firma invitadaAlfredo Alonso García

El espectáculo debe continuar

Actualizada 05:05

Atrás quedan ya las pasiones desatadas durante el fragor de la campaña electoral y comicios del pasado domingo 28. El pueblo soberano se ha manifestado. Comienza la «música» para conformar presidencias de comunidad y alcaldías. La ciudadanía demanda siempre el mismo «espectáculo»: un buen gobierno que redunde en su bienestar. ¿Los líderes políticos serán capaces de ofrecerlo?
Un primer paso consiste en encontrar compañeros de «baile», a ser posible fiables, que aseguren una mínima gobernabilidad, y estén dispuestos a ejecutar el desarrollo de las promesas electorales. Este ínterin de búsqueda de pactos para la investidura, ocasionalmente viene acompañado por un periodo de «cortejo» entre grupos políticos, con el que a la postre converger en un horizonte común y afianzar el poder. ¿Me sedujo o me dejé seducir?
Son dos los tipos de personas que pueden participar en este «espectáculo»: los que utilizan la política para beneficio propio, y los que se entregan a ella para procurar el bien común, aún a costa de acumular perjuicios propios.
Ilustra bien esta distinción la imagen del jesuita Ángel Ayala y Alarcó, quien asemeja el servicio a la política a una «cruz», a la cual el gobernante voluntariamente sube y «sufre», en tanto que da su vida-decisiones para buscar lo mejor para la ciudadanía, y hasta que termina ese periodo bajándose de esa «cruz» aunque en él podrán observarse «cicatrices», como fehacientes testigos de su servicio a los demás. Esas «cicatrices» resultan una útil herramienta para los vecinos, con que detectar cuántos y quiénes de nuestros líderes políticos se prestan de verdad a la resolución del sinfín de problemas que produce la gestión de lo público.
Llega la hora de la verdad, gobernante. Ahora toca devolver a los vecinos la confianza depositada. Durante la legislatura podremos comprobar si desempeñas adecuadamente (o no) el alto honor que representa el gobierno político, y si interpretas el «espectáculo» que la ciudadanía espera de ti.
Con esta columna acaba esta serie ad hoc por los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo. Pero la actualidad invita, por ahora, a una breve consideración.
La reciente decisión de disolver las Cortes y convocatoria a elecciones generales, a pesar de la eventual incomprensión que nos genere, no debiera causar desafección sino reactivar nuestro compromiso como ciudadanos. Nuestra sociedad atraviesa por un tiempo político que reclama y nos exige altura de miras, concordia, entendimiento. ¡No es tiempo para relajarse! Evitemos caer en actitudes idiotas.
Efectivamente, hoy más cierto que la semana pasada: el futuro de nuestro progreso como pueblo está en tus manos. Ocúpate en mejorar el «tono» intelectual y ético de la vida política que te rodea, porque tu implicación redundará directamente en proporción al bienestar de tu comunidad. Precisamente, por eso, no te detengas: ¡el espectáculo debe continuar!
Alfredo Alonso García es filósofo y doctor en historia.
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