribano, Velasco Pérez, escribano, y Juan Fidalgo, escribano.
Don Yuçaf pide se le den los maravedíes, resultantes de la almoneda del solar. Se avienen don Yuçaf y don Mosse a repartir entre ellos los 70 mrs. El alcalde manda a Juan Martínez de Tapia dar a don Yuçaf Barchilón 23 maravedíes y tercia, y a don Mosse aben Xabat 47 maravedíes y tercia.
«Fecha XV días de febrero era de mill e CCC e XXIIII annos»
Refrendada por Juan Gil, alcalde, y por don Mosse aben Xabat. Ante Alfonso Pérez, escribano, García Pérez, escri­bano, y Gil Pérez que la escribió.
Archivo Catedral de Córdoba.-Cajón E nº 98 Pergamino 474 x 224 mm. Pendiente el se­llo en cera del alcalde Juan Gil."
El interés que se desprende de las deudas citadas en cada carta es aproximadamente del 39 por ciento anual. Al quedar perfectamente registrado todo e intervenir personas oficiales en la operación, como el alcalde, testigos y fiadores, se interpreta que es un interés legal o regulado, más o menos como el de la banca actual. Por tanto el interés «no legal», aquel obtenido por conductos más opacos, tendría que ser bastante más elevado, que en la práctica se correspondería con el que cobraban hasta hace pocos años los prestamistas del «cordelillo» o los «prestamistas» que acudían en auxilio de los que, por ejemplo, perdían en el juego. No sabemos si las elevadas deudas e intereses que muestra este documento reflejan una realidad más o menos extendida en Córdoba en esos años del XV, y si tuvieron o no que ver con la revuelta o, al menos, con la dimensión que alcanzó.
También diremos que España fue de los últimos países en expulsar a los judíos, pues la mayoría de los países importantes de Europa ya lo habían hecho antes. Y algunos, incluso, porque decían que esa etnia era portadora de ciertas enfermedades contagiosas. Citemos algunas fechas de expulsión de distintos países de Europa: Inglaterra 1290, Francia en 1306, Polonia 1346, Alemania 1348, Hungría 1360, Austria 1421, Italia 1430, Lituania 1465, España 1492 y Portugal 1497.
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